Muchas veces el trabajo se nos hace cuesta arriba. Esto puede ocurrir porque trabajamos rodeados de gente tóxica que más que aportarnos nos suponen un verdadero problema de salud.
La gente tóxica es aquella que parece encontrarse alrededor de sus compañeros para dificultarles la vida. Ya sea de forma intencionada o no, suponen un lastre en cualquier aspecto (en casa, en la pareja, en el trabajo…). Se les reconoce porque da la impresión de estar siempre enfadados. No se alegran de los triunfos de otros, sino todo lo contrario.
En un mundo ideal, lo idóneo es intentar alejarse lo máximo posible de esta gente. Sin embargo, si son personas cercanas con las que tenemos que trabajar codo con codo, esto puede ser prácticamente imposible. Por ello, es bueno que conozcas los trucos que te ayudarán a tener una mejor convivencia (y soportarlas un poco más).
Trata de evitar ser tóxico en el trabajo
Si estamos acostumbrados a tratar con personas tóxicas, puede que incluso nos hayamos convertido en uno más de ellos. ¡No les des ese gusto!
Lo ideal es no tratarles de la misma forma en que ellos te tratan a ti y al resto de compañeros. Muchas de estas personas no son así porque quieren, sino porque son infelices. Por ello, trata de entenderlos y mostrar empatía cuando hables con ellos.
Las personas tóxicas son víctimas de sí mismas y de sus pensamientos. No entres al juego y no conviertas el trabajo en un círculo negro que se te haga prácticamente imposible de soportar. Háblales siempre con respecto e intenta conseguirles ayuda. Si te presentas como alguien aún más tóxico la situación solo empeorará.
Busca junto a ellos una solución
Este tipo de personas solo ven problemas rodeándoles por todas partes. No se sienten apoyados por nadie y esto lo demuestran atacando a los demás. Para ellos, la mejor defensa siempre es un buen ataque.
Por ello, es bueno que trates de ayudarles enfocándote en transmitirles o decirles directamente que juntos podéis buscar una solución a aquello que tanto les perturba. Muchos de ellos hacen una montaña de un grano de arena porque no saben gestionar los problemas.
Es muy importante hablarles en plural. Juntos podéis solucionarlo. Trata, siempre que interactúes con ellos, de ser lo más amable que puedas. La cosa es atajar el problema y erradicarlo de raíz. Algo así tipo: «Perfecto, no te preocupes, vamos a ver cuál es el problema y a solucionarlo».
Sé gracioso
Siempre que vayas a dirigirte a ellos, para no comenzar de primeras con mal pie, puedes intentar romper el hielo de forma graciosa.
El humor es uno de los más grandes desestresantes, y no hay mejor forma de atajar la toxicidad que pillando a nuestro interlocutor lo más relajado posible. Enséñales un vídeo gracioso que hayas visto en alguna red social, por ejemplo. Esto, además, hará que se sientan incluidos en la conversación.
Esto guarda detrás algo mucho más grande. Indirectamente, tú eres el que está mostrando el camino por el que debe ir la conversación. Parece que dices: «no quiero malos rollos, sigamos divirtiéndonos».
Intenta que no critiquen a otros compañeros de trabajo
Ni participes en ello. Si delante de ti hablan mal de cualquier otro que se haya dado la vuelta, ¿qué te hace pensar que no van a hacer lo mismo contigo?
La mejor forma de erradicar la toxicidad es ignorándola. No entres en críticas vacías y sin fundamento. Criticar por criticar es algo que puede darse bastante en el trabajo. Por ello, es importante dejar las cosas claras desde el primer momento. Tú no eres como ellos.
No importa si van a criticar a tu mayor enemigo. Sea quien sea, deja claro que tú no eres así y que no te gustan ese tipo de prácticas.
Habla de cosas felices
Las personas tóxicas raramente hablan de cosas felices en el trabajo. Siempre prefieren exaltar los problemas y dejar de lado las cosas que tanto a ellos como a los demás les ayudarían a divertirse un poco más.
Esto es algo que puedes usar a tu favor. Cuando hables con ellos, trata de introducir en el tema cosas felices y dejar de hablar de problemas de difícil o imposible solución.
La primera vez que trates de hacer esto, lo más probable es que no te hagan mucho caso. La clave está en repetir la jugada todas las veces que os juntéis con el fin de que comprendan que, si van a hablar contigo, a ti te apetece escuchar cosas divertidas, distendidas. Que os ayuden a dejar de lado el trabajo.
No te involucres en sus temas
Aunque puedes ayudarles y hablarles siempre que debas hacerlo, lo mejor es que no te involucres demasiado con ellos ni participes de sus temas.
No dejes que te contagien su mal humor, ni te lleves sus problemas a la espalda cuando te vayas a casa. Esto lo puedes hacer distrayéndote tanto antes como después de haber pasado el día con ellos.
Antes de ir a trabajar procura ver algo que te ayude a no pensar y te haga reír, como un vídeo divertido. Cuenta anécdotas en tu cabeza y quédate con lo bueno para afrontar el día. Lo mismo después del trabajo. No dejes que sus malos humos acaparen tus pensamientos.
Que no te afecten sus palabras
La mayoría de las veces resulta bastante duro convivir con una persona tóxica y estar continuamente expuesto a sus comentarios y apreciaciones negativas.
No dejes que te afecten sus palabras bajo ningún concepto. Si solo pensamos en ellos, relacionaremos el trabajo tan solo con las cosas malas que tenemos que escuchar. Y esto puede llegar a ser contraproducente.
Recuerda que no tienen nada personal contra ti, sino que son así por su propia forma de ver el mundo. La infelicidad les ha llevado a ello.
No entres al trapo, ni malgastes tu ayuda
Un consejo para no participar en sus comentarios negativos e incluso agresivos es responder siempre de forma neutra. No expongas tu opinión.
Aunque necesitan ayuda, este tipo de personas no lo saben. De hecho, es muy probable que ni siquiera piensen en ellos como tóxicos.
Huye de los problemas y céntrate en el trabajo. Brinda tu ayuda si te la piden, pero tampoco malgastes esfuerzos que caigan en saco roto.