La semana pasada, como ya es habitual en los grandes fabricantes de tecnología, Samsung destapó la fanfarria mediática para la presentación de su último equipo, el Galaxy Note 10 que, en esta ocasión, venía acompañado con una versión Plus. Pero algo está cambiando en el ambiente; la expectación parece no haber sido tan importante, y, de hecho, la mayoría de analistas asumen que esto tendrá un reflejo directo en las ventas.
Lógicamente todavía es pronto cuando apenas se han iniciado las primeras preventas, y ahora tendrá que realizar el desembarco masivo en todos aquellos mercados a los que Samsung quiere llegar con su nuevo Galaxy Note 10 y Galaxy Note 10 Plus. Aunque ya hay analistas que estiman a la baja el impacto que tendrá ese nuevo terminal.
Así, desde JP Morgan asumen que ninguna de las mejoras técnicas y estéticas que proporcionan los nuevos Galaxy Note 10 serán suficientes para generar un impacto significativo de ventas. Como mucho, según un informe para analistas al que ha tenido acceso MERCA2, en la comparación directa con el Note 9, el volumen de ventas sería similar. No se espera que sea mayor.
Para explicar este contexto, desde JP Morgan señalan el precio como uno de los puntos menos atractivos de los nuevos Galaxy Note 10. Con un coste de 959€ en su versión más económica, el menor ritmo de ventas de los teléfonos móviles de gama alta también se verá reflejado en estos terminales. Asimismo, estiman que podría darse un problema de canibalización dentro de la propia firma. Es decir, que dispositivos como el Galaxy Fold, o la próxima versión de la gama Galaxy S (se entiende que el 11), harán que muchos usuarios no sientan una mayor atracción para comprar los Note y podrían optar por otras opciones de la firma.
Ante esta situación, según recoge el informe, desde Samsung no lo ven tan negro y estiman que sí habrá mayores ventas que su antecesor. No se precisa si será en el primer semestre de ventas o el segundo; ni si la diferencia será mucha. En la pasada presentación de resultados simplemente se concretó que aumentarían las ventas.
Pero el documento de JP Morgan es bastante exigente con la enseña coreana. Hace especial hincapié en la ampliación de los periodos de remplazo para cambiar de dispositivo y, en concreto con estos modelos, los analistas creen que por sus características técnicas habrá un número muy reducido de usuarios que necesiten adquirir un terminal de altas prestaciones.
Asimismo, también se hacen observaciones sobre el impacto que ha tenido el evento público que se realizó la semana pasada. Sin que sea un factor determinante, estiman que mediáticamente no ha habido mucha repercusión; algo, asumen, que sin impactar directamente en el potencial de ventas, sí refleja del interés que pueda tener la gente en la compra del Galaxy Note 10 en alguna de sus dos versiones.
SAMSUNG CONTRA HUAWEI
Bajo estas premisas, el escenario no sería excesivamente negativo si no fuera porque la situación va a dejar a Huawei tal y como estaba. Es decir, tras la crisis de imagen derivada de las idas y venidas por la guerra comercial entre China y EEUU, el fabricante asiático ha pasado una mala racha. En ventas y reputación. No por su culpa, lógicamente, sino por los factores externos.
En todo caso, este momento hubiera sido el idóneo para que Samsung se reencontrase con su base de clientes. Por ejemplo, en el caso español, Huawei ha conseguido mantenerse a flote, precisamente, con el sambenito que se quitó hace unos años: los bajos precios. Pero la necesidad ha obligado y la firma china, pese a su intento por matizarlo, ha llevado a cabo agresivas promociones en los diversos canales de venta, según relatan diversas fuentes a MERCA2.
Por este motivo se puede considerar una oportunidad perdida por parte de Samsung. Y no solo eso, si el Galaxy Note 10 finalmente no despega de la manera esperada por la compañía, habría cedido margen en el segmento premium y, de igual modo, en las gamas de entrada no habría contenido el golpe. Así, un contratiempo de un rival puede convertirse en un golpe en contra.