El dueño de DIA, Mikhail Fridman, vuelve a tener problemas con la justicia; en este caso con la española. El juez de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha acordado citar como investigado al empresario ruso –que tendrá que declarar el 12 de septiembre– en la causa que investiga supuestas irregularidades en la caída del grupo tecnológico Zed. Se le acusa, entre otras cuestiones, de asfixiar a la compañía. Una culpa avalada por un informe policial que detallaba la “red criminal” que creó Fridman.
Una investigación de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UCDEV) y la Brigada de Investigación del Blanqueo de Capitales y Anticorrupción a la que tuvo acceso MERCA2 demuestra que usó “prácticas delictivas” que incluyen “coacciones” y “amenazas” que llevaron a la quiebra de la empresa española ZED.
Fridman declarará ante la Justicia española acusado de estar detrás de las supuestas irregularidades en la caída de Zed a través de una red «criminal»
Una de las conclusiones del informe asegura que “parece bastante claro, que, si el entramado criminal ruso no hubiera desarrollado todas las acciones ilícitas en contra de su socio español, independientemente de encontrarse con mayor o menor grado de beneficio y crecimiento condicionado por muchos factores, el grupo ZED no hubiera sufrido la caída en picado del negocio hasta la situación de insolvencia”.
Previamente, el análisis e investigación de la Policía –fechada el 10 de mayo de 2017– relata cómo Fridman montó toda una red criminal conocida como “reiderstvo”, es decir, asalto o absorción ilegal de una empresa, que, además, diseñó para dar apariencia legítima a la ilegalidad. De hecho, la Policía no duda en afirmar que Fridman “es la cabeza que lidera el entramado”, ya que “sus órdenes son ejecutadas sin dilación” y algunos testigos de la causa le califican como “el gran jefe”.
UNA DÉCADA DESPUÉS DE SU LLEGADA A ZED
Pero para llegar a estas conclusiones, es preciso remontarse una década atrás. El dueño de DIA entra en contacto con ZED en 2008, año en el que Grupo Tema (del grupo Temafon) propone una joint venture a ZED (de los hermanos Pérez Dolset) para poder llevar a cabo un contrato firmado con Vimpelcom (empresa propietaria de Fridman que actualmente opera bajo el nombre de Veon).
Tras unos años de gran crecimiento de la compañía, se creó una estructura accionarial para preparar la salida a Bolsa en EEUU de la empresa, en una operación conocida como “Proyecto Zeus”. Para financiar este proyecto, el grupo ZED se endeudó al pedir un crédito bancario a ING por valor de 140 millones de euros. No fue la única que prestó dinero a la empresa. La investigación determinó que Amsterdam Trade Bank también lo hizo –grupo adquirido en 2001 por Fridman–. Movimiento que, según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, coloca al magnate en una “posición dominante” y “establece una obligación crediticia” que “le facilita cualquier decisión de superioridad”.
Durante estos años, la sombra de la corrupción persigue a la compañía. Un primer informe forense –más adelante se encargarían hasta cinco más– concluyó que la parte rusa de ZED ocasionó un perjuicio de 32 millones de euros cuyo origen reside en el desvío de capital y el pago de sobornos a las autoridades rusas a través de la empresa Vstrecha (de la que Tema, la parte rusa de ZED, estaría detrás).
El 30 de junio de 2016, ZED presentó concurso de acreedores. Uno de los hombres de Fridman, Peter Wakkie disfrazó el entramado criminal y Letterone aprovechó para lanzar una oferta de compra. Es decir, lo hizo una vez ahogada económicamente, con la parte española fuera de juego y amenazada por el dueño de DIA. Así, el informe policial recoge la dirección estrecha que existe entre la caída de la facturación y el inicio de los conflictos con la parte rusa, controlada de forma indirecta y a través de un entramado de empresas dirigidas por algunos de sus hombres de confianza.
Este entramado es el que llevará en septiembre a Fridman a sentarse ante los tribunales imputado por supuestos delitos contra el mercado, administración desleal, insolvencia punible y corrupción en los negocios.
OTROS PROBLEMAS DE FRIDMAN CON LA JUSTICIA
Pero sus problemas con la justicia no se quedan ahí. En EEUU su nombre apareció en el informe Trump, el documento que hablaba de injerencias rusas en elecciones estadounidenses de 2016 a través de un supuesto hackeo de los servidores del Partido Demócrata de Clinton. Su principal empresa, Alfa Group, aparecía en dichos documentos. Esta injerencia fue desvelada por un informe de espionaje realizado por el exespía británico Christopher Steele y al que tuvo acceso MERCA2.
En este documento, se revela que un funcionario ruso de primer nivel confirma la cercanía y el intercambio de favores entre Putin y Alpha Group, a través de un intermediario (Oleg Govorun). También revelan encuentros entre Fridman y el presidente ruso e incluyen su relación dentro de la investigación de dichas injerencias.
Por otro lado, el magnate tuvo que pagar una multa de 835 millones de dólares a la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (conocida como SEC) por sobornar a la familia del presidente de Uzbekistán.
Por si fuera poco, también está relacionado con uno de los mayores desastres naturales, el del Prestige en 2002. El petróleo del Prestige pertenecía a una sociedad de comercio llamada Crown Resources. Esta sociedad era propiedad de Alfa Group en el momento del desastre, cuyo cofundador también ejercía de presidente del Consejo de Vigilancia: Fridman. Tras el desastre, el consorcio ruso Alfa Group vendió todas las acciones de Crown Resources por el daño causado a su imagen corporativa.