Los smartphones hacen que los adolescentes tengan mucho más fácil el acceso al sexo. La curiosidad y el morbo provoca que entre ellos se manden mensajes y fotos subidas de tono, pero esta costumbre conocida como sexting, también entraña peligros. Una vez que envías una foto pierdes control sobre ella y no sabes dónde va a acabar.
Aparte de los riesgos tecnológicos que entraña el sexting, un estudio relaciona esta práctica con algunos trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Debemos estar alerta porque entre los adolescentes es muy habitual practicar el sexting y podría afectarles más de los que pensamos.
8Riesgos para quien difunde las imágenes

También la persona que reenvía las imágenes del sexting o las hace públicas está en grave riesgo. Puede tener importantes consecuencias penales, ya que le pueden acusar de exhibicionismo y provocación sexual a menores, y de generación, producción, difusión o tenencia de pornografía infantil.
La ley también vela por nuestra intimidad, y simplemente alguien que ha enviado un Whatsapp a un grupo de amigos, podrían acusarle de revelación de secretos y delitos contra la intimidad y el honor y de delitos contra la libertad sexual. Acusaciones muy graves que podrían destrozar una vida.