Los smartphones hacen que los adolescentes tengan mucho más fácil el acceso al sexo. La curiosidad y el morbo provoca que entre ellos se manden mensajes y fotos subidas de tono, pero esta costumbre conocida como sexting, también entraña peligros. Una vez que envías una foto pierdes control sobre ella y no sabes dónde va a acabar.
Aparte de los riesgos tecnológicos que entraña el sexting, un estudio relaciona esta práctica con algunos trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Debemos estar alerta porque entre los adolescentes es muy habitual practicar el sexting y podría afectarles más de los que pensamos.
4Riesgos psicológicos y sociales del sexting

Una imagen que se difunde fácilmente es el mayor riesgo del sexting. Si distribuyes o reenvías la foto, podrías estar incurriendo el responsabilidad penal al ser un delito contra la intimidad. Sobre todo si el protagonista de la imagen es un menor de edad. La pornografía infantil es un delito muy grave con penas de cárcel.
Cómo víctima de una difusión de imágenes tuyas enviadas a través de móvil, los adolescentes podrían estar expuestos a una humillación pública y acoso por parte de sus compañeros de colegio. Esto tendría un fuerte impacto psicológico y graves trastornos de ansiedad. Ha sucedido entre personas adultas, y los jóvenes aún son más frágiles en este sentido.