BBVA ha sonado como una de las posibles novias para acudir a la privatización de Bankia. Sin embargo, tanto las entidades presididas por Ángel Torres y José Ignacio Goirigolzarri, respectivamente, se encuentran con sus propias guerras internas que hacen de su unión casi una quimera.
El Gobierno quiere privatizar Bankia. Tiene el 60% de la entidad a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). El plazo previsto para salir del banco es diciembre de 2021, tras varios retrasos. No obstante, el presidente del organismo público, Jaime Ponce, señaló recientemente que podría volver a ser retrasado más allá de finales de 2021 si las condiciones de mercado se mantienen “inadecuadas” para desinvertir.
El propio consejero delegado de Bankia, José Sevilla, ha declarado en la presentación de los resultados semestrales que esperan que “haya ventanas para privatizar totalmente o parcialmente”. Aunque a continuación ha admitido “la fecha límite presiona poco”. Ha asegurado que la entidad es actualmente «eficiente» generando negocio, por lo que ahora no contempla una operación de crecimiento inorgánico, si bien esta situación puede cambiar en el futuro, por lo que ha dicho estar «despierto y sin dormirse en los laureles«.
“El nuevo Gobierno tendrá que tomar las decisiones que les correspondan sobre la ventana y a la fecha de la misma”, ha incidido el directivo. Vale, pero España sigue con un Ejecutivo en funciones y el panorama a corto plazo tampoco parece muy alentador. A este respecto, Sevilla ha afirmado que lo importante es que “tengamos un Gobierno pronto y es bueno en cualquier caso sea sólido y pueda ejecutar los planes que necesite llevar a cabo”.
José Sevilla ha recordado que “el objetivo de la generación del exceso de capital, previsto en el Plan Estratégico, era devolverlo a los accionistas porque no contemplábamos ninguna operación no orgánica durante los tres años de vigencia del plan y la verdad es que seguimos pensando lo mismo”. Esos 2.500 millones de euros de excesos de capital para los accionistas en forma de dividendos sigue siendo la idea. Sin embargo, el consejero delegado ha reconocido que “primero hay que generarlo; tenemos 18 meses todavía”.
Lo que sí ha admitido ha sido que Bankia no alcanzará el objetivo de 1.300 millones de euros de beneficio neto que el Plan establecía para 2020. El año pasado se quedó en 703 millones de euros y ha cerrado los primeros seis meses del actual en 400 millones, por lo que mucho tendría que mejorar la situación para cambiar esta tendencia.
BBVA, SIN TIEMPO PARA BANKIA
BBVA presenta resultados este miércoles (sin la presencia física de los medios). La tormenta Villarejo sigue instalada sobre ‘La Vela’ sin visos de que vaya a moverse en los próximos meses. Con la intención de la fiscalía Anticorrupción de imputar al banco como persona jurídica en la Operación Tándem, directivos y exdirectivos llamados a declarar por el juez y Francisco González impune aunque con sus cargos en pausa, la dirección del banco está más centrada en apagar fuegos que en plantar nuevos árboles.
El consejero delegado de Bankia sostiene que la fecha límite (diciembre de 2021) para la privatización de la entidad «presiona poco»
Por otro lado, está en devenir del negocio puramente bancario. BBVA ganó 1.164 millones de euros, un 9,8% menos que en el mismo periodo del año anterior. La entidad argumentó en la presentación de los resultados como motivos el haber realizado más saneamientos en Estados Unidos y Turquía respecto al mismo periodo del año anterior -aunque significativamente menores que en el último trimestre, en el caso de Turquía-, así como las provisiones por el deterioro del entorno macro en la mayor parte de las geografías.
La posible fusión BBVA-Bankia es una de las favoritas en las quinielas. Hasta los propios empleados del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri, de pasado BBVA, confiaban en que la entidad vasca fuera quien se hiciera con Bankia. Todo parece que indicar que Carlos Torres y su consejo bastante tienen con limpiar los trapos sucios de su casa.
SABADELL, LA OTRA NOVIA DE BANKIA
Aunque durante mucho tiempo ha sonado BBVA como posible comprador de Bankia, en los últimos meses ha salido un nuevo nombre a la palestra: Sabadell. José Sevilla negó la operación varias veces en la presentación de resultados del primer trimestre de este año. Sin embargo, el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, declaró antes de la junta de accionista de la entidad que “todo lo que está debajo de la mesa podría ponerse encima y volver a plantearse”. Eso sí, luego aclaró que «ahora no está sobre la mesa una operación con Bankia”.
El banco de inversión norteamericano Goldman Sachs dio el visto bueno a esta operación recientemente. En un informe destacó que la fusión de Bankia y Sabadell se “justificaría estratégicamente”, ya que mejoraría el rendimiento de la entidad resultante, fortalecería su posición de capital y permitiría recuperar más ayudas públicas y diluir la participación del estado.
Sea BBVA, Sabadell o un tercero, el futuro de Bankia parece que no se resolverá a corto plazo. Mientras el Banco Central Europeo (BCE) mantenga su actual política de tipos y, consecuentemente, las acciones de los bancos del Viejo Continente sigan por los suelos, es poco previsible que el Gobierno (cuando haya) se desprenda de su participación en la entidad.