El futuro de Galletas Gullón está en juego. Parte de este está en manos de Miguel Martínez Gabaldón, el actual consejero delegado de la compañía, que lidera el plan de venta de la compañía, en la que tiene más del 20%, y a la que, según aseguran fuentes financieras a MERCA2, ha conseguido “sacarle” más de 34 milllones de euros en la última década a base de blindajes, sobresueldos, indemnizaciones, venta de terrenos propios a la empresa, deudas de dudoso origen, premios… Esas fuentes le consideran el principal responsable de las grandes guerras familiares de la galletera más importante de España.
Martínez Gabaldón es el hombre de confianza de María Teresa Rodríguez desde poco después de que en 1983 muriese su marido, Juan Manuel Gullón, y esta tomase las riendas de la empresa. Tras 30 años, el Consejo de Administración del pasado 17 de junio le nombró consejero delegado de la compañía.
Pero su andadura en la empresa ha tenido sus claros y sombras. Durante años ostentó el cargo de director general de Galletas Gullón, aunque no de forma continuada puesto que fue despedido de la compañía en 2009. Un año después, el Juzgado de lo Social número 2 de Palencia resolvió que Galletas Gullón debía pagar a Martínez Gabaldón 8,9 millones de euros, la mayor indemnización por el despido de un alto cargo en España. Debido, entre otras cosas, a una remuneración variable del 5% sobre ebitda, según afirman fuentes financieras.
“Martínez Gabaldón fue despedido a instancia de una buena parte de los accionistas de la empresa al comprobarse que se había enriquecido vendiendo terrenos propios a la empresa para su plan de ampliación de fábrica. Una operación, también ignorada por el Consejo de Administración, que le reportó un beneficio de más de 2,5 millones de euros”, aseguran fuentes financieras. Esos terrenos los compró Martínez gabaldón a 5 euros el metro cuadrado y se los vendió a su propia empresa a 58 euros el metro cuadrado.
Estas mismas fuentes reconocen que Martínez Gabaldón consiguió que “la presidenta María Teresa le reconociese una deuda pendiente de cerca de 7 millones de euros. En total, en 2010, Martínez Gabaldón consiguió que Galletas Gullón le pagase cerca de 19 millones d euros, al tiempo que conseguía volver a la empresa de la mano de María Teresa como director general”. Su readmisión desencadenó otra guerra familiar ya que el hijo de María Teresa Rodríguez, Félix Gullón, perdió el cargo de director general tras la marcha de Martínez Gabaldón. Y lo perdió.
ESTALLA LA CRISIS FAMILIAR
Durante estos años, estalló la guerra familiar en Galletas Gullón, que cristalizó en múltiples procedimientos judiciales iniciados por los hermanos e hijos varones de la presidenta de Gullón, contra la compañía, el consejo de administración y sus directivos. Los hijos querían tener más poder en detrimento de Martínez Gabaldón, pero su madre se lo negó.
Así que despojaron de todos sus poderes a esta, a pesar de tener una participación mayoritaria en la empresa (el 55% en ese momento). Le prohibieron incluso entrar en la fábrica, aunque finalmente acabarían expulsados del Consejo de Administración y su madre retomando el control en un hecho casi insólito en el mundo empresarial. La Junta de Accionistas se celebró en un Mercedes con María Teresa Rodríguez, su hija, Martínez Gabaldón y una notaria ante la imposibilidad de entrar a la empresa.
En 2014, la matriarca de la empresa palentina volvería a permitir la entrada de estos tras aclarar la situación y producirse pronunciamientos desestimatorios de los tribunales. También se quitan las querellas contra el director general y Martínez Gabaldón aprovecha para subirse el sueldo y aumenta su retribución variable al 1,8% de ebitda. Desde entonces, además de los 200.000 euros de nómina cobra un variable por encima del millón de euros cada año, según fuentes cercanas al proceso.
Cinco años después, la guerra familiar se aviva y Martínez Gabaldón sale vencedor. El pasado 17 de junio, el Consejo de Administración de Galletas Gullón nombró a este consejero delegado y sacó del mismo a los tres hijos varones. Mantienen sus puestos de trabajo, pero pierden la capacidad de decisión. Hernán es director de Exportación, Rubén lleva la Planificación y Félix es director de Expansión.
Asimismo, se nombró a Lourdes Gullón Rodríguez como presidenta de la compañía, relevando en el cargo a su madre, María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas, tras 36 años al frente de la galletera. También se reeligió a Salvador Ruiz Gallud como vicepresidente, la persona que lidera el proceso de venta, aunque solo “se está limitando a recoger intenciones de compra sin que se haya iniciado proceso alguno de negociación”. Al parecer, hay tres fondos interesados.
Martínez Gabaldón se ha ido haciendo poco a poco con acciones de galletas Gullón, con compras a diversos accionistas y a la propia María Teresa, hasta consolidar una participación ligeramente superior al 20%, mientras que los hijos tienen una participación cada uno del 5%, aproximadamente. Así, la venta de Galletas Gullón sería la mejor forma para Martínez Gabaldón de rentabilizar su paquete de acciones, ya que la compañía no reparte dividendo, sino que reinvierte sus ganancias en el negocio.