Bankia ha completado el traspaso de su cartera de activos inmobiliarios adjudicados y créditos hipotecarios de dudoso cobro a dos filiales del fondo Lone Star Fund XI, por una cifra de 2.703 millones de euros, según ha informado la entidad a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) este mismo viernes.
El valor del perímetro finalmente traspasado es «algo inferior» al inicialmente anunciado el pasado mes de diciembre cuando se cerró la operación, que fue de unos 3.070 millones de euros, debido a la «recuperación orgánica y a la gestión ordinaria» de los activos que se ha producido desde entonces hasta ahora.
En concreto, la cartera de activos inmobiliarios adjudicados tiene un valor bruto contable aproximado de 1.420 millones de euros, frente a los 1.650 millones de euros anteriores, mientras que el de la cartera de créditos hipotecarios de dudoso cobro es de 1.283 millones de euros, unos 137 millones de euros menos a la cifra ofrecida en diciembre.
Bankia ha asegurado que el perímetro finalmente traspasado «no ha tenido apenas» incidencia en el impacto final de la operación. De hecho, ha precisado que, adicionalmente al reconocimiento de provisiones realizado en 2018, se produce un ahorro de activos ponderados por riesgo (APRs) por la salida de los activos con un efecto positivo en la ratio de capital CET1 ‘Fully Loaded’ de unos 8 puntos básicos.
La operación se concretó a través de la aportación de los activos inmobiliarios (REOs) a dos sociedades del fondo, y mediante la compra por parte de una filial de Lone Star del 80% de sus acciones, mientras que el 20% restante quedarían en propiedad de Bankia. Por su parte, los créditos hipotecarios de dudoso cobro serían vendidos por Bankia a un vehículo controlado al 100% por Lone Star.
6.000 MILLONES MENOS DE ACTIVOS IMPRODUCTIVOS EN 2018
Gracias a esta operación y a otras llevadas a cabo en 2018, Bankia consiguió reducir en 6.000 millones de euros sus activos improductivos, lo que supuso adelantar un año el calendario previsto en el Plan Estratégico 2018-2020.
Este plan contempla una disminución anual media de los activos problemáticos (dudosos y adjudicados) algo superior a los 2.900 millones de euros, con la finalidad de totalizar una bajada de 8.800 millones en el periodo.
Con ello, a la conclusión del ejercicio 2020 los activos improductivos se situarían en 8.400 millones de euros. De esta forma, la ratio de activos problemáticos quedará por debajo del 6% en bruto y del 3% en neto.