Alma, la red social social es una nueva manera de hablar de lo social. Con actitud y optimismo. Desde la diversidad. Y a partir de las historias de la Obra Social “la Caixa”. Alma quiere ser también un punto de encuentro de las infinitas realidades sociales de nuestro mundo.
La ciencia es un camino de exploración, una obra de pioneros, pero no basta con la ciencia para avanzar: sin nadie que les apoye, la aventura es vana. La Obra Social ”la Caixa” lo sabe, y por eso lleva más de 30 años apostando por la investigación #ConLosImprescindibles. Sobre el valor de la ciencia para la sociedad escribe el periodista especializado en ciencia y salud Josep Corbella.
—Pero, al final, ¿esto para qué sirve?
—Señor —repuso Faraday sin inmutarse—, muy probablemente pronto podrá usted cobrar impuestos por esto.
Más de 150 años más tarde, la anécdota sigue vigente.
2«Gracias a todos ellos, hoy es posible vivir en gran parte del mundo sin miedo, sin hambre, sin frío, sin dolor y prácticamente sin enfermedades prematuras.»
Gracias a todos ellos, y a toda una legión más de exploradores, hoy es posible vivir en gran parte del mundo sin miedo, sin hambre, sin frío, sin dolor y prácticamente sin enfermedades prematuras. Gran parte de la humanidad ha dejado atrás el sufrimiento que ha sido la norma durante la mayor parte de su historia y ha llegado a las puertas del paraíso. En este progreso hacia el bienestar, los científicos han sido imprescindibles.
Pero no basta con la ciencia para avanzar.Cuando el explorador desembarca en el nuevo continente y empieza a cabalgar hacia el lejano oeste, tras él vienen las personas que construirán comunidades en lo que antes era un desierto. Vienen los campesinos que cultivarán la nueva tierra. Los colonos que levantarán las primeras casas. Los arquitectos y urbanistas que construirán ciudades. Los jueces y gobernantes que establecerán normas de convivencia. Los pastores y pensadores que transmitirán valores.
Todos ellos son imprescindibles. Si nadie le sigue, la aventura del explorador es vana. Exactamente lo mismo les ocurre a los exploradores científicos. Detrás del visionario que apuesta por las terapias moleculares, deben venir las empresas que desarrollen los fármacos, los gobiernos que los regulen y los hospitales donde se atenderá a los enfermos. Y deben venir, también son imprescindibles, los pensadores que velarán por que los avances se apliquen en beneficio de las personas.