La fibromialgia se trata de una enfermedad crónica caracterizada por dolor músculo-esquelético generalizado, con aumento de sensibilidad dolorosa a la presión en determinados puntos del cuerpo.
Las enfermedades raras, como la fibromialgia, son aquellas que afectan a un pequeño porcentaje de la población y que poseen diversos síntomas y desórdenes que atacarán según el caso y las características puntuales de cada paciente.
El gran problema de esta enfermedad es que el dolor se localiza sobre todo en zonas musculares, sin que haya ningún daño aparente. Las personas con fibromialgia tienen una gran «sensibilidad al contacto físico o a los cambios de temperatura». Estos se encuentran en zonas como: el cuello, los hombros, la espalda, las caderas, los brazos y las piernas.
Afecta mayoritariamente a las mujeres de entre 20 y 50 años.
La fibromialgia afecta a medio millón de españoles.
Síntomas de la fibromialgia
Los síntomas de la fibromialgia no son predecibles; lo mismo hoy estás mejor y mañana no te puedes levantar de la cama o no te sientes las manos. La mayoría de las personas con fibromialgia se sienten frustradas por sus limitaciones físicas y la incapacidad para hacer planes.
En la mayoría de los casos hay un dolor generalizado, trastornos del sueño y fuerte agotamiento desde la cabeza a los pies. También se percibe una sensación de hormigueo o adormecimiento en manos y pies junto con dificultades para concentrarse.
En ocasiones, puede ocasionar rigidez generalizada. En especial por las mañanas, te levantas con las manos hinchadas y sientes un hormigueo que las recorre, llegando incluso a costarte doblar los dedos. Es un dolor persistente que te acompaña todo el día, pero que se va pasando un poco a medida que transcurre el día.
El dolor puede tener múltiples formas de presentarse, puede ser difuso y persistente, quemante, punzante o penetrante. El dolor suele empeorar con el frío, infecciones, estrés y falta de sueño. Otro de los síntomas que se muestran típicamente asociados al dolor, es el agotamiento o fatiga crónica, sin causa que lo justifique.
En algunos casos presentan un trastorno neurológico conocido como el “síndrome de las piernas inquietas”. Es un impulso incontrolable de mover las piernas, en especial cuando estás descansando o reposando.
Por si todo esto fuese poco, también puedes tener cefaleas, malestar abdominal, parestesias, entumecimiento y mareos.
Puntos de dolor
Las regiones más frecuentes son la lumbar, cervical, hombros, rodillas, muslos y brazos. Normalmente tienes unos puntos que están siempre ahí y te pueden doler con más o menos intensidad.
- Los músculos inferiores del cuello.
- La zona alta del pecho, justo debajo de la clavícula.
- Los músculos en la base del cráneo, en la nuca.
- Los músculos trapecio de la espalda hacia los hombros.
- Encima de la espina de la escápula (entre los omóplatos).
- El área interna de las rodillas.
- Los glúteos, en el tercio superior de la inserción de los glúteos, cerca de la cresta ilíaca.
- Los codos.
- La zona exterior de las caderas.
En esos puntos sensibles, el enfermo de fibromialgia experimenta un dolor intenso con el simple roce.
Causas de la fibromialgia
Es cierto que el origen exacto de la fibromialgia es desconocido, pero hay muchos especialistas que coinciden que es la enfermedad del estrés por excelencia.
Se cree que la fibromialgia se desarrolla como resultado de una sensibilización extrema del sistema nervioso.
Se ha llegado a la conclusión de que puede ser por causas:
- Genéticas: Suele ser hereditaria, lo que predispone a la persona con riesgo a padecerla.
- Infecciones: Algunas enfermedades infecciosas pueden ocasionar o agravar la fibromialgia.
- Trauma físico o emocional: Se puede llegar a desencadenar a consecuencia de un traumatismo, como un accidente o por estrés psicológico.
Esta patología es reversible, y tratando un conjunto de cosas la vez, como la alimentación y el estrés crónico se pueden revertir los síntomas.
Tratamiento
Detectar la fibromialgia puede ser difícil de diagnosticar, puesto que no tiene signos evaluables medicamente. En algunos casos el diagnóstico puede retrasarse por años, dado que generalmente el médico puede interpretar los síntomas como otra enfermedad y buscar mejorarlos con tratamientos comunes.
Se trata para intentar aliviar el dolor y controlar los síntomas acompañantes para lograr una mejor calidad de vida de quien la padece.
Un grave problema es que: “No hay una especialidad, unos médicos te mandan tratamientos y otros te dicen que no los tomes«.
Puedes intentar prevenir las crisis mediante una alimentación adecuada rica en frutas y verduras fundamentalmente, dormir lo mejor posible, mantener un sistema digestivo lo más sano tomando yogures y derivados, hacer ejercicio físico moderado, recibir tratamiento fisioterapéutico e intentar apartar el estrés del día a día a través de técnicas de relajación o recibiendo tratamiento psicológico.
Las posibilidades de éxito del tratamiento “disminuyen si el diagnóstico no es precoz”.
Medicamentos
Para intentar paliar los dolores de la fibromialgia se están recetando estos medicamentos:
- Paracetamol: Administrado junto con alprazolam ha presentado efectividad ante el dolor. Los pacientes más severos a menudo no responden a los analgésicos simples y requieren por tanto de intervenciones más agresivas.
- Tramadol: Es un agonista opioide débil, posee además acciones serotoninérgicas y noradrenérgicas y resulta eficaz en pacientes con fibromialgia y dolor ligero a moderado. Es recomendable empezar con dosis bajas, e ir incrementándola poco a poco para evitar las náuseas y mareos asociados con dosis más altas.
- Opioides: La administración de opioides sigue siendo un tema controvertido, pero se ha demostrado que ayudaba bastante con esta enfermedad. Lo importante es evaluar la posible presencia de factores de riesgo de adicción, incluyendo problemas previos con sustancias de abuso ilegales y agentes formadores de hábito como las benzodiacepinas, antecedentes de alcoholismo o una historia familiar de adicción.
- Antidepresivos tricíclicos con conocida acción analgésica: Los inhibidores de la serotonina en sí no hacen demasiado en los pacientes con fibromialgia. Una combinación de fluoxetina y amitriptilina es más eficaz que cualquiera de los dos agentes de forma aislada. La gabapentina, topiramato, pregabalina pueden reducir el dolor en la fibromialgia.
Familiares
El apoyo familiar es muy importante en pacientes de fibromialgia, ya que es una enfermedad altamente frustrante con unas limitaciones considerables y unos cambios de humor radicales. Si tienes fibromialgia nunca sabes si podrás asistir a la comida familiar del día siguiente o si puedes llevar a tus hijos al parque; te sientes culpable por estar enfermo y esa pescadilla que se muerde la cola va en aumento cada día hasta que consigue ahorcarte y puedes entrar en una depresión.
Es muy importante psicoeducar tanto al paciente como a la familia para entenderlo y poder acompañarlo. Haciéndoles conocedores también de que es genético y que ellos pueden llegar a padecerla.
Entre los aspectos más negativos de esta enfermedad está que los familiares, amigos e incluso los propios facultativos, en muchas ocasiones, dudan de la veracidad de las molestias de las que el enfermo se queja, ya que los análisis y las radiografías son normales.
Problemas laborales
Otra cosa bastante tediosa que tiene esta enfermedad es que suele afectar a las personas en edad laboral y produce muchas limitaciones tanto laborales como en la vida diaria.
Merma tu autoestima y provoca síntomas ansioso-depresivos secundarios.
La invisibilidad de la enfermedad agrava el sufrimiento de estas personas. Los síntomas que tienes son subjetivos y referidos por el paciente, pero de difícil constatación.
La sociedad ha estigmatizado esta enfermadad de tal forma que muchas personas creen que está en la cabeza de la persona que la padece.
Vivir con fibromialgia
Puedes intentar mejorar tu calidad de vida empezando por ti mismo:
- Practica ejercicios aeróbicos, de fortalecimiento muscular y de estiramiento o flexibilidad, técnicas de relajación para aliviar la tensión muscular y la ansiedad, y programas educativos que le ayuden a comprender y controlar la fibromialgia.
- Intenta mejorar el sueño y aumentar tu estado anímico con psicoterapia o tratamientos farmacológicos.
- Si es necesario recurre a los fármacos que se están recetando para la fibromialgia.
- Concienciarte de que estás enfermo es lo más difícil, pero una vez que lo hagas y asumas el dolor y las limitaciones podrás comenzar a vivir mejoren vez de autofustigarte por sentirte como lo haces.
- No te calles, explícales a tus seres querido cómo te sientes y que te acompañen al médico para un mayor apoyo emocional.
- Ir a asociaciones o grupos, puede ser un buen espacio para compartir lo que ocurre, buscar consuelo, dar apoyo a otras personas puede ayudarte a superar el reto diario que supone esta silenciosa enfermedad.