Las luces de alarmas han saltado en la capital de Ibiza. La vivienda alcanza precios medios superiores a los máximos del ciclo anterior y la situación comienza a resultar insostenible. Sólo la localidad tinerfeña de Adeje se sitúa en los mismos niveles que el municipio balear, según el último informe elaborado por Tinsa.
Mucho se habla sobre sí existe o no una burbuja inmobiliaria en el sector residencial. Afirmar que el ladrillo vuelve a vivir una situación igual a la vivida en la época del boom inmobiliario es muy osado. De hecho, con los datos en la mano es muy complicado aseverar esto, porque los precios todavía han alcanzado los topes registrados antes del comienzo de la crisis. Lo que sí existe -y esto es algo que reconocen todos los agentes implicados en el sector- es un problema de acceso a la vivienda. Una dificultad que guarda relación directa con los salarios actuales de los españoles.
Pero lo cierto es que en el territorio nacional sí hay dos municipios donde se puede hablar sin tapujos de la existencia de una nueva burbuja. Se trata de Ibiza y Adeje, que son los únicos que habrían superado los máximos de la década pasada, de acuerdo a la estadística de precios de Tinsa. El valor medio en Ibiza capital, 3.455 euros por metro cuadrado en el primer trimestre de 2019, supera los 3.080 euros por metro cuadrados en el tercer trimestre del 2007. Es decir, casi 500 euros más que la época marcada por la especulación alrededor del ladrillo.
Ampliando el foco al conjunto de la isla balear, el valor medio actual en Ibiza y Formentera (3.920 euros por metro cuadrado) supera en un 15% el anterior máximo registrado en el primer trimestre de 2008. Finalmente, también Adeje (Tenerife), está un 3,8% por encima del máximo alcanzado en tercer trimestre de 2007, hasta 2.202 euros por metro cuadrado en la actualidad.
A nivel general, el informe refleja que en un 63% de las franjas de litoral los precios de la vivienda vacacional muestran indicios de recuperación, y en otro 30% de las zonas la evolución se define como de “claro ascenso”. Entre estas últimas destacan la costa catalana cercana a la capital (Badalona, Lloret de Mar, Tossa de Mar, etc.) y las islas de Mallorca e Ibiza. Además, se ha producido una reactivación de los precios en zonas en las que años atrás presentaban cierto estancamiento, a causa de una demanda menos sólida.
Según la estadística de precios de vivienda terminada (nueva y usada) de Tinsa, un 78% de los 159 municipios de costa que se analizan en el informe registraron en el primer trimestre de 2019 incrementos interanuales de precios, liderados por Baiona (Pontevedra), con una subida del 24,4% entre el primer trimestre de 2018 y el de 2019; Mataró (Barcelona), con un 23,3%, y Antigua (Fuerteventura), con una subida en el precio medio del 23,2% en el último año.
Otros 42 municipios, localizados principalmente en las islas, Comunidad Valenciana y las provincias de Málaga y Barcelona, muestran incrementos de precio superiores al 10%. Entre ellos destacan Ciutadella de Menorca (+19,5%), las tinerfeñas Granadilla de Abona (+19,4%) y Adeje (+18,3%), y Casares, en la provincia de Málaga, con un incremento del 17,6%.
Aunque con menor intensidad que en años anteriores, también se ven ajustes de precios en el mercado de costa. Entre los 36 municipios que abarataron su precio medio en el último año, el descenso fue inferior al 3% en un 59% de ellos Las mayores caídas en el último año se localizan en San Bartolomé de Tirajana, en Gran Canaria, donde el precio medio se redujo un 12,7%, seguido de la onubense Cartaya (-9,1%), de Capdepera (-8,2%) y Sant Lluís (-7,3%), ambas en Islas Baleares, y de Lepe, en Huelva, que registró una caída interanual del 5,7% en el primer trimestre de 2019.
OPTIMISMO MODERADO EN LA COSTA
Las previsiones sobre la evolución del mercado son de optimismo moderado. En un 62% de las zonas analizadas en el informe los técnicos de Tinsa apuntan que los precios de la vivienda vacacional no variarán sustancialmente este año. “Todo indica que, al igual que en el conjunto del mercado residencial español, se ha llegado a un punto de equilibrio, con salvedades locales, tras el cual se espera la estabilización de las variables principales: incrementos más contenidos de la demanda y tendencia a la moderación de precios”, afirma el director del Servicio de Estudios de Tinsa, Rafael Gil.