Allá por el año 2008, Cementos Alfa (la cementera perteneciente al Grupo Portland Valderribas) alcanzaba un resultado de 11,1 millones de euros. A partir de ese momento, y debido a la crisis, esas cifras fueron desinflándose a medida que pasaban los años. Fue 2013 cuando tocaron fondo (cuatro millones de euros de pérdidas), iniciando un pequeño salto (años 2014 y 2015) que fue efímero (en 2016 y 2017 volvieron los números rojos: -1,4 millones y -362.000 euros, respectivamente). ¿Y en 2018? Su resultado creció un 228,4%, para situarse en 465.000 euros.
Son datos recogidos por Insight View y que demuestran las ganas de Cementos Alfa por seguir estando presente en un mercado que se caracteriza, entre otras circunstancias, por tener que hacer frente a un elevado precio de los derechos de emisión de CO2 así como a un alto coste eléctrico. Fruto de ello es una paulatina caída de las cifras de exportación. Según Oficemen, la patronal del sector, las exportaciones encadenan 23 meses en negativo.
¿Dónde ha estado la clave para que Cementos Alfa sea competitiva? Una parte importante ha tenido como protagonista a la denominada economía circular o, dicho de otra forma, en la valorización de residuos. Cementos Alfa produce en su sede de Mataporquera (Cantabria) clinker, cemento y mortero. Durante un lustro, invirtió 14,5 millones de euros para la valorización energética, es decir, para sustituir combustible fósil (coque de petróleo) por otros residuos no reciclables con alto poder calorífico. Y ahí el listado de materia prima aprovechable es enorme.
La sustitución de combustible fósil por residuos no reciclables ha reducido su factura energética
En la planta cántabra de Cementos Alfa se utilizan desde yeso proveniente de la industrias de ácido cítrico y fosfórico, hasta las cenizas volantes de la central eléctrica de carbón, las cenizas de las incineradoras de residuos domésticos, los lodos carbonatados y celulosa de las plantas papeleras, harinas animales, cascarilla de cacao, orujillo de aceituna, plásticos no reciclables, neumáticos usados… Cementos Alfa logró una sustitución media del combustible tradicional por el de residuos a finales de 2018 del 45,2%, evitando lanzar a la atmósfera 31.000 toneladas de dióxido de carbono, con el consiguiente ahorro de costes. Para 2019, esa cifra prevé que pueda llegar al 65%, según recoge Diario Montañes.
LOS ‘PINCHAZOS’ DE CEMENTOS ALFA
Cementos Alfa no fue ajeno a la crisis (ERE incluido). Sus ventas en 2008 llegaron a ser de 77,1 millones de euros, para caer a 27,5 millones en 2012. Desde entonces, se han movido entre los 28 y los 33 millones de euros. En 2018 fueron de 30,4 millones, un 6,6% más que el año anterior, según Insight View.
Repasando el resto de magnitudes de la compañía, su margen bruto (el beneficio directo de la actividad de la empresa sin descontar los gastos de personal, ni generales, ni los impuestos) fue de 21,03 millones de euros. Por lo que respecta al resultado de explotación, es decir, la actividad habitual del negocio (ingresos por ventas menos gastos normales de explotación, que incluyen las amortizaciones), fue negativo: -1,73 millones de euros, aunque mejoró respecto a las cifras de 2017 (-3 millones) y de 2016 (-2,5 millones). Sin embargo, el resultado financiero fue positivo: 2,3 millones de euros. Que este último sea mejor que el anterior es sinónimo de buena salud.
La deuda a corto plazo ha sufrido un ligero repunte del 5,5%, pasando a ser de 8,5 millones. Aun así, el recorte en este apartado ha sido más que significativo durante los últimos años, ya que en 2011 llegó a alcanzar un pico de 23,1 millones de euros. Por lo que respecta a la deuda a largo plazo, se ha reducido hasta los 1,3 millones. De cara a 2019, la producción de Cementos Alfa se aproximará a las 600.000 toneladas, sin llegar a alcanzar las 700.000 de antes de la crisis. Y sus previsiones son las de exportar el 85% de su producción.