Las eléctricas y gasísticas españolas más afectadas (Red Eléctrica, Enagas y Naturgy) por el duro recorte en la remuneración que cobran por la distribución de electricidad y gas prevén dar batalla, incluso legal, a la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC). La decisión del regulador de reducir cerca de un 30% los pagos que reciben por ley no solo ha causado una honda preocupación en el sector, sino que también ha llevado a fuerte castigo bursátil de dichas compañías.
En concreto, la CNMC propuso un recorte anual medio del 7% de la retribución que perciben las empresas por la distribución de electricidad y cerca de un 18% la del gas de cara al siguiente periodo regulatorio (de 2020 a 2025 para las primeras, y de 2021 a 2026 para las segundas), lo que supondría de facto cercenar hasta 5.000 millones en sus ingresos. Ante la situación, las firmas ya han mostrado públicamente, a través de sus hechos relevantes, que presentarán las alegaciones correspondientes para intentar suavizar las condiciones, en un proceso que va a durar hasta noviembre.
Pese a ello, algunas de las compañías planean una ofensiva frente al regulador todavía más dura, y es que «las empresas afectadas por el recorte se plantean llevar a la CNMC ante los tribunales españoles; e, incluso, ante instancias internacionales si la propuesta lanzada se mantiene en los términos actuales», señalan fuentes conocedoras de la situación a MERCA2. Las firmas energéticas justifican su posición en que con los términos actuales «se pondrían en riesgo las inversiones necesarias para avanzar en la transición energética y la descarbonización».
La decisión del regulador, que todavía es preliminar, supondría un paso atrás en el gran reto energético español, puesto que el Gobierno socialista, a la espera de que Pedro Sánchez vuelva a salir investido, remitió a Bruselas uno de los planes energéticos más ambiciosos de toda la Unión Europea, hasta el punto de que para 2030 espera que más de un 70% del mix energético se abastezca mediante el uso de energías renovables. Un desafío que exigirá una mayor inversión en infraestructuras de transporte debido a que en dichas fuentes (eólica y solar) no se tiene control sobre el momento en el que se produce la energía, por lo que el sistema eléctrico se ve obligado a coordinar la producción con el consumo de forma inmediata, de tal manera que compensa los picos y valles que generan dichas tecnologías.
Por su parte, el regulador asume las competencias atribuidas por el derecho comunitario en materia de gas natural y electricidad, tras la aprobación por parte del Gobierno del real decreto ley para hacer efectivo dicho poder y emitir circulares normativas. El recorte anunciado por la CNMC se debe a la fuerte caída del rendimiento de los bonos españoles a 10 años desde 2012-2013, que se utiliza para establecer la remuneración que se paga en la actualidad. Además, a favor del organismo de Competencia también juega el hecho de que se va a retrasar, y nadie se aventura a poner una fecha para un cambio de tendencia, una hipotética subida de tipos, lo que provocará a que el interés que paga la deuda española (y con ello la referencia de retribución para la distribución en electricidad y gas) siga en mínimos en los próximos años.
ENAGAS, NATURGY Y REE PIERDEN CASI 4.000 MILLONES EN TRES SESIONES
El recorte en la remuneración que podría terminar por ejecutar la CNMC también ha levantado un fuerte revuelo entre los inversores, los cuales han castigado con fuerza tanto a Enagas, como a Naturgy como a Red Eléctrica. En concreto, Naturgy ha sido la que más castigo, en volumen total, ha padecido en los últimos días tras acumular pérdidas por cerca de 2.400 millones al ceder cerca de un 10%. Por su lado, tanto la distribuidora de gas como la de electricidad se han dejado en torno a 700 millones, aunque el mayor varapalo, en porcentaje, ha sido para la firma que preside Antonio Llardén que se deja un 13%, mientras que la que dirige José Sevilla cede un 6,1%.
Las empresas afectadas por el recorte se plantean llevar a la CNMC ante los tribunales españoles, e, incluso, ante instancias internacionales
La razón es sencilla, ya que dichas compañías, sobretodo en el caso de Enagas y Red Eléctrica, funcionan para los inversores como si fueran unos bonos, esto es que su inversión en ellos genera un flujo (en forma de dividendos principalmente) continuo y seguro (al estar amparados por ley sus cobros) de recursos al igual que podría rendir los intereses de cualquier bono de deuda. El problema ahora, es que dicho remanente de recursos que viene fijado por ley se va a reducir, en casi 5.000 millones en los próximos años, si la CNMC mantiene más allá de noviembre las actuales condiciones, lo que provoca que el atractivo de ambas firmas ya no sea tan alto. Al final, como en cualquier empresa: menos ingresos, presumiblemente son menos beneficios y, por lo tanto, menor valor bursátil.
Pese a todo, el atractivo del sector eléctrico sigue igual de vigente que días atrás. Desde Bloomberg señalan que «las compañías de distribución de electricidad (Endesa, Iberdrola y, en menor medida, Naturgy y EDP) enfrentan una mejor perspectiva al finalizar el actual período regulatorio este año». Además, «los operadores de instalaciones renovables, de cogeneración y de conversión de residuos en energía (EDP, Ibereolica, Acciona, así como Iberdrola, Elecnor, Solaria) probablemente solo verán una pequeña reducción en la remuneración, si la hubiera», señalan los analistas del portal económico.