Hay negocios con un alto componente estacional a la hora de generar ingresos. Eso siempre es un problema. Si a la ecuación se añade una atomización por tamaño y nula innovación, el resultado es negativo. Algo que sucede con los gimnasios españoles, que no levantan cabeza.
Así lo reflejan los datos sectoriales extraídos de Insight View que confirman la mala salud de este negocio en la actualidad mediante un informe al que ha tenido acceso MERCA2. En concreto, el 30% del sector de gimnasios está en máximo o elevado riesgo de impago. Básicamente se debe al tamaño de estos negocios, muchas veces financiados con ayudas a primeros negocios que, en la mayoría de los casos no terminan de ser rentables.
Lo curioso es que los gimnasios siguen ganando clientes año a año. Sobre todo en las grandes ciudades donde hacer deporte de manera local y concentrada se ha convertido en un hábito. Entonces, ¿cómo puede ser que unas empresas que reciben cada vez más personas estén consiguiendo menos ingresos?
Parte de la explicación se debe a que en los últimos años los centros deportivos municipales ofrecen prestaciones de gimnasios que nada tienen que envidiar a los centros privados. Además, muchos de ellos cuentan con piscinas climatizadas para el invierno, y los precios tienden a ser muy ajustados. De esta manera, un volumen importante de usuarios -que solo buscan hacer algo de ejercicio- estarían eligiendo estas alternativas públicas.
El otro aspecto que está dejando tiesos a los gimnasios tiene que ver, precisamente, con sus políticas de precios. Por el tipo de negocio se trata un ‘sector commodity’; es decir, que la diferencia entre los distintos actores del mercado es prácticamente nula. Se trata de poner más o menos máquinas, con mejores o peores monitores, pero el resultado final del servicio es prácticamente el mismo. Por este motivo, en parte, los precios han ido a la baja. Apenas hay capacidad de poder cobrar más. Eso de manera directa erosiona los márgenes del negocio, y el problema está servido.
Además, en este espiral deflacionista han entrado de lleno los denominados ‘gimnasios low cost’ que, con el objetivo de captar clientes, apenas cobran suscripción y luego unas cuotas ínfimas. Por eso, elevan el número de usuarios pero difícilmente pueden mejorar el Arpu (la rentabilidad por cliente).
GIMNASIOS PEQUEÑOS Y CAMBIANTES
Los dos factores antes mencionados son la clave para entender la mala situación de los gimnasios, aunque para comprender el negocio se deben observar otras variables que, finalmente, ofrecen la fotografía fija.
El tamaño explica el escaso margen de mejora e inversión que tienen los gimnasios. El 75% son microempresas y el 21% pequeñas. Un insignificante 4% ha alcanzado la dimensión de mediana empresa y menos del 1% adicional tiene el tamaño de gran empresa.
Los problemas de rentabilidad explican la escasa esperanza de vida de las empresas del sector. Sólo el 26% de las empresas del sector tiene más de una década y apenas el 4% llega al cuarto de siglo. De acuerdo con los datos que ofrece Insight View, este sector muestra una importante concentración geográfica de la actividad sectorial en Madrid (24%) y Barcelona (19%).
PESE A TODO…
Pese a estas cifras, en los primeros seis meses de 2019 se han inaugurado al menos 90 nuevos gimnasios en suelo español, según Cmdsport.com. La gran mayoría, 53, pertenecientes al segmento boutique, lo que evidencia el fuerte crecimiento que está experimentando este modelo de negocio en nuestro mercado. Madrid se mantiene como la localización más usada para implantar nuevos proyectos.
Tras un 2018 que culminó superándose las 160 aperturas de nuevos gimnasios en el mercado español, 2019 va camino de al menos mantener, sino superar, el buen ritmo expansivo que ha mostrado el sector en los últimos 18 meses.
Durante el primer semestre de este 2019 se han contabilizado, que CMDsport tenga constancia, unas 90 aperturas de nuevas instalaciones fitness, lo que supone un incremento del 21% respecto al mismo periodo de 2018, en el que la cifra de aperturas alcanzó los 74.
Como se puede observar, estas cifras constatan la inmadurez de estos negocios que tienen una alta tasa de natalidad, lógicamente, derivado de su alta mortalidad. Mientras, el negocio deberá reinventar parte del modelo para conseguir que los márgenes tiren hacia arriba.