Si esto fuera la batalla final de la última película del Señor de los Anillos, la prensa sería el ojo de Sauron y la antigua Operación Chamartín el ejército de soldados de Aragon. ¿Pero quién sería Frodo y el anillo? Muy sencillo, el primero es el Partido Popular y el segundo, los desarrollos del Sureste. Mientras la atención mediática se centra en Madrid Nuevo Norte y su aprobación, el PP mira de reojo al gran banco de suelo de la capital y sus múltiples posibilidades. ¿Recalificar? Quién sabe…
En este último mes mucho se ha hablado sobre el urbanismo que viene en Madrid. Manuela Carmena ya no es alcaldesa y ahora su lugar lo ocupa José Luis Martínez-Almeida. El hasta hace poco líder de la oposición en el Pleno del Ayuntamiento de Madrid se encuentra en una disyuntiva: dar el ‘ok’ definitivo a Madrid Nuevo Norte o reformarlo y realizar un proyecto más ambicioso. Unas modificaciones que demorarían en proyecto y podrían en riesgo su viabilidad.
El Partido Popular puede pasar a la historia de la ciudad como la formación política que aprobó y desbloqueo una operación de más de 25 años de antigüedad -a pesar de que el diseño de la misma sea de Ahora Madrid- o como otra agrupación más que demoró el mayor desarrollo urbanístico de Norte de la capital. Una decisión que deberá de tomar con Ciudadanos que ostenta la concejalía de Urbanismo con Mariano Fuentes al frente.
Las teorías sobre lo que iba o no iban a dejar de hacer los ‘populares’ en este sentido son muchas. Hay una corriente dentro del propio partido que aboga por modificar el proyecto y otra que cree que es el momento de llevar la aprobación a pleno y desatascar la situación. El consuelo de estos últimos tiene nombre: desarrollos del Sureste. En esta zona de la capital se esconde el verdadero gran banco de suelo de Madrid. Una zona con menos atención mediática que la antigua Operación Chamartín.
Para un pintor, los desarrollos del Sureste es como un enorme lienzo en blanco donde plasmar su gran obra maestra. Una oportunidad de realizar sus mejores trazos sobre un gran fondo virgen y redimirse así del autor -Ahora Madrid- que estropeó lo que prometía ser su pintura más ambiciosa -la antigua Operación Chamartín-. Porque la ambición es en realidad lo que resume todo este problema. El PP y su socio de gobierno -Ciudadanos- nunca han escondido que hubieran preferido construir un proyecto más ambicioso que Madrid Nuevo Norte. Pero ahora se encuentran atados de pies y manos por la presión social de los barrios que colindan con el proyecto y que solicitan su aprobación inmediata.
El PP puede hacer y deshacer en unos terrenos donde caben cerca de 100.000 viviendas
Por este motivo, el Sureste de Madrid se postula como el lugar idóneo donde descargar esa ambición urbanística. Una noticia que tendría una gran acogido por parte de los promotores. De hecho, ya hay algunos que se han mostrado esperanzados con la posibilidad de que el nuevo Gobierno Local consiga desbloquear una situación que corre peligro de convertirse en una nueva Operación Chamartín.
«En Los Berrocales se podría estar construyendo en un año o año y medio«, señalaba hace pocos días a La Información Mauricio Fernández, gerente de la Junta de Compensación de Valdecarros. Conseguir desbloquear estos desarrollos supondría construir más de 100.000 viviendas, según las estimaciones de las juntas de compensación afectadas.
El Partido Popular y Martínez-Almeida tienen la oportunidad de comenzar a crear de la nada en ámbitos como Ahijones, Cerros, Valdecarros y Berrocales donde no hay nada desarrollado. En el Ensanche de Vallecas está al 90% y el Cañaveral entre el 30% y el 40%.
PROBLEMAS QUE INCREMENTAN EL PRECIO DE LA VIVIENDA HASTA UN 25%
El problema es que los desarrollo del Sureste están enquistados por la guerra entre las juntas de compensación y el Ayuntamiento de Madrid. Rencillas que han acabo por paralizar la construcción de unas viviendas muy necesarias. Las juntas de compensación se mantienen en su posición de reclamar indemnizaciones que, en el caso de Valdecarros y Los Cerros, ascenderían a 937 millones por la disminución de edificabilidad y el número de viviendas con respecto al plan inicial.
Ahora todo puede acabar con la elección del nuevo Gobierno Regional y todos pueden salir ganando: el Partido Popular, los propietarios del suelo y las promotoras. Además, también existe un cuarto ganador que al final es el más importante: el ciudadano. Porque toda la oferta en el Sureste de Madrid se ha concentrado hasta ahora en El Cañaveral. Esta situación ha derivado en un incremento mayor de los precios motivado por una alta demanda llegando a incrementarse un 25% de media anual, lo que implica que ha dejado de ser vivienda accesible barata.