La espera ha sido eterna, pero por fin el verano ya esta aquí otra vez. Y eso solo tiene un significado: las benditas vacaciones estivales. Seguramente guardes grandes recuerdos de la infancia, disfrutando de la playa, la piscina o una barbacoa con tus familiares.
Pero, para que disfrutes más que nunca de la llegada del verano, no te puedes perder este recopilatorio con diferentes cosas que te recuerdan a los años más relajados de tu vida. Porque, no es lo mismo chapotear en la orilla de la playa mientras tu madre te vigila con mirada inquisitoria, que ser tú el que controla a los más pequeños de la casa.
Carrete de fotos
Uno de los recuerdos de tu juventud si tienes más de 30 años eran los carretes de fotos. Tu familia no paraba de hacer fotos de tus vacaciones de verano. Hasta que se acababa el carrete. Sí, anteriormente no habían teléfonos móviles, y menos con cámaras.
Por no hablar de las actuales cámaras digitales que permiten almacenar en la ranura para tarjetas microSD, o SD, todas las fotos que quieras. ¿El problema? Que hace unos años la única opción para poder inmortalizar tus vacaciones de verano era utilizando esta pieza de culto que te permitía guardar tus recuerdos.
Aunque, había que tener sumo cuidado a la hora de cambiar el carrete: si le daba la luz se revelaba la foto y se perdía toda la información.
Cámara desechable Kodak
Otro de los objetos que te llevarán a la infancia es la emblemática cámara desechable de Kodak. Sí, el fabricante lanzó al mercado un modelo de un solo uso que arrasó gracias a su sencillez.
Tan solo tenías que hacer fotos hasta que se gastase el carrete.
Y tus padres, por tal de que les dejases en paz durante unas horas, no dudaban en comprarte una cámara desechable para poder tenerte entretenido unos días. Aunque, a veces te motivabas demasiado y te duraba tan solo unas horas…
Verano Azul
Sin duda, la serie Verano Azul significaba que el verano había llegado. Y, de forma religiosa, la familia se reunía cada día para ver las aventuras de El Piraña y compañía.
Ademas de seguir soltando alguna que otra lagrimita en el capítulo más duro de la serie: cuando Chanquete les dejó.
Y reconócelo, también acababas cantando a pleno pulmón «Del barco de Chanquete, no nos moverán«. Daba igual que fuera la octava vez que vieras la serie, seguían encantándote las aventuras de estos chicos de Nerja. Y no es la única.
Los vigilantes de la playa
Otro de los indicadores para todo crío nacido en los 70 y los 80, era la llegada de Los Vigilantes de la Playa. Sí, el pecho lobo de Mitch Buchannon, el jefe del equipo de socorristas de las playas de Malibú interpretado por David Hasselhoff, nos dejaba claro que el verano ya estaba aquí.
Además, era una serie para todos los públicos. Excepto el episodio de los tiburones. Formado por dos capítulos, aprovecharon la llegada de estos peligrosos escualos a la emblemática serie de televisión para quitarse a más de un actor del reparto de encima al que se le habían subido demasiado los humos por el éxito de la serie.
¿No viste ese capítulo? Agradéceselo a tus padres, que seguramente te mandaron a la cama porque pensaban que era demasiado sangriento para ti. Spoiler, para nada.
Fotos del pueblo
En esta vida hay dos clases de personas: las que pasaban el verano en su pueblo, y los que no. El segundo grupo siempre miraba con envidia a los amigos que volvían contando mil y una aventuras realizadas con sus amigos del pueblo. Por no hablar de las fiestas populares y todo tipo de eventos.
Si tienes la suerte de estar dentro del primer grupo, seguramente guardarás muy buenos recuerdos. Y, sencillamente con ver una foto de tu pueblo, volverán a tu memoria muchos recuerdos que no querrás olvidar.
Al fin y al cabo, era un clásico en el verano para muchos: tener sus vacaciones en el pueblo, nada de playa ni cosas por el estilo. No había dinero para otra cosa.
Tortilla de patatas, filetes empanados y gazpacho
Uno de los mejores recuerdos del verano de cualquier chaval que se precie eran los tuppers que traía algún familiar, posiblemente tu madre o tu abuela. En su interior había todo tipo de manjares que deglutías con prisa por tal de poder volver al agua lo antes posible.
Aunque, muy probablemente no pudieras. Siempre había que hacer la digestión durante dos horas, así que te quedabas tranquilamente haciendo castillos en la arena.
Ahora, seguramente seas muy cool y te traigas pasta, o te compres un kebab, pero los tuppers playeros de tu madre siguen grabados a fuego en tu memoria.
Pelota Nivea
Sin duda, igual que los tuppers de comida eran un imprescindible para disfrutar de una jornada en la playa realmente larga, la pelota Nivea era otro imprescindible. El niño de la foto podías ser perfectamente tú, haciendo el cabra con la emblemática pelota de la firma especializada en el cuidado de la piel.
Y ojo, que si naciste en los 70, o principios de los 80, recordarás con mayor cariño las avionetas que bombardeaban las playas más conocidas con cientos de pelotas Nivea. Una verdadera lluvia de diversión para los más pequeños de la casa.
Pero, en 1989 llegó la Ley de costas y se prohibió el lanzamiento de pelotas Nivea para evitar posibles daños medioambientales. Sí, ahora piensas que es lo más razonable, pero seguro que cuando eras más pequeño te quedaste sin uno de los juegos más divertidos que hacer en verano: cazar pelotas Nivea en la playa.
Globos de agua
La revolución tecnológica permite que disfrutes de teléfonos tan potentes como ordenadores. Todo un hito, más si se tiene en cuenta que hace 15 años, lo máximo a lo que podías aspirar era a jugar a la Serpiente en tu potente Nokia 3310.
¿El problema? Que los chavales de ahora están con sus consolas portátiles, jugando con sus teléfonos móviles, o directamente no salen de casa para darle caña a su juego preferido. Hasta que te cruzas con un grupo de niños con globos de agua dispuestos a comenzar una guerra.
Esa imagen te transporta a tu infancia, escondido detrás de unos setos para atacar al grupo rival mientras esta «cargando» su munición en la fuente del parque donde habíais quedado para enfrentaros. ¡Bendito verano!