Tu cuerpo está lleno de lunares o manchas marrones. Las personas con la piel muy «blanca» suelen tener más, pero no siempre son benignos; se puede tratar de un melanoma, aunque, ¿cómo saber si ese lunar es un cáncer?
Los primeros signos pueden aparecer en uno o más de estos lunares; por eso es tan importante conocer muy bien nuestra propia piel y hacer revisiones mensuales, si fuese necesario.
Un melanoma es un tumor formado por células que contienen mucha melanina. Es un cáncer de piel que se origina cuando las células cancerígenas empiezan a crecer de forma descontrolada y se trata de un cáncer muy agresivo.
Los lunares cambian de forma, color, tamaño, se ulceran, pican, sangran o duelen.
Abecedario del Melanoma
Existe una «sencilla» forma de no olvidar las características del melanoma, son el ABCDE:
Asimetría: Son lunares asimétricos. Cuando un lunar no es igual al dividirlo por el centro es una señal de alarma.
Borde: Los extremos y bordes de un melanoma precoz suelen estar ondulados. Tienen bordes irregulares.
Color: Cuando un lunar, en vez de tener solo una tonalidad marrón, posee muchas distintas puede ser una señal de alerta que tienes que mirar. Un melanoma también puede ser rojo, blanco o azul.
Diámetro: Un melanoma tiene unos 6mm en su circunferencia.
Evolución: Hay lunares en tu cuerpo que conoces a la perfección y si cambian de tamaño lo notas rápido. Hay que prestar especial atención cuando uno de esos lunares crece, cambia de color, grosor o cualquier otro rasgo. Al igual que con cualquier síntoma nuevo como hemorragias, picor o costras, que es indicativo de peligro.
¿Dónde se originan los melanomas?
Un lunar nuevo o tumor benigno, se elabora mediante los melanocitos, que son las células que se pueden convertir en melanoma. Producen la melanina para proteger las capas más profundas de la piel contra algunos efectos nocivos del sol.
Los lunares aparecen con más frecuencia en los niños que en los adultos. Algunos son muy parecidos a los melanomas y a los médicos les cuesta trabajo diferenciarlos incluso bajo un microscopio. Es por eso por lo que muchos de ellos se quitan por pura seguridad del paciente.
Los melanomas localizados en las extremidades tienen mejor pronóstico que aquellos originados en cuello, tronco o cabeza. En los hombres suelen salir en el tronco, en la cabeza o en el cuello, y en las mujeres es más común su aparición en brazos o piernas.
¡Nunca hay que descartar otras zonas del cuerpo, aunque no sean las «citadas»!
Detección
Un especialista patólogo se encargará de analizar la muestra tomada en un microscopio para determinar si existen células cancerosas. Se debe realizar una biopsia, y tomar una muestra del lunar “sospechoso”. Se procurará hacer una que extirpe la lesión por completo. A veces, hay que hacer biopsias en los ganglios linfáticos que están cerca del melanoma.
Las células del melanoma pueden desplazarse hasta los ganglios linfáticos locales, y estas liberan fluidos en el sistema inmunológico dentro del torrente sanguíneo. Estos ganglios podrían ser extirpados si fuese necesario para así evitar que contaminen otras partes del organismo.
El resultado debe decir el nivel de profundidad en milímetros del melanoma, para orientar el pronóstico y posterior tratamiento. Así como también tiene que determinar si los márgenes de resección son adecuados.
Tratamiento del melanoma
La vía principal de tratamiento de los melanomas es la cirugía. Se retira todo el crecimiento, más un margen de seguridad alrededor. Y se manda al laboratorio para «confirmar» que todas las células cancerosas han sido retiradas.
En cánceres en fase avanzada, se utiliza quimioterapia, radioterapia e inmunoterapia (fármacos estimulantes del sistema inmunológico). Estos tratamientos son capaces de frenar el avance de la enfermedad y alargar la vida, aunque los melanomas en fase terminal son difíciles de frenar por completo.
¡Reconocer las primeras señales de alarma es la clave para salvar vidas!
Cuando te diagnostican un «cáncer», da igual del tipo que sea, lo primero que intentas es tomar una decisión rápida, pero lo que deberías hacer es detenerte, asimilarlo y si tienes tiempo suficiente, pedir una segunda opinión.
A la hora de decidirte por un tratamiento u otro para el melanoma tienes que tener en cuenta distintos factores:
- Edad y estado de salud.
- En que nivel está su cáncer.
- Cómo podría beneficiarte.
- Los efectos secundarios de cada tratamiento.
Melanomas en fases avanzadas
Los melanomas en raras ocasiones se extienden tan rápido como para entrar en los ganglios linfáticos u otros órganos del cuerpo, pero si no se hace una detección precoz puede ser que, para cuando te des cuenta, ya seas un paciente con un melanoma en Estadio III y necesites un estudio extenso con exámenes radiológicos del cerebro, cuello, tórax, abdomen y pelvis y huesos.
La radioterapia es una forma de controlar el dolor, metástasis óseas o paliar los síntomas que las metástasis dan en cerebro o médula espinal.
Los pacientes con metástasis no subsidiarias de cirugía o radioterapia pueden recibir terapias paliativas con inmunoterapia sola o asociada a quimioterapia con resultados prometedores.
Puede ser que no quieras ningún tratamiento si el cáncer está muy avanzado. Si es así y decides no tratarlo, sí puedes obtener medios para paliar los síntomas o el dolor.
Reducir el Riesgo
Es imposible cambiar la herencia genética, pero sí tomar precauciones a la hora de tomar el sol para que no se produzcan los melanomas. Usa ropa adecuada con protección si fuese necesario, gafas de sol especializadas contra los rayos UV o sombreros para cubrirte cabeza y rostro.
Por ejemplo, no permanezcas durante largos periodos expuesto al sol e intenta mantenerte a la sombra en los horarios más fuertes, que serían de 10am a las 4pm.
En la mayoría de los casos de melanomas los lunares tienen un aspecto extraño y son fáciles de identificar.
¡La detección precoz de esta enfermedad es muy importante!
Si en tu familia hay casos de melanoma u otros antecedentes de cáncer y tienes alguna duda al respecto VE a hacerte un chequeo médico. Además, si, por ejemplo, hay niños en casa con antecedentes familiares de melanomas tienen que ir al médico a partir de los 10 años de edad.