Los bancos llevan muchos trimestres achacando su castigo en la bolsa y su baja rentabilidad a la política de tipos cero del Banco Central Europeo (BCE). La semana pasada, tanto el regulador español como el europeo han dicho hasta aquí los lamentos.
La apertura del seminario ‘Las finanzas sostenibles y su importancia en el futuro de la economía’, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la Apie, con el patrocinio de BBVA, corrió a cargo del gobernador del Banco de España (BdE), Pablo Hernández de Cos.
Se cumple una década de la última gran crisis financiera que ha vivido el mundo desarrollado y Hernández de Cos hizo un repaso de los esfuerzos realizados por todos los actores para revertir la situación. Para empezar, el gobernador recordó que este duro periodo puso de manifiesto “la necesidad de un redimensionamiento del sector bancario”. “Dado que el endeudamiento del sector privado no financiero era a todas luces excesivo, su reducción futura tenía que tener su contrapartida en una disminución del tamaño del sector financiero y, en consecuencia, de los bancos, cuyos activos representaban dos terceras partes del total”, declaró.
Hernández de Cos no escatimó en palmaditas en la espalda a los bancos españoles. “Esfuerzo de corrección del sobredimensionamiento del sistema bancario”, “notable saneamiento”, “las entidades han conseguido que sus activos problemáticos hayan disminuido su peso en el balance muy significativamente”, “mejora significativa de las ratios de solvencia” … y llegaron los deberes. “A pesar de todas estas mejoras, el sector bancario español se enfrenta todavía a desafíos importantes”, indicó.
En primer lugar, “es fundamental que los bancos no relajen los estándares de concesión de los créditos”. En segundo, la baja rentabilidad. Todavía se encuentra por debajo del coste del capital. En tercer lugar, la todavía elevada morosidad. Por último, la pérdida de reputación del sector. “Las entidades deben esforzase en revertir esta percepción proporcionando a sus clientes la información precisa de manera clara y transparente, y facilitándoles el acceso a productos financieros adecuados a sus necesidades y conocimientos financieros”, señaló el gobernador del BdE.
En la ronda de preguntas se encendió la mecha de los tipos de interés. El último anuncio del BCE ha retrasado una posible subida hasta, al menos, la segunda mitad de 2020. Los bancos se quejan de que con estos niveles resulta casi imposible subir su rentabilidad. En palabras del gobernador de BdE, “el efecto neto es positivo para los bancos”. “Si bien es cierto que reducen el margen financiero de las entidades, también favorecen que los créditos crezcan más de lo que lo harían en otra situación, algo bueno para los bancos, y mejora la capacidad de pago de los clientes, lo que reduce la morosidad, uno de sus grandes problemas históricos, y permite que puedan vender carteras de activos dañados”, ahondó. Boom
LA RESPUESTA DE LOS BANCOS
Le acompaña en la mesa el presidente de BBVA, Carlos Torres. Por si no tuviera poco con el tema Villarejo, fue el primero en digerir las palabras de Hernández de Cos. No se libra de una. El máximo dirigente de la entidad vasca basó su intervención en el esfuerzo del banco que preside en la economía sostenible. De hecho, anunció que BBVA ha propuesto movilizar 100.000 millones de euros hasta 2025.
Carlos Torres fue un espectador de lujo de los directos que mandaba Pablo Hernández de Cos al mentón del segundo banco español. Aguantó sin inmutarse las referencias a Turquía y México, la petición de resolver con “celeridad” la investigación interna abierta sobre los supuestos trabajos de espionaje del excomisario Villarejo destapados por MONCLOA.COM y la recomendación de aumentar su rentabilidad. Un compromiso en Bilbao le libró de seguir en la mesa. Salvado por la campana.
Sí entraron al trapo del gobernador del Banco de España los presidentes de CaixaBank, Jordi Gual, Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, e ING España, César González-Bueno. Tuvieron un día y medio para prepararse. Su turno llegó el miércoles 19 de junio en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (IUMP).
El presidente de CaixaBank afirmó que “los tipos son una situación anómala que no debiera prolongarse mucho más en el tiempo; esperamos que acabe desapareciendo”. Jordi Gual confió en la temporalidad de esta medida por sus «efectos adversos para la intermediación financiera«.
No obstante, se mostró optimista y confiado por la solidez de su entidad. Dejó claro que mientras preparaban su plan financiero 2019-21 contemplaban hipótesis de tipos de interés bajos y “no vamos a modificar el plan”. “Nuestro banco ha demostrado su enorme capacidad de resistir”, señaló.
El presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, también trató el tema de los tipos de interés. Además de descartar fusiones paneuropeas por los “escasos incentivos regulatorios”, admitió que esta política del BCE podría llevar a que la entidad revise su objetivo de beneficio para 2020. «Ya veremos si lo hacemos o no; lo evaluaremos, como estamos evaluando permanentemente la cifra de beneficio”, declaró.
Eso sí, confirmó su compromiso de repartir 2.500 millones de euros en dividendos en el periodo 2018-2021, tal y como prevé su plan estratégico. El presidente de Bankia señaló que la entidad tiene palancas suficientes para cumplir con dicho compromiso independientemente de la evolución de los tipos de interés.
Por su parte, un día antes había participado en el seminario el presidente de ING España y Portugal, César González-Bueno. Quiso centrar su discurso en la “aspiración” de convertir la entidad en el líder nacional en producción de nuevas hipotecas este año. No pudo evitar las preguntas de los periodistas sobre las palabras del gobernador del BdE.
González-Bueno explicó que es «evidente que tipos bajos no ayudan al negocio”. “Nos exige competir con más ingenio, adaptarnos y establecer una estrategia como la que tenemos, es decir, centrada en productos contracíclicos, como las hipotecas, los productos de inversión y los de ahorro a largo plazo porque dejar el dinero en una cuenta no es rentable si no se va a utilizar en unos años.
LA PUNTILLA DEL BCE
Tras las palabras iniciales de Hernández de Cos y las respuestas de los presidentes de algunos de los mayores bancos del país, llegó la puntilla del vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. El exministro de Economía español sostuvo el jueves 20 de junio que el impacto de los bajos tipos de interés ha sido positivo para la rentabilidad de la banca europea.
Luis de Guindos: «El objetivo de la política monetaria es la estabilidad de precios, no la rentabilidad de los bancos»
Durante su exposición mantuvo que «los bajos tipos de interés, nosotros (el BCE) creemos que no es una causa de la baja rentabilidad de la banca por una razón importante: los tipos bajos han generado una situación de recuperación económica que ha permitido la reducción de los préstamos dudosos, además de un incremento de la demanda de crédito”.
Además, lanzó un claro mensaje a los bancos. El objetivo de la política monetaria “es la estabilidad de precios, no la rentabilidad de los bancos”. “Nosotros establecemos nuestra política monetaria en función de la evolución de la inflación y creemos que la política monetaria implementada por el BCE en los últimos años está detrás de la recuperación económica, que es positiva para los bancos de forma más intensa que el impacto negativo de los bajos tipos”, concluyó.