Todos hemos comido alguna vez en Ikea y es que, una vez que entras en la tienda sueca, parece que no hay salida. Esto te obliga a desayunar, comer e incluso merendar en la cafetería que está estratégicamente colocada antes de que tengas que ir a coger los muebles. Pero, ¿Cómo es comer en Ikea?
Hace un tiempo descubrimos que comer en Ikea podía no ser tan bueno. Y no por la calidad de sus productos, por la que tampoco ponemos la mano en el fuego, sino porque decidieron engañar a todos consumidores con las famosas ‘albóndigas de caballo‘. Las albóndigas es uno de los platos preferidos de todos aquellos que visitan Ikea, hasta que se dieron cuenta de que no todo lo que servían era lo que decían. Estas albóndigas llevaban carne de caballo y no lo habían advertido.
Pero, ¿Todo lo que hay en Ikea es malo? Vamos a conocer a continuación algunos de los platos estrellas de Ikea para ponerlos a juicio y afirmar si es bueno o no es bueno comer en la tienda de decoración sueca.
4Tarta de queso y frambuesa
¿Quién nos iba a decir a nosotros que una tarta de queso y frambuesa podría ser incomible? En Ikea, al tener las tartas en frío durante tanto tiempo, estas pierden sabor y tersura. Vamos, que en muchas ocasiones están más duras que un leño, como se suele decir.
Es cierto que el precio de este producto no es demasiado elevado (cuesta 2,50 euros), pero por ese precio puedes encontrar buenas tartas, a temperatura ambiente, en otros restaurantes. Además, las frambuesas no siempre están dulces. En muchas ocasiones nos las encontramos bastante ácidas.
¿Merece la pena? Para nosotros desde luego que no. Es otro de los productos de Ikea que no podemos recomendar.