El modelo 777-9 de Boeing que debía convertirse en un baluarte para la firma, se convertirá en el jet bimotor más grande del mundo, se retrasará todavía más su presentación, debido a que han aparecido «anomalías» en el motor a reacción que tiene incorporado, según advirtió el propio consejero delegado de la compañía, Greg Smith, en un evento de la industria celebrado en la ciudad de Nueva York.
En concreto, se trata del modelo a reacción creado por General Motors, el GE9X, que según ha señalado el supervisor de este modelo de motor, Ted Inglind, tendría problemas mecánicos en el compresor del motor, por lo que no estaría dañada su aerodinámica. Aunque por el momento, se están haciendo pruebas para concluir si dicha anomalía puede afectar a las pruebas de vuelo de la aeronave.
En las próximas semanas se podrá comprobar si realmente los problemas en el motor del Boeing 777-9 le imposibilitan para desarrollar con normalidad las pruebas que en un principio ya se habían retrasado. De hecho, la semana pasada la compañía sacó una serie de informes que apuntaban a que el prototipo estaría listo finalmente para junio de 2020 y no para marzo de ese mismo año como señaló la firma estadounidense anteriormente. Las fechas temporales sí son importantes, puesto que las pruebas se habían fijado de cara a presentar el proyecto en el Salón Aeronáutico de París, programado del 17 al 23 de junio, para intentar frenar a Airbus.
Los problemas en el Jet 777-9 se le unen a los ya conocidos de su Max 737 que le ha llevado a que varias aerolíneas hayan cancelado distintos pedidos y el resto se estén ralentizando, más si cabe por el efecto de la guerra comercial entre Estados Unidos y China que está afectando a Boeing por varias vías. De hecho, China fue el primer país del mundo que mando aterrizar sus Boeing 737 MAX, en lo que, para algunos, se ha visto como un ataque político.
En primer lugar, Air China, China Eastern Airlines y China Southern Airlines ya están trabajando para recibir una compensación por los fallos del avión estadounidense. Además, uno de cada cuatro modelos nuevos que han salido de dicho prototipo se han entregado a un cliente chino, lo que señala la enorme importancia que tiene el mercado asiático para Boeing, y lo doloroso que sería que su negocio se redujera en la zona.
Por otro lado, este grupo de aerolíneas (que son propiedad del Estado chino) también han aprovechado el parón de la compañía estadounidense para pedir una compensación dineraria por la «ausencia de entregas» de nuevas aeronaves. Así, las tres firmas estatales chinas tienen 33 pedidos sin completar por el MAX con un descuento valorado en cerca de 1.700 millones de dólares, pero la situación se podría complicar y que se exigieran más reducciones de precio provocando en agujero en la tesorería de la estadounidense.
Además, a dichas exigencias cada vez se le están uniendo más aerolíneas, la última ha sido Qatar Airways. Por último, no solo se trata de las firmas chinas, sino que desde Emirates (otro de los grandes nombres en la aviación comercial) está cerrando la puerta a la estadounidense, después de que en 2017 trabajasen conjuntamente con un pedido de 40 aeronaves del prototipo 787-10. Ahora, esa renovación está en el aire y Airbus ha empezado a hacer fuerza comercial para arrebatarle parte del contrato, de hecho, meses atrás consiguió cerrar un contrato para entregar una serie importante de Airbus 380 que finalmente han pasado a ser del tipo A330 y A350, mientras que con la estadounidense no se cerró ninguna otra contrapartida.
Ahora, todo queda por ver la evolución de los problemas del 737 MAX y las próximas grandes ferias del sector en 2020 y 2021, en la que se esperan que los aviones más pequeños (que consumen menos combustible) se impongan.