La idea parece sencilla, pero el resultado no ha podido ser mejor, y es que Disney ya ha ingresado más de 3.250 millones de dólares (unos 2.900 millones de euros) gracias al remake en carne y hueso de cinco de sus grandes clásicos animados. Aunque si la cifra impresiona, más lo hace todavía la cantidad ‘limpia’ (ingresos menos costes) que ha cosechado: 2.541 millones de dólares (2.235 millones de euros) y un retorno sobre el capital invertido del 356%.
El último éxito que ha cosechado la firma ha sido con el clásico Aladdin, que se estrenó por primera vez en 1992, y que se ha convertido en otro éxito taquillero. En concreto, la nueva película dirigida por Guy Ritchie y que cuenta con la actuación de Will Smith ha cosechado más de 207 millones de dólares en sus primeros tres días en los cines, lo que supone casi doblar el coste de la misma que ascendió a 112,7 millones.
La buena acogida de Aladdin pese a que en un principio generaba algunas incertidumbres para los expertos, dado que el reparto de actores desconocidos (salvo la presencia de Will Smith) y las reacciones no habían sido tan altas como en otras ocasiones, supone un espaldarazo para la compañía y sus planes a corto plazo (espera sacar próximamente El Rey León). Más si cabe, después de que Dumbo, dirigida por Tim Burton y una de las más caras de las ya hechas con un presupuesto de 170 millones, no terminase de convencer al público.
La icónica película del elefante orejudo, la última estrenada antes de Aladín, arrojó algunas dudas de que quizás el proyecto estuviera saturado, ya que fue la única de este tipo que en territorio estadounidense recaudó por debajo de los costes, 110 millones frente a 170 millones. Aunque una vez se incluye la taquilla en el extranjero, que ascendió a 234 millones de dólares, sí pudo compensar y sacar beneficios, pero muy lejos de anteriores títulos que había sido como una mina de oro para la multinacional.
En concreto, pese a que Aladdin todavía tiene mucho tiempo por delante, apenas lleva tres días en las taquillas, tendrá muy difícil superar al éxito que se convirtió en su momento la adaptación de La Bella y la Bestia. La película que contó con la actuación estelar de Emma Watson recaudó hasta 1.200 millones de euros, la que más de lejos, frente a un coste de 160 millones. También destacó la buena acogida del Libro de La Selva, que además de ser una de las primeras, también es la más cara con un gasto de 175 millones, con una taquilla superior a los 960 millones.
Por el otro lado, entre los únicos desastres de taquilla de la multinacional desde que recicló sus clásicos se sitúan: la segunda secuela de Alicia en el País de las Maravillas, titulada Alicía a través del espejo, que si bien ingresó menos de lo gastado también es verdad que no se puede incluir directamente en la misma categoría que los anteriores. Una situación similar a la ocurrida con el film de Peter y el Dragón que no tuvo una gran acogida cuando se estrenó en 2016.
Curiosamente, en cuanto a ingresos este fin de semana, Aladdin compartió podium con Los Vengadores The End Game que está a poco más de 100 millones de dólares para convertirse en la película más taquillera de la historia. La película de Marvel, marca por la que Disney pagó 2.800 millones, ya ha superado en recaudación los 2.500 millones y ha supuesto una fuerte inyección al alza para la cotización de la compañía. De hecho, desde que principios de año, los títulos han despegado casi un 35%, sinónimo de que los inversores siguen confiando en la multinacional.