La Asociación de Transporte Aéreo de China (CATA, por sus siglas en inglés) calcula que las pérdidas de las aerolíneas chinas por dejar en tierra sus aviones Boeing 737 MAX, suspendidos de vuelo, ascenderán a 4.000 millones de yuanes (517,7 millones de euros) a finales de junio.
La Agencia Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos no quiere sustos y ha decidido mantener su veto a los 737 MAX de Boeing hasta que se realice una «prueba de certificación final». Así lo ha decidido tras la reunión que mantuvo el jueves con nueve reguladores aéreos de todo el mundo.
Al término de un encuentro, el jefe interino de la FAA, Daniel Elwell, ha indicado desde Forth Worth (Texas) que la reunión con los reguladores internacionales fue «extremadamente positiva» y «constructiva» aunque no hay fecha para la vuelta del 737 MAX, en tierra desde el pasado mes de marzo.
En este sentido, Elwell ha reiterado que la autoridad aérea estadounidense no aprobará el regreso del modelo 737 MAX «hasta que haya completado un análisis de seguridad» y «sin un calendario establecido para el entrenamiento de pilotos» en el sistema de estabilización MCAS –Sistema de Aumento de las Características de Maniobras– que se relaciona con los dos accidentes mortales registrados en los últimos meses en Etiopía e Indonesia, que se saldaron con 346 muertos.
Boeing se ha reunido este jueves durante más de ocho horas con reguladores internacionales como la FAA, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y las de Canadá, Brasil, para evaluar la actualización del software de los 737 MAX realizado por el constructor, incluido el fallo en el simulador de vuelo con información adicional para los operadores sobre los posibles escenarios de vuelo.
Aunque cada regulador puede tomar decisiones de manera independiente, la FAA considera necesario que se ajusten los tiempos, según informa el ‘Financial Times’ al respecto del proceso.
Las autoridades de Canadá y Europa podrían ajustarse a los tiempos de Estados Unidos, no tanto la China, que ya actuó de manera independiente al prohibir las operaciones de este modelo antes que el resto.
Precisamente, las tres principales aerolíneas chinas reclaman a Boeing compensaciones por dejar en tierra sus 737 MAX, una petición que llega en plena guerra comercial entre China y Estados Unidos.
El simulador de vuelo estaba incorporado como un recurso opcional para las aerolíneas que contratasen un paquete especial de seguridad al no se considerado necesario por el fabricante ni por los reguladores.
Tras el accidente de Lion Air, Boeing proporcionó a las aerolíneas y a los pilotos una actualización sobre el funcionamiento del Sistema de Aumento de Características de Maniobra (MCAS, por sus siglas en inglés), pero ni la compañía ni los reguladores consideraron necesario realizar entrenamientos adicionales a los pilotos.
No obstante, esta opinión cambió tras el accidente de Ethiopian Airlines, cuando la mayoría de agentes de la industria consideraron que la formación de los pilotos necesitaba un refuerzo.
Boeing anunció hace justo una semana la finalización de la actualización del software de este modelo de avión que incluye, además, una mayor preparación para los pilotos y cambios en el sistema que alerta del ángulo de ataque del avión. Hasta el momento, ha volado más de 360 horas en 207 vuelos con la actualización del software.
«Hemos completado todos los vuelos de prueba de ingeniería para la actualización del software y ahora nos preparamos para el vuelo de certificación final», afirmó el pasado jueves el presidente del fabricante aeronáutico estadounidense, Dennis Muilenburg.
VUELO DE PRUEBA DE CERTIFICACIÓN FINAL
Boeing ha indicado que está proporcionando la información solicitada por la Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos que, entre otros aspectos, contempla detalles sobre cómo interactúan los pilotos con los controles y pantallas de los aviones en diferentes escenarios de vuelo.
La FAA ya adelantó que las actualizaciones del software en las que trabajaba Boeing para evitar que la generación de datos erróneos desencadenen un fallo en MCAS, relacionado con los dos accidentes aéreos, eran operacionalmente adecuadas.
Una vez completado el proceso, según el fabricante con sede en Chicago, trabajará conjuntamente con la FAA para programar su vuelo de prueba de certificación final. Igualmente, ha reiterado su compromiso para hacer llegar toda la información que necesiten a los reguladores de todo el mundo.
Así las cosas, y a la espera de que se decida levantar el veto al 373 MAX, el bloqueo del espacio aéreo para los 737 MAX desde el accidente de Etiopía, que se produjo el 10 de marzo, está costando a la compañía unos 1.000 millones de dólares (896 millones de euros) al mes mientras no pueda realizar entregas, además de las pérdidas que están registrando los diferentes operadores del modelo que están cancelando decenas de vuelos cada día.