El ritmo con el que va avanzando la tecnología en los últimos años era algo impensable apenas hace una década.
Muchas de las rutinas que existen online hoy en día como revisar redes, contactar con otra persona al otro extremo del mundo a través de un video chat o incluso gestionar las finanzas, eran algo que parecía que no llegaría nunca.
¿Por qué? Por la seguridad que hacer esto requería y que no era viable hace tan solo un lustro.
Sin embargo, al igual que la tecnología, han ido avanzando las fórmulas de seguridad y ciberseguridad.
Poco a poco, más allá de los sistemas de seguridad que van aportando las empresas, es el usuario el que también busca, precisamente, sentirse seguros en sus pasos por la red y ser conscientes de cuál es la huella digital que van dejando para poder, en caso de así quererlo, poder no solo borrarla sino minimizar sus riesgos.
Para esto, existe una nueva fórmula que, aunque antes eran del entorno empresarial, han dado el salto y tienen actualmente gran calado social: las VPN.
Las VPN (Virtual Private Network en sus siglas inglesas) no dejan de ser una especie de red privada, pero con una seguridad informática superior a las normales. Mientras que lo habitual es que, al crear una red local basada en un módem en casa, se genere la misma IP para todos los dispositivos conectados, en el caso de la Red Privada Virtual o VPN, crea ese concepto de red local sin necesidad de que los dispositivos estén físicamente conectados entre ellos.
Pero, ¿cuáles son los 3 motivos principales que han convencido al gran público?
El primero, tiene que ver con el anonimato y privacidad. Después de los agujeros demostrados en términos de seguridad de redes sociales utilizados no solo por gobiernos sino también por estafadores y por suplantadores de identidad, cubrirse con una red de este tipo permite que el usuario controle también la forma en la que accede a servicios online como Netflix, banca o Youtube.
Capacidad de encriptado. Existen profesiones y puestos de trabajo que necesitan la seguridad de que no se transferirá de forma errónea la información vulnerando su condición no solo de confidencial sino de seguridad de datos. Además, con el teletrabajo, en necesario contar con una red privada en la que intercambiar y compartir la información en tiempo real y en la nube.
Saltar bloqueos geográficos y censura. Con el mundo occidental con ciertas áreas de censura, conectarse a una red situada fuera del país censor ofrece la posibilidad de acceder a información y a páginas y aplicaciones que, de otra forma, estarían obsoletas y ciegas desde el punto de origen.