Las grandes firmas tecnológicas estadounidenses han seguido al presidente del país, Donald Trump, en su decisión de aislar operativamente a Huawei. Google ha sido la primera, también la compañía clave, ya que el sistema operativo (Android) de los terminales de la marca china supone una parte esencial de los mismos, pero ni mucho menos es la única. Microsoft tampoco parece que se pondrá del lado del fabricante de móviles asiático, puesto que ante la insistencia de la prensa ni ha confirmado ni ha desmentido.
En mitad de la guerra desatada por entre Estados Unidos y China (con Huawei como daño colateral) ha saltado una curiosidad, y es que Trump ha lanzado su órdago, mientras tiene preparado un megacontrato valorado en 10.000 millones de dólares (unos 8.800 millones de euros) a través del Pentágono, por el que el Ministerio de Defensa pretende transferir su infraestructura interna a la nube los próximos diez años.
El denominado Projecto Jedi es uno de los más ambiciosos a nivel mundial, tanto por cuantía y desarrollo, para la relativamente nueva tecnología en la nube que implantará. En los últimos meses ha reunido en el proceso a firmas como IBM, Oracle, Amazon y la propia Microsoft, aunque a mediados de abril se filtró a la prensa que los dos grandes finalistas del proyecto eran Amazon y Microsoft. Por lo tanto, en plena recta final del proceso de selección para uno de los proyectos más importantes de los últimos años coincide, casualmente, con la ofensiva de Trump contra Huawei en la que espera un respaldo de dichas compañías.
En este punto, es normal preguntarse qué pinta Google en todo este embrollo de contratos públicos, ya que el gigante se retiró de la carrera al Pentágono el otoño pasado. Obviamente, su sistema en la nube (Cloud) no es una parte esencial de su modelo de negocio, pero si está llevando a cabo un fuerte desarrollo del mismo. En este momento, este tipo de tecnología la lidera Amazon, mientras que Microsoft con su Azure y el Cloud del buscador están muy por detrás. Una situación que podría agravarse en el caso de que Amazon finalmente se alzase con el contrato.
La carrera por el liderato en el sector de la nube no está tan abierta como muchos se creen, sino que Amazon saca (literalmente) varios cuerpos a cualquiera de sus rivales. La situación anterior lleva a que más que competir entre todos, empiecen a darse ciertos acuerdos entre los perseguidores para elevar su nivel. En este sentido, la firma alemana SAP llegó a un acuerdo con Google o Microsoft para trabajar conjuntamente en dicha tecnología, pero no es la única ya que ambos gigantes colaboran cada vez más estrechamente para cercar a Amazon, según resumen algunos informes internos de distintas firmas de análisis. Al final, la relación Microsoft Google no es tan descabellada puesto que ya trabajan conjuntamente, por ejemplo, en contra de Apple y su Ios.
Pero eso es una parte, proseguiremos con una pregunta sencilla ¿quién es la mayor amenaza fuera de EEUU en el negocio de la nube? Se podría responder solo por a quien se hace alusión en este artículo y se acertaría, Huawei, exacto. La firma china tiene un sistema de inteligencia artificial y desarrollo de chips (que sirven para trabajar en la nube) tan desarrollado que es capaz de competir con Amazon, y por lo tanto ¿a quién deja fuera? A Google y Microsoft, por lo que al final todo está más interrelacionado de lo que parece.
En mitad de la guerra comercial (con Huawei como daño colateral) Trump ha lanzado su órdago, mientras tiene preparado un megacontrato valorado en 10.000 millones de dólares para el Pentágono
Pese a que el megacontrato del Pentágono, de más de 8.800 millones de euros, es uno de los más grandes a los que aspiran las tecnológicas, en realidad es calderilla frente a otros ‘regalos’ que el presidente les ha conferido a dichas empresas. De hecho, la reforma fiscal de Trump ofreció la posibilidad de recuperar el dinero que mantenían embolsado en el exterior, a las que aplicó una reducción de impuestos de 20 puntos básicos, del 35% al 15,5%.
En total, las grandes compañías han podido repatriar entre 300.000 millones y 400.000 millones a lo largo del 2018, aunque Goldman Sachs lo redujo a los 250.000 millones. De todos ellos, los que más se benefriciaron, según los analistas, tecnológicas como IBM o Microsoft. Al final, «los favores obligan, y la obligación es una esclavitud» que explicaba el siempre lúcido Thomas Hobbes.