Poco a poco le van saliendo las cosas a Mikhail Fridman. Ha alcanzado el 69,76% del capital social de DIA con la aceptación de la opa y asegura tener un acuerdo con 16 de los 17 prestamistas sindicados para evitar el concurso de acreedores (hoy es el último día). La salvación está más cerca. Pero ahora le toca bajar a pie de tienda para solventar contratiempos como el desabastecimiento de algunas tiendas o la pérdida de clientes y, por tanto, la caída en ventas.
En los últimos meses, las tiendas de DIA sufren del desabastecimiento de ciertos productos. Fuentes cercanas a la empresa apuntan a los problemas con los proveedores como principal origen de esta situación. Algo que tampoco es nuevo del todo –aunque si más evidente en más establecimientos–.
Los resultados de 2018 de DIA arrojaron un saldo deudor de 242 millones de euros con sus proveedores y acreedores comerciales. Además, la auditoría de KPMG señaló “irregularidades” en los descuentos a los proveedores. De hecho, desde verano se escuchan los rumores preocupantes sobre la finalización de algunos contratos entre DIA y sus proveedores.
Este problema de se ha evidenciado en los últimos resultados trimestrales, cuando la cadena registró unas pérdidas netas de 144,4 millones de euros en el primer trimestre del año, frente a los números rojos de 16,2 millones de euros que se anotó un año antes. Por formato, La Plaza y DIA & Go aumentaron ventas, pero las otras tiendas descendieron en términos de volumen, particularmente las operadas en las afueras de los núcleos urbanos.
“La pérdida de clientes fieles debido a las existencias fuera de stock de DIA es un contratiempo para el plan de transformación a cinco años de Letterone, que está vinculado al aumento del tráfico de usuarios para estimular las ventas”, señalan analistas de Bloomberg.
Un plan muy realista que Fridman ya anunció. DIA “no generará caja ni resultados positivo”. Así lo explicaron en el folleto presentado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tras la autorización de la opa. En este sentido, Fridman consideró que no era realista prometer a los accionistas la creación de valor antes de que pasen cinco años desde el lanzamiento del plan de transformación.
DIA siempre ha contado con el problema de no saber rentabilizar la excesiva superficie comercial que posee. En el primer trimestre de 2019, el número de tiendas disminuyó en 20 en España (de 3.474 hasta 3.454), tras la apertura de dos nuevas tiendas y el cierre de 22. Los datos de las franquicias también son decrecientes; pero por otros motivos. DIA ha puesto en marcha un proceso que la empresa califica de “desfranquiciación” la compañía transfirió 83 franquicias netas a tiendas propias.
FRIDMAN CONTROLA EL 70% DE DIA
Fridman tiene gran parte de los deberes hechos para poner en marcha su plan. La opa de Letterone ha sido aceptada por un 57,41% de las acciones a las que se dirigía la oferta y el 40,76% del capital social de la entidad. De esta forma, la sociedad controlada por el inversor ruso controla ya un 69,76% de su capital.
Además, el pasado viernes aseguró haber alcanzado un principio de acuerdo con 16 de los 17 prestamistas sindicados, que representan el 77,5% de la financiación sindicada, para garantizar una estructura de capital viable a largo plazo en DIA. Así, le permitiría acometer un aumento de capital de 500 millones de euros. El próximo 31 de mayo vencen los 900 millones de euros de préstamo sindicado de la deuda. En caso de no cerrarse dicho acuerdo el futuro de DIA estaría abocado al concurso de acreedores.
Si bien es cierto, este lunes, 20 de mayo, es la fecha límite para que DIA resuelva su situación del patrimonio neto negativo (170-180 millones de euros) y no entre en concurso de acreedores.