“Sin infraestructura no hay progreso”. La rotunda frase está escrita en el ‘Proyecto de Nación 2018-2024’ del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador. El mandatario es consciente que el país tiene carencias importantes en el desarrollo de infraestructuras. Y Florentino Pérez también.
Un campo abonado para el presidente de ACS que está viendo como el país azteca le está dando una de cal y otra de arena. Porque si la actividad en servicios industriales va viento en popa, la actividad constructora está viviendo un periodo de stand-by que el citado plan puede hacer despertar.
Para empezar, el plan asigna más de 1.400 millones de euros (unos 30.000 millones de pesos mexicanos) en carreteras. Ese presupuesto está destinado al mantenimiento de carreteras federales y caminos rurales. México cuenta con alrededor de 400.000 kilómetros de carreteras (de los que 40.000 son federales), por los que transitan el 95% de los vehículos, y el 56% de la carga. Con dicho plan, entre otras acciones, se construirán 5.500 kilómetros de carretera con una inversión de más de 600 millones de euros (unos 14.200 millones de pesos mexicanos). Además, se realizarán trabajos de conservación de los 40.000 kilómetros de carreteras federales, y ser invertirán 10.500 millones de pesos (490 millones de euros) en concluir 22 carreteras.
Además, para la conservación y el mantenimiento de vías de ferrocarril (a través del Fondo Nacional de Infraestructura, Fonadin), se destinarán 12.700 millones de pesos (unos 593 millones de euros); y, en términos de inversión público-privada, se pondrá el punto de mira en 20 concesiones de carreteras, con una inversión de 27.338 millones de pesos (unos 1.275 millones de euros). También se modernizará la petrolera Pemex, “para que vuelva a operar como palanca del desarrollo nacional”, según se explica en el Plan Nacional de Desarrollo.
FLORENTINO PÉREZ PINCHA EN CONSTRUCCIÓN
La actividad del Grupo ACS en México tiene dos caras. Por un lado, la actividad en servicios industriales, siendo el país azteca su segundo mercado mundial (ver gráfico 1), con unas ventas de 976 millones de euros en 2018. De hecho, sólo se ve superado por España (2.369 millones de euros). Cobra, Dragados Offshore y Dragados Industriales son las filiales con mayor presencia.
En el otro lado de la balanza, la actividad constructora, donde México no se incluye en el top ten de destinos de ACS (ver gráfico 2). Durante 2018, ACS no consiguió ninguna adjudicación ni proyecto emblemático en el país a los mandos de Manuel López Obrador. Estados Unidos, Australia y Canadá fueron los ‘elegidos’.
No es la primera vez que Florentino Pérez alaba las cualidades de México por su economía basada en recursos naturales y con una fuerte inversión en infraestructuras civiles y, sobre todo, energéticas. Son varios los años en los que lleva realizando proyectos de ingeniería, diseño y construcción de plataformas para Pemex. Y ha vuelto a apostar por las energías renovables, sector en el que invirtió 440 millones de euros en 2018, en países como Perú, Brasil, Chile… y México. En este último, Cobra se adjudicó servicios de extracción petrolíferos, parques eólicos, plantas de tratamiento de gas, y plantas de valorización energética y generación con residuos.