Descender de Primera División a Segunda tiene daños colaterales como la pérdida de prestigio o menores ingresos televisivos. Eso de cara a cualquier equipo de fútbol. Pero en el caso de la SD Huesca las secuelas van mucho más allá, concretamente hasta su aeropuerto. Fruto del despilfarro de una época de esplendor económico, este aeródromo –calificado de fantasma ahora– ha resucitado en las dos últimas temporadas con el ascenso y el primer año en la máxima categoría; sin embargo, el descenso provocará la lógica caída del número de pasajeros.
El fútbol es el causante de que el aeropuerto Huesca-Pirineos haya dejado de ser el farolillo rojo en todas las estadísticas de pasajeros de la red de Aena, integrado por 48 aeropuertos y dos helipuertos. El pasado año cerró con récord de pasajeros al alcanzar la cifra de 1.473 usuarios y 9.477 operaciones, un 473% más que el año anterior.
Este último año ha sido especialmente bueno para las cifras del aeródromo oscense y eso que en enero de 2018 solo tuvo un pasajero y en febrero ninguno. Pero en mayo, cuando el equipo estaba apunto de ascender, los vuelos fletados por el club para llevar al equipo y a los aficionados a Lugo sumaron un nuevo récord: 668 pasajeros en un solo mes. Cifra superior a la cosechada en el trienio 2014-2016.
Ya en Primera División, los crecimientos de los meses de noviembre y diciembre son notorios para este aeropuerto: 260 pasajeros (+12900%) y 389 pasajeros (+4222,2%), respectivamente. En estos meses, los vuelos chárter del Real Madrid o de la propia SD Huesca en su desplazamiento a Vigo están detrás de los incrementos.
En lo que va de 2019 (con datos actualizados hasta abril), el aeropuerto Huesca-Pirineos ha transportado 454 pasajeros, 474,7% más que el año anterior. Su mejor mes fue el de abril, con 264 pasajeros. Sin embargo, con el descenso del equipo de fútbol se prevé que las operaciones se reduzcan. En Segunda División, los clubs tienen menos presupuesto y optan por otros medios de transporte para viajar.
LA OTRA VIDA DEL AEROPUERTO DE HUESCA
La historia de Huesca-Pirineos es la de muchos aeródromos que se construyeron en España sin sentido. El Estado invirtió 40 millones de euros en su desarrollo. Cuando se inauguró, las autoridades derrochaban optimismo. Tuvo conexiones con varias ciudades españolas de la mano de compañías como Air Nostrum (con Pyrenair) e incluso con Londres. Fue su época de esplendor; pero las rutas eran insostenibles. Una vez que dejaron de operar, el aeródromo dejó su actividad comercial de pasajeros; aunque opera vuelos chárter.
En la actualidad, “el aeropuerto no opera tráfico comercial de pasajeros, siendo el tráfico, prácticamente en su totalidad, de aviación general, escuela de pilotos, vuelos de Estado, servicios médicos y Organización Nacional de Trasplantes (ONT) y operaciones del helicóptero de servicio de rescate de montaña de la Guardia Civil”, apuntan fuentes de Aena.
Así, Huesca-Pirineos tiene sus instalaciones a disposición de la escuela de pilotos Airways Aviation. “Una empresa cada vez más consolidada en este aeropuerto, que opera con el propósito de formar pilotos de aerolíneas comerciales”, explican.
Aeródromos como Madrid-Cuatro Vientos, Sabadell o Son Bonet ejercen el mismo papel que el del Huesca-Pirineos, que ha vuelto recobrar algo de vida gracias al fútbol. Mantener el tránsito de pasajeros en sus instalaciones dependerá de la lucha del equipo por volver a Primera División.