Llega el fin de semana y toca almuerzo en casa de tus padres. Llegas y tu madre te recibe con un abrazo interminable y un plato de lentejas con chorizo que podías oler desde el aparcamiento. La famosa dieta mediterránea es conocida en el mundo entero por lo completa que resulta. Aunque su íntima relación con los embutidos hace que sus platos tradicionales contengan más grasa de lo deseado.
Como todo, en exceso, puede ser contraproducente para la salud. Sin duda, los embutidos son un producto tradicional muy recomendable. Su contenido en fósforo, zinc y hierro, además de en Vitaminas B1, B3 y B12, lo convierten en un alimento muy completo. Sin embargo, por su contenido en grasas saturadas, se recomienda consumirlo de manera responsable.
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2LA SOBRASADA
Muchos recordarán la sobrasada por los potentes desayunos que habrán comido algún fin de semana de camino a la sierra. Se trata del embutido más graso del mercado, y por lo tanto, el que aporta más colorías al organismo. Su receta se compone de carne magra de cerdo, tocino, sal, pimentón y especias. Su presentación final queda embutida en una tripa hasta su maduración.
Aproximadamente por cada 100 gramos, la sobrasada aporta al cuerpo 600 calorías. No se recomienda su consumo continuado si se ha decidido bajar unos kilos. La Federación Española de Nutrición (FEN) asegura que este embutido tiene 24 g de grasas saturadas por cada 100 gramos, así como 33,2 gramos de grasas monoinsaturadas y 10,5 gramos de grasas poliinsaturadas.
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