José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica, se ha apuntado su primer gran tanto al mando de la icónica operadora española al reducir el volumen de deuda hasta los 38.700 millones de euros (si se incluyen los últimos movimientos) en los primeros meses de 2019, hasta su punto más bajo desde hace casi una década. Con ello, la telco ha conseguido limitar su endeudamiento respecto a Oibda (medida similar al ebitda que utiliza la firma) hasta las 2,61 veces, aunque será menor gracias a la revisión que haga tras las ventas y que reducirá la deuda en otros 1.700 millones, lo que permite enviar un importante mensaje de solidez al mercado.
Telefónica obtuvo un beneficio neto atribuido de 926 millones de euros en el primer trimestre de 2019, lo que supone un 10,6% más que en el mismo periodo un año antes, según ha informado la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Asimismo, la operadora ha informado de que su cifra de negocio en los tres primeros meses del periodo ha ascendido a 11.979 millones de euros, un 1,7% menos que en 2018.
Pallete llegó a Telefónica, en marzo de 2016, con un cometido claro en sus primeros años de mandato: afianzar la estabilidad financiera de la operadora, tras los desmanes vividos años atrás. Unas tropelías que no solo han limitado la capacidad de inversión de la operadora en un contexto cada vez más exigente, sino que, además, obligó a las agencias de rating a poner la lupa sobre la evolución de su apalancamiento. Una situación lógica cuando la operadora es la más endeudada frente a ebitda entre sus competidores con el mismo escalón crediticio.
Ahora, la situación parece más tranquila, pero han sido muchos años de sacrificio y desinversiones hasta alcanzar una posición más holgada. Sin ir más lejos, en los últimos meses Telefónica ha tenido que acometer la venta de la aseguradora Antares (161 millones), de las filiales de Centroamérica a Milicom (1.455 millones) y de Telefónica Guatemala y El Salvador (342 millones) han sumado 1.958 millones con los que amortizar deuda.
Además, no se ha contado el montante de su última gran venta, por un importe de 260 millones de euros. En concreto, la telco vendió 11 centros de datos localizados hasta en 7 países (España, Brasil, EEUU, México, Perú, Chile y Argentina) a una sociedad controlada por Asterion Industrial Partners. A lo que se une una devolución fiscal, el famoso cheque, de Hacienda por un importe de 700 millones que ha ido a devolver deuda.
Con todo ello, los 38.700 millones de euros de deuda neta que todavía colean en el balance de la operadora representan un 21,2% menos que los 49.161 millones con los que cerró diciembre de 2015, en las últimas cuentas presentadas antes de su aterrizaje. Aunque sin duda, la parte más importante es que el endeudamiento respecto de la capacidad de pago, la ratio más seguida por los analistas, se ha reducido considerablemente hasta las 2,5 veces, mientras que cuando el madrileño llegó se situaba por encima de las 3 veces amenazando el rating de inversión de Telefónica.
Telefónica ha conseguido alcanzar su nivel de apalancamiento más bajo en la última década sin vender partes centrales de sus negocios
Además, la operadora ha conseguido alcanzar su nivel de apalancamiento más bajo en la última década sin vender partes centrales de sus negocios, sino gracias a desinvertir en activos no estratégicos o con niveles de eficiencia menores a lo deseado. Una estrategia que desde el equipo de análisis de Bankinter la han descrito como «acertada».
El plan de desinversiones en Telefónica ha llegado también en un momento clave para la compañía, ya que se enfrenta (al igual que el resto del sector) a importantes inversiones para hacer frente a la entrada en funcionamiento de la tecnología 5G. De hecho, la operadora española lleva gastados más de 1.120 millones en la subasta de espectro radioeléctrico en Alemania para reforzar su filial, O2. Una licitación en la que el MásMóvil germano, Drillisch, está presionando directamente a la firma que preside Pallete con ofertas agresivas por algunas de las bandas, mientras mira de reojo una futura negociación con la española por su acceso mayorista.
LOS INGRESOS SE MANTIENEN ESTABLES
Por divisiones, Telefónica ingresó en España un total de 3.108 millones de euros entre enero y marzo de este año, lo que representa un aumento del 0,3%. En el caso de su división en Alemania, la cual ha reforzado recientemente con la compra de una serie de frecuencias 5G, registró un incremento de los ingresos hasta los 1.779 millones de euros. Por su parte, en Reino Unido, el resultado fue de 1.691 millones de euros. Por último, en Brasil su filial (Telefónica Brasil) registró un descenso de la facturación del 5,2%, hasta los 2.563 millones de euros, por la depreciación del real brasileño.
Todo ello, ha llevado a que la operadora española registrase un resultado operativo antes de amortizaciones (Oibda) de 4.264 millones de euros, un 10,3% respecto a las cifras logradas hace un año gracias a un impacto no recurrente de 534 millones. Por su parte, el flujo de caja libre (otra de las claves en la velocidad de reducción de deuda que está llevando a cabo la operadora) sumó 1.408 millones de euros. Ambos elementos en conjunto, también han sido una pieza esencial en la reducción de deuda en la etapa Pallete.
En definitiva, las cuentas han puesto de manifiesto que Telefónica está reviviendo como señala el propio Pallete: «Los resultados del trimestre muestran una destacada mejora en la tasa de crecimiento de los ingresos, crecimiento de doble dígito del beneficio neto y del beneficio neto por acción, una fuerte generación de caja, tres veces superior a la del primer trimestre del ejercicio anterior, y una aceleración en la reducción de deuda, que se reduce por octavo trimestre consecutivo y permite seguir aumentando la fortaleza de nuestro balance».