La industria del vehículo eléctrico (VE) sigue creciendo. Europa se convertirá en uno de los centros mundiales en el desarrollo de baterías de ión litio, se espera que pueda alcanzar la segunda posición solo por detrás de China, gracias a que los nuevos planes de inversión público privadas, con el respaldo de la alianza de Francia y Alemania, esperan atraer más de 5.000 millones de euros. Aunque, por desgracia, España se va a quedar fuera del grueso de la inversión perdiendo así la posibilidad de crear miles de empleos.
El país más beneficiado del nuevo organigrama europeo en el desarrollo de una industria competitiva a nivel mundial de baterías será Alemania, un escenario normal gracias a su poder en el sector del automóvil. Los germanos capitanean el volumen de inversiones públicas (que alcanzará los 1.200 millones con la ayuda de Francia), lo que le permitirá preservar su posición líder en la industria automovilística en un entorno cambiante y, a su vez, estará en condiciones de exportar a otros países, como explicó recientemente el ministro teutón de Economía, Peter Altmaier.
El gordo de la inversión, o al menos uno de ellos, irá a parar directamente a la ciudad alemana de Kaiserslauten, dónde la marca francesa Peugeot junto a otros gigantes como Siemens, Manz, Solvay y Umicore planea construir una nueva planta de fabricación de celdas. La decisión de llevarla a dicha ciudad radica en que la filial de la francesa, Opel, ya tiene una planta de fabricación similar en la misma región, por lo que podría beneficiarse de un mayor número de sinergias y con ello reducir la curva de aprendizaje.
Pero la ayuda estatal de ambos países, también la financiación que llegue desde las instituciones europeas o el sector privado, no se va a destinar a un solo proyecto, sino que se distribuirá entre más firmas y consorcios. Por su parte, Volkswagen se aliará con el productor de baterías sueco, Northvolt, en un proyecto dedicado a la investigación y el desarrollo con la creación de una cadena de suministro. La teutona se aprovechará de la experiencia de Northvolt, así como de la posible financiación que podría llegar desde el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para la creación de una gigafactory en territorio sueco.
Otros países que podrían beneficiarse de la nueva configuración serán: Portugal, gracias a que asegurará el suministro de litio. También Finlandia, y la propia Suecia, como «centros en los que se podría producir y refinar níquel», según los analistas de Bloomberg. Con ello, se intentará limitar la dependencia a otras regiones a la hora de conseguir y tratar las materias primas necesarias en dicha industria.
Portugal, gracias a que asegurará el suministro de litio. También Finlandia, y la propia Suecia, como «centros en los que se podría producir y refinar níquel»
Los trabajos conjuntos como los de Northvolt y Volkswagen o el consorcio liderado por Peugeot tienen como objetivo optimizar los procesos a través de economías de escala. En última instancia, deberían lograr hacer frente al gran desafió al que se enfrenta Europa en este sector: ser capaz de ser competitivo, pese a que tenga unos costes mayores que otros centros asiáticos. «A medida que la fabricación de celdas crece en Europa, esperamos que la producción de cátodos crezca más que en los próximos tres años. Esto se alinea con el objetivo de la Unión Europea de desarrollar la cadena de valor más allá de la fabricación de celdas», explican los analistas de Bloomberg.
ESPAÑA PERDERÁ UNA FUERTE IMPORTANTE DE EMPLEO
El hecho de que España se quede fuera de un proyecto de estas magnitudes, el coche eléctrico se erige como futuro y Europa sería el segundo mercado mundial, es una pérdida importante tanto a nivel de empleo directo como indirecto. También es incomprensible, puesto que «la fabricación de baterías se está configurando cada vez más cerca de los centros de demanda» explican los expertos. A la vez que alertan de que «los fabricantes de automóviles europeos (donde España tiene un papel muy importante) estarán mejor posicionados para satisfacer la creciente demanda de EV«.
Más si cabe, cuando gran parte de los incentivos que mueven algunos de los proyectos, por ejemplo en Alemania, son los de generar puestos de trabajo más productivos y en muchos casos más cualificados. Así, la comisión alemana del carbón publicó su informe final en enero de 2019, en el que recomendaba que el gobierno debería invertir en dicha industria «para compensar las pérdidas de empleos causadas por el cierre de plantas», algo que desde el Gobierno de España no parece entenderse.