La mayoría de las etiquetas de los alimentos contienen una serie de información confusa de cara a consumidor. Los porcentajes de los ingredientes o incluso la procedencia no están nada claros. Y sus normativas menos aún, excepto la nueva que trata de evitar los fraudes con el pan. Una legislación sobre un producto aprobada por el Gobierno que levanta la polémica en el resto de alimentos porque no todos los espárragos son de Navarra, ni todo el jamón es 100% ibérico como se hace creer.
La nueva normativa sobre pan fue aprobada el pasado 26 de abril durante el Consejo de Ministros. A través de esta se exigirá que el 100% de la harina empleada sea integral para que el pan pueda denominarse así. En caso de que no contengan exclusivamente ese tipo de harinas, se tendrá que indicar el porcentaje de harina en el etiquetado. Sobre los panes hechos con otros cereales, también deberán especificar el porcentaje de dicha harina, si no es el 100%.
“Esta norma llega para tratar de mejorar la información que tiene el consumidor porque el pan es un alimento fundamental en la cesta de la compra de los españoles”, explicó la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá. El efecto inmediato que tiene esta normativa es que dos de cada tres panes tienen que cambiar de denominación de origen. Se trata una medida aplaudida por una gran parte del sector y de las asociaciones de consumidores como la OCU.
Sin embargo, el problema de las etiquetas va más allá y afecta a muchos productos como el jamón ibérico. Por ejemplo, muchas cadenas de supermercados ofrecen en sus lineales este producto con una etiqueta que anuncia que se trata de un “jamón ibérico” o “jamón de bellota ibérico” para acompañarlo en la letra pequeña con el porcentaje que revela la mezcla: “un 50% o un 75% de ibérico”. Y estas etiquetas vienen amparadas por la ambigua legislación –Real Decreto 4/2014– que no diferencia claramente entre producto y raza. Es jamón, sí; pero no es 100% ibérico.
Una normativa que divide al sector del jamón ibérico en dos. Por un lado, las Denominaciones de Origen y los defensores de la marca “ibérico”, mientras que por otro están las compañías como El Pozo, Grupo Jorge o Comapa, que aprovechan para hacer negocio –a través de las cadenas de distribución como Carrefour– con la confusión que genera en el comprador.
Los espárragos que se compran en el supermercado pueden llevar una imagen parecida a la del envasado de los DO de Navarra y proceder sin embargo de Perú
Si bien es cierto cumplen con la normativa, pero los consumidores no son conscientes de lo que compran. No obstante, hay pequeñas victorias. Facua denunció al grupo de distribución sevillano Hermanos Martín, propietarios de los supermercados mixtos Cash Fresh, ante las autoridades de consumo de la Junta de Andalucía en Córdoba por la venta de jamones de pata negra de siete a ocho kilos al precio de 115 euros la unidad. En el etiquetado de estos productos puede verse la denominación social “Cien por Cien Pata Negra SL”. Un etiquetado que desde Facua consideran “publicidad engañosa” porque “la DO comercial del producto no es real”.
EL ORIGEN DE LOS PRODUCTOS
Además, existen otro tipo de cuestiones que generan confusión, como el origen de los productos. En este sentido, OCU, junto a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) y otras organizaciones de consumidores y agricultores de toda Europa lanzaron la iniciativa ciudadana ‘Eat Original’ con el objetivo de pedir a la Comisión Europea y al Parlamento Europeo que se replanteen la posibilidad de aumentar el número de productos de alimentación en los que tendría que ser obligatorio indicar el origen.
Una realidad que destapa casos tan curiosos como que los espárragos que se compran en el supermercado pueden llevar una imagen parecida a la del envasado de los DO de Navarra y proceder sin embargo de Perú. Esto ocurre porque en la normativa europea solo es obligatorio especificar el origen en la etiqueta en el caso de los productos frescos. Pero si pone “envasado en” o “distribuido por” y es aquí donde se confunde al consumidor, poniendo el lugar donde se ha manufacturado, pero no el sitio de donde proviene la materia prima. Aceite, legumbres e incluso pescados como el atún también sufren esta confusión con frecuencia.
La procedencia es otro problema de nuevo para los jamones. Algo que se comprueba con un caso muy concreto. Un jamón curado que comercializa la empresa Comapa, principal proveedor de Carrefour, bajo la marca Sierra Alpujarra y con el nombre de Granada con carne traída de Polonia. La asociación de productores y expertos del sector denuncian un engaño al consumidor por la confusión con los jamones de La Alpujarra, reconocida como Marca de Garantía.
No es ilegal comercializar jamón de Polonia o de otro país de la comunidad europea, según la asociación. Lo ilegal, en este caso, es no curar el producto en La Alpujarra y eso es algo que la asociación pone en duda sobre Comapa
EL FRAUDE DE LA MIEL Y EL ACEITE
Otro de los productos sobre el que planea la sombra del fraude es la miel. Las conclusiones de un informe de la Unión Europea del pasado año reflejan que el 20% de las mieles importadas son fraudulentas, ya que no respetan los estándares de calidad europeos, y que este alimento es el tercer producto más adulterado del mundo. Entre los engaños más frecuentes están el mezclar la miel con otros siropes, con azúcar o vender mezclas de miel falsificada con miel europea de alta calidad.
Y de la miel al aceite. Las etiquetas del aceite también revelan otro fraude. OCU realizó un análisis de 41 marcas de Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE): 20 de las 41 marcas analizadas, no cumplen los requisitos del Reglamento Europeo que regula la comercialización del aceite y no son Aceite de Oliva Virgen Extra, sino una categoría inferior, Aceite de Oliva Virgen (AOV) más barata.
Los productos analizados de Hojiblanca El nuestro, Carbonell pet, Koipe, Eroski pet y vid, Dintel Clássico, Alipende pet, Coosur Origen, Coviran aceites del sur y Exquisite Aceites del sur , Dia pet,vid y Afrutado, Hacendado pet, La Masía Excelencia, Olearia del Olivar (Aldi), Guillen, Olisone (Lidl) pet y vid y La Española se etiquetan como virgen extra, cuando en realidad se trata de solo virgen.
Jamón, espárragos, miel o aceite son los productos sobre los que planean las trampas en las etiquetas gracias a una serie de normativas que permiten la confusión. Problema que seguirá existiendo si no cambian.