Cuando Albert Rivera anunció el fichaje estrella de Marcos de Quinto para ir en las listas de Ciudadanos a las elecciones generales muchos acudieron raudos y veloces a san google para comprobar el abultado currículum de este madrileño, un especialista en marketing con una gran carrera amorosa que ha llegado a lo más alto en Coca–Cola, la famosa compañía de refrescos a la que ha dedicado toda su carrera laboral.
Hasta el pasado marzo pocas personas fuera de mundo económico y financiero conocían en profundidad a este ejecutivo con aires de outsider y amante del mundo del motor. Ha participado en varias ediciones del rally París–Dakar gracias a la fortuna que ha amasado gracias a la marca de la “chispa de la vida”.
Este directivo polifacético aspiraba hasta el pasado domingo por la noche a ser uno de los ministros del potencial Ejecutivo de Rivera –estaba en las quinielas para ser responsable de la nueva cartera de Industria y Empresa– aunque se ha mantenido en un segundo plano durante toda la campaña y no por voluntad propia. De Quinto se vio obligado a dar un paso atrás después de descubrirse que fijó su residencia fiscal en Portugal para pagar menos impuestos y, sobre todo, porque los asesores de imagen de Ciudadanos le aconsejaron que echara agua en el vino de las múltiples polémicas que protagonizó antes de aceptar la propuesta de Rivera.
Y es que las redes sociales han servido a De Quinto para meterse en todos los jardines posibles antes de su entrada en la política, protagonizando batallas contra todo hijo de vecino, incluyendo a pensionistas, trabajadores, sindicalistas e, incluso, enfrentándose a compañeros de partido con mando en plaza. Inés Arrimadas fue una de sus víctimas más sonadas cuando la jerezana azote del independentismo catalán viajó a Waterloo para protestar en un acto mediático ante el palacete en el que vive Carles Puigdemont, bautizado por Salvador Sostres como maniac mansión. De Quinto criticó lo que consideró un “escrache” inadecuado por parte de la dirigente naranja.
Después de ser designado número dos por Madrid en la lista de Ciudadanos, el ejecutivo madrileño reiteró sus críticas a Arrimadas, mostrando un rasgo de su personalidad que sus más cercanos conocen bien: la incapacidad para retractarse. Dicen que en las filas del partido de Rivera tiene más enemigos que amigos, lo cual no es de extrañar teniendo en cuenta que carece completamente de mano izquierda y que su pensamiento político –según ha demostrado en sus múltiples intervenciones en las redes sociales– no es propio del consenso socialdemócrata que caracteriza a Ciudadanos, por mucho que Rivera se autodenomine liberal, ya saben, cada uno se engaña como considera oportuno.
MAS CERCA DE VOX QUE DE CIUDADANOS
Esta querencia por la derecha conservadora es la que ha empujado a Marcos de Quinto a apoyar públicamente a Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil que ha puesto patas arriba la política del país sudamericano. Cuando los partidos de siempre te roban y salir a la calle es jugártela, solo quieres que alguien venga y lo arregle y lo demás importa menos», apuntó el ejecutivo español tras la victoria del ex militar brasileño. No ha sido el único reaccionario al que ha respaldado De Quinto antes de incorporarse a Ciudadanos, ya que ha defendido la posición de VOX en materia de legislación para proteger a las víctimas de violencia machista. Comparte con los de Santiago Abascal la opinión de que bajo esta regulación se esconde una forma de vivir de la subvención “colocando a indocumentados que viven del cuento” bajo el paraguas de la ideología de género.
De Quinto, que se mete en todos los charcos que puede, tiene una pistola 9 milímetros parabellum en su domicilio, lo cual generó mucho ruido mediático después de proponer Abascal una reforma legislativa para que los “españoles de bien” pudieran tener armas en casa para defenderse de los potenciales asaltantes. Mientras la plana mayor de Ciudadanos aprovechaba la propuesta para llamar al líder del VOX franquista trasnochado, el empresario callaba con la esperanza de que nadie descubriera su secreto.
De nada sirvió. Compañeros del club de tiro Dehesa Boyal, local que frecuenta el empresario en San Sebastián de los Reyes (Madrid), aparecieron en los medios para dar la exclusiva y, de paso, poner de manifiesto que nuestro protagonista es un pésimo tirador. Y ello a pesar de que, además de la citada pistola, posee permiso para rifle y escopeta, aunque no práctica la caza.
LLEGÓ A COCA–COLA PARA VIAJAR POR EL DESIERTO
Sus amigos afirman que De Quinto es una persona inconformista y segura de sí misma, mientras que sus detractores le califican de orgulloso y prepotente. En todo caso, es un hombre de contrastes que ha sido determinante en el desarrollo de los productos de Coca–Cola en la última década.
Cuando entró en la compañía en 1982, semanas antes de que comenzara el Mundial de Fútbol que organizó nuestro país– ni siquiera el pensaba que se quedaría mucho tiempo. Pretendía aguantar uno o dos años para ahorrar el dinero suficiente que le permitiera hacer una ruta en moto por el desierto del Sáhara, y acabó quedándose en la compañía 36 años, de los cuales más de la mitad los pasó como uno de los máximos responsables de la marca.
Poeta, apicultor, arqueólogo aficionado y amante del buen vino, este licenciado en Económicas por el CEU dejó la carrera de Ingeniería Industrial después de que sus padres le mandaran a Londres por coquetear con el mundo sindical. Dicen las malas lenguas que el objetivo de esta huida fue quitar de en medio al joven Marcos porque varios miembros de la Brigada de Información franquista le habían echado el ojo por su carácter subversivo.
Su primera experiencia laboral fue en una consultoría, que abandonó a los pocos días al no pasar el pertinente periodo de prueba. Eran tiempos de vino y rosas en los que trabajó de pizzeroen Inglaterra, como monitor de esquí en Francia y hasta de contable en una aseguradora. El espíritu bohemio lo heredó de sus padres, amantes del mundo del teatro que invitaban a su casa a personalidades como Blas de Otero o Buero Vallejo. El propio Marcos de Quinto cita como uno de sus referentes a la hora de combinar ciencias y letras a Gabriel Celaya, poeta con formación universitaria en ingeniería.
LA VUELTA DE ATLANTA Y LA BODA CON LA SOPRANO
Llegados a este punto dirán ustedes ¿cómo un tipo con este perfil acaba metiéndose en política? Todo comenzó hace dos años, cuando Marcos De Quinto decidió abandonar su puesto de vicepresidente ejecutivo y responsable de marketing de Coca–Cola. Hacía poco tiempo que se había mudado a Atlanta con un sueldo millonario y un ambicioso proyecto profesional, pero renunciando a su vida personal. Su pareja en aquel momento, una investigadora que trabajaba en Madrid, decidió no acompañarle a Estados Unidos, lo cual supuso un duro golpe para el empresario español, que nunca terminó de encajar. Y eso que siempre se ha caracterizado por tener una vida amorosa bastante ajetreada, tal como constatan numerosas portadas de revistas del corazón.
Tras confirmar también su salida del consejo de Telepizza, pocos días después de dimitir De Quinto volvió a Madrid y desde entonces está empadronado en una mansión que posee en Torrelodones, donde ha compartido muchos buenos momentos con sus hijos, fruto del matrimonio con su primera mujer, Elena Mangada. En este municipio del norte de la capital española se le suele ver comiendo en el restaurante El Pesca, siempre que no esté viajando por placer o por trabajo. Le encanta Marruecos y, dentro de España, es un enamorado de Cuenca, ciudad en la que se casó con su actual esposa –la soprano Angélica de la Riva– en octubre de 2007 en plena catedral, a la que acudieron 400 invitados.
En la provincia conquense el matrimonio dispone de una finca de 200 hectáreas en la que cultiva su propia miel, un manjar que disfruta en verano en su chalé de Marbella cuando desayuna con vistas al mar y en la vivienda que posee en el barrio lisboeta de Lapa, desde el que se divisa el río Tajo.
UN PIRATA CON BANDERA…. NARANJA
De Quinto se prepara ahora para ser padre por cuarta vez –espera que su nuevo retoño nazca este verano– y tiene un libro escrito a la espera de ser publicado y que lleva por título Notas desde la trinchera. En esta obra deja claro cual es su pensamiento en el ámbito empresarial y es más que posible que su reciente desembarco en política retrase el lanzamiento.
Aunque De Quinto se presente en twitter como un “pirata sin bandera” ir en las listas de un partido implica plegarse a una disciplina y a un líder, un aspecto que muchos consideran que provocará tarde o temprano su espantada. Seis meses antes de su fichaje por Ciudadanos aseguraba: “enrolarse en un partido supone renunciar a la independencia, y yo la valoro demasiado como para perderla (…) soy muy agnóstico, me interesa mucho la política, pero cuando empiezas a militar en un partido, en un equipo o en una religión, pierdes el juicio crítico». Si tomamos al pie de la letra estas palabras podemos deducir que De Quinto ha perdido su independencia y, por lo tanto, la esencia que ha determinado su camino durante toda su vida. ¿Hasta cuándo seguirá al lado de Rivera?