Ahora es a Mark Zuckerberg, consejero delegado de Facebook, a quien asedia los reguladores federales que siguen investigando las filtraciones de datos que se han ido produciendo en la compañía, y no a la propia firma. Una situación que mete más presión para la empresa, puesto que podría terminar con sanciones importantes que alejasen a Zuckerberg de la dirección del organigrama. Además, todo ello se produce en mitad de un aluvión de elecciones en Europa, incluida España.
La filtración continuada de datos entre Facebook y Cambridge Analytica fue uno de los mayores escándalos que se recuerdan sobre uso indebido de la privacidad de los usuarios de redes sociales. Por ello, las autoridades emprendieron una dura investigación, que lleva en curso un año, y que ha pasado de estar centrada en posibles fallos en el sistema de seguridad, en la que era la empresa la responsable en términos judiciales, a cómo podría culparse al propio Zuckerberg por lo ocurrido.
La idea de los reguladores federales, según adelantó The Washington Post, sería explorar declaraciones anteriores del propio magnate en relación a la privacidad de la compañía y evaluando si buscar una mayor supervisión en su liderazgo. Lo anterior se resume de la siguiente manera: las discusiones, según medios norteamericanos «son amplias», entre reguladores y la propia Facebook buscaría que alguien regulara la posición de Zuckerberg en la propia Facebook, de tal modo que se le exijan responsabilidades.
La situación anterior se asemeja a lo que ha vivido recientemente la marca de coches eléctricos Tesla, después de que el omnipotente (en la compañía) Elon Musk lanzase su ya popular tuit de que recompraría la firma y que hizo que se disparase en bolsa pese a ser mentira. La primera actuación de la SEC fue obligar a nombrar a una presidenta, en este caso Robyn Denholm, para exigir al siempre excéntrico Musk a tener que dar detalles y rendir cuentas de su tarea.
Las investigaciones siguen en marcha, sin todavía una resolución, mientras se acerca un verdadero rally de elecciones en toda Europa. Facebook, principalmente, es una de las redes más activas para captar votantes indecisos como ha quedado claro en los últimos años. Además, aunque la propia firma señala que es mucho más efectivo su sistema actual, todavía no puede garantizar que la red social se utilice para réditos poco morales en los próximos comicios.
Las últimas medidas que ha tomado la compañía en este sentido han sido la de endurecer las normas sobre publicidad política en Europa, al igual que ha cerrado un acuerdo con distintas agencias de noticias, como la alemana DPA, para combatir las denominadas ‘fake news’. Aun así, a estas alturas las publicaciones políticas solo de partidos se cuentan por millares, sin contar las no oficiales, por lo que el trabajo es titánico.