Ocurrió en febrero de 2018. ACS, que cuatro años antes había sido el promotor y fundador de Saeta Yield con el fin de segregar todos sus activos de generación de energía renovable, salía de la misma. Una OPA, del grupo canadiense Brookfield, por la que el grupo presidido por Florentino Pérez ingresó unos 240 millones de euros, fue la ‘culpable’.
Poco más de un año después, ACS estudia sacar a Bolsa su negocio de renovables. “Agruparía a un conjunto de activos fotovoltaicos, eólicos, termosolares y otros activos sostenibles tanto en operación como en desarrollo y promoción”, indicó la compañía a la CNMV. ¿Valor estimado? 2.000 millones de euros.
Será su filial Cobra, con la que entró en el negocio fotovoltaico en 2017, la protagonista de este nuevo caminar. A los mandos, José Luis Martínez Dalmau, el mismo que llevó las riendas de Saeta Yield, hasta que fue reemplazado por el fondo de infraestructuras canadiense. Ese mismo año, ACS se adjudicó 1.500 megavatios fotovoltaicos en la subasta llevada a cabo por el gobierno del PP, por encima de Endesa, Naturgy y Forestalia (900 MW entre los tres).
Las inversiones en proyectos de energías limpias superaron los 6.840 millones de euros en España en 2018
Una de las concesiones obtenidas en dicha subasta, la planta fotovoltaica de Mula (Murcia), fue vendida el pasado año al fondo canadiense Nortleaf por más de 300 millones de euros. “Florentino Pérez sabe caminar muy bien por los terrenos que se mueve. Y si desconoce algo, levanta el teléfono y llama a la persona adecuada”, señala un experto. Sus excelentes conexiones políticas están fuera de toda duda.
Goldman Sachs, Natixis, Société Générale y otras entidades financieras se han puesto manos a la obra y está previsto que antes del verano todo comience a rodar y suene la campana en el edificio de la bolsa.
EL BOCADO QUE BUSCA ACS
Son muchos los factores que han hecho que ACS vuelva a repetir la historia y saque a bolsa parte de su negocio. Según Red Eléctrica (REE), “la transición energética para combatir el cambio climático prevé la incorporación en el sector eléctrico de un contingente muy elevado de generación renovable”. En concreto, habla de alrededor de 5.000 MW al año hasta 2030.
¿Volverá a repetirse la historia? ¿Comprará para después vender? Lo cierto es que el mercado renovable está de lo más apetitoso. Dicho de otra manera, es el momento de hincarle el diente. Y ACS quiere su bocado. Pero, a diferencia de otros movimientos realizados con anterioridad por el grupo a los mandos de Florentino Pérez, no se lo tragará de un mordisco (es decir, que no hará movimientos para vender al poco tiempo), sino que lo irá saboreando y sacándole el jugo durante mucho más tiempo. “Florentino Pérez no suelta una presa así como así, sobre todo si le proporciona cierta rentabilidad”, añade el experto.
La pregunta es: ¿hasta cuándo? España vuelve a tener sex-appeal para los inversores en energías renovables. De hecho, durante 2018, las inversiones en proyectos de energías limpias superaron los 6.840 millones de euros. El año anterior se había quedado en unos raquíticos 1.100 millones.
Un impulso que viene después del parón sufrido tras la reforma de 2012 impulsada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Pero tras el relevo, y la llegada de Pedro Sánchez, y su ministerio para la Transición Ecológica, su meta es clara: 35% de energías renovables para 2035. ¿Traducido a euros? Levantar el nuevo parque renovable (entre 50.000 y 60.000 MW) costará una cantidad que oscila entre los 60.000 y 70.000 millones de euros. Y ACS no quiere desaprovechar tan suculento bocado sobre todo cuando, por parte de la administración, habrá algún tipo de ayuda (por ejemplo, podría ser un precio mínimo de venta de la electricidad garantizado). Para relamerse, sobre todo si tenemos en cuenta que, para 2050, el Ejecutivo aspira a que el sistema eléctrico sea 100% renovable. ¿Se acuerdan de los zidanes y los pavones? ACS quiere ser de los primeros en renovables.