Letizia sí tiene pasado, pese a que se diga que las reinas no deban tenerlo. Pero, ¡los tiempos cambian! Lejos de poseer unas vivencias profesionales manchadas, Letizia tiene en su haber un currículo laboral intachable (falseado, según Peñafiel, pero eso es otro tema). Letizia es una periodista de vocación y devoción como ella, ¿ha logrado guardar los secretos de Estado del palacio de la Zarzuela? Desde que ella ha llegado se han producido curiosas filtraciones, y ella tiene numerosos periodistas en su círculo de amigos.
Repasamos esta situación, y que cada uno saque sus propias conclusiones.
Letizia,la Reina, la periodista
Con 18 años, Letizia se matriculó en Ciencias de la Información (rama de Periodismo) por la Universidad Complutense de Madrid. Desde aquel entonces, aún siendo estudiante, la asturiana ya trabajaba para ABC y la agencia Europa Press. A continuación, vinieron sus años de experiencia en México, donde realizó sus estudios de un doctorado que finalmente no concluyó.
Tras su estancia en el país azteca como redactora de la prestigiosa revista Siglo XXI, Letizia volvió a España. Sus últimos proyectos profesionales, antes de entrar en Casa Real, fue su trabajo como corresponsal y como presentadora de informativos en Televisión Española. Inteligente, erudita, culta y una excelente profesional en lo suyo, Letizia Ortiz obtuvo el premio Mariano José Larra de periodismo como mejor periodista menor de 30 años. Lo suyo, sin duda, era una cuestión congénita y vocacional pero, ¿hasta qué punto?
Letizia, en el ojo del huracán
Antes de la llegada de Letizia a Zarzuela, la Casa Real gozaba de un férreo halo de protección no solo por el pueblo español, que respetaba y saludaba a sus monarcas como los reyes que eran, sino también por parte de la prensa. En este caso, compañeros de Letizia, que preferían mirar hacia otro lado cuando a las diferentes redacciones de los medios más relevantes de España llegaban polémicas en torno al rey don Juan Carlos o algún miembro de su familia.
No obstante, la presencia de una periodista en Palacio hizo saltar todas las alarmas. Sus íntimos amigos era (y son) profesionales del medio. Costaba trabajo pensar que una comunicadora de raza como ella, con la lucha constante de encontrar la verdad informativa y objetiva, no revelase los secretos que la Monarquía Española guardaba bajo siete llaves.
Su gran enemigo
«Iñaki Urdangarin siempre fue el enemigo número uno de Letizia en la Familia Real, incluso antes de que estallara el caso Nóos», revela a ‘Vanity Fair’ una persona que conoce desde pequeña a la reina Letizia. «Ni el rey (don Juan Carlos) ni las infantas (Cristina y Elena). Iñaki».
Pero, ¿cuál es el origen del conflicto entre Letizia e Iñaki? Tal y como afirman allegados a la monarca: «en un principio, su relación con Iñaki y Cristina, sus cuñados, era cordial». No obstante, Letizia se percató de que tenía al enemigo en casa (tal y como dijo don Juan Carlos de ella) al observar que Iñaki malmetía entre ella y su esposo: Felipe. ¿Filtración como venganza? Atención a la siguiente página…
Letizia y el caso Nóos
Implicada con la actualidad por naturaleza y profesión, Letizia no daba crédito ante la situación tan grave que su núcleo familiar más íntimo estaba viviendo por la irresponsabilidad y la avaricia (demostrada) de su cuñado Iñaki. Cuando estalló el caso de corrupción Nóos por el que Urdangarin y su esposa, Cristina de Borbón, estuvieron en el banquillo de los acusados, se llegó a pensar que había sido ella quien había filtrado información interna a algunos de sus compañeros (e íntimos amigos) de prensa.
En cambio, es tan solo un mito. Nada más lejos de la realidad. Letizia no reveló nada en relación a este escándalo. De hecho, siempre ha mostrado su discreción y su prudencia dentro y fuera de la profesión; dentro y fuera de la institución.
El caso Corinna
El nombre de Corinna, para sorpresa de todos, empezó a sonar en Zarzuela, más o menos a la vez que empezó a tronar el de Letizia. Año 2004. ¿Quién era esa mujer que viajaba con el rey Juan Carlos a espaldas de los demás? Un tiempo después, se abrió la caja de los truenos.
Los medios de comunicación hablaban de que «la relación entre ellos fue como una montaña rusa. Al menos dos veces Corinna quiso romper con el rey don Juan Carlos por no tolerar supuestamente todas las infidelidades del monarca«. Con el escándalo sobre la mesa y un título de princesa arrebatado por su anterior marido, Corinna dio un golpe en la mesa y habló. En declaraciones exclusivas para Point de Veu, la examiga entrañable del Emérito afirmó que lo suyo con Juan Carlos: «es un episodio que asumo, pero que se amplifica y se utiliza de manera inadecuada. No quería esa visibilidad».
Letizia y el caso Botsuana
En el año 2012, en plena crisis económica, el rey Juan Carlos I fue ‘cazado’ en Botsuana mientras disfrutaba de una jornada de montería y ocio con unos íntimos amigos, entre ellos, su incansable compañera Corinna zu Sayn-Wittgenstein. El dedo índice volvía a señalar a doña Letizia como la posible filtradora no solo de la información sino de la polémica imagen del rey con un elefante al que acababa de dar muerte.
Nada más lejos de la realidad. Lo único cierto es que don Juan Carlos sufrió una tremenda caída que hizo que tuviese que volar de urgencia a España por la fractura de su cadera derecha. Trasladado al Hospital USP San José de Madrid, y tras haber sido operado por el doctor Ángel Villamor, el todavía jefe del Estado de España dio un paso al frente, se tragó el orgullo y pidió disculpas.
Letizia y la Monarquía
De lo que no hay duda es de que a Letizia le ha tocado vivir la etapa más oscura, complicada y convulsa de la Monarquía Española desde que el don Juan Carlos se proclamase rey de España en 1975. Más de cuarenta años de reinado donde el ‘campechanismo’ del emérito era suficiente para meterse en el bolsillo a las altas esferas del mundo de la política, la empresa y otras casas reales. Hasta ahora.
A Letizia le han dejado un nudo marinero lleno de humedad que con su caminar diario, sus bases bien fundamentadas y parte del mundo de cara, está resolviendo en la medida de lo posible. El hecho de reinventarse y haber puesto a Zarzuela patas arriba ha servido como aval para que el pueblo español la valorase en 2015 como el miembro más popular de Casa Real con un 67% de los votos. El año anterior, en 2014, el reconocimiento lo obtuvo doña Sofía con el 82%.