Escaleras mecánicas estropeadas, esperas eternas en el andén, coches envejecidos, falta de trenes ante una alta demanda… Y así hasta acumular una ristra de problemas que han convertido el viajar en el Metro de Madrid en una tarea tediosa. Las quejas de los usuarios caen en el olvido a la misma velocidad que la línea 7B se inunda, la 2 se hunde y las obras de la 5 se eternizan.
La situación del Metro de Madrid bajo la dirección del político del PP Borja Carabante es cada vez peor. Hace algunos años que el suburbano de la capital ya no vuela -como rezaba la famosa publicidad-. De hecho, lejos de despegar el Metro está cerca de realizar un aterrizaje forzoso. La empresa tiene cada vez más frentes abiertos y ahora son más los agujeros que tapar. El servicio, las obras y los problemas con el amianto son los tres pilares que traen por la calle de la amargura a la Comunidad de Madrid, profundamente insatisfecha con la gestión de Carabante, según fuentes del PP. De hecho, varios consejeros del Ejecutivo de Ángel Garrido están escandalizados con el bajo nivel de gestión de la empresa pública madrileña justo en periodo electoral.
El primero y casi el más importante de los problemas es el servicio, cada día más deficiente. Metro de Madrid siempre ha sido una referencia a nivel europeo como ejemplo de una gran gestión. Pero ahora de ejemplificar tiene poco o nada, porque el deterioro del transporte público subterráneo es evidente. Y lo peor de todo, no hay síntomas de mejora.
Las quejas de los usuarios del Metro de Madrid se centran en las instalaciones, la frecuencia de los trenes, el horario y el estado de los coches. Cuatro problemas que se traducen en retrasos de los usuarios a sus puestos de trabajo, inaccesibilidad de personas con movilidad reducida o incomodidades propias de la falta de climatización.
En cuanto a las instalaciones que afectan a la accesibilidad, MERCA2 ya ha hablado en más de una ocasión sobre ello. Por ejemplo, sobre la alarmante falta de ascensores en el suburbano. La Red cuenta con 513 aparatos que facilitan, pero no es suficiente. Este número de ascensores supone el 63,12% de estaciones. El Plan de Accesibilidad de Metro de Madrid incluye la implantación de nuevos ascensores, concretamente en un total de 32 estaciones. Este plan en el que el Gobierno regional invertirá 145,7 millones de euros ha sido consensuado con el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).
Las escaleras mecánicas son otro de los grandes problemas del Metro en Madrid. De hecho, son el pan de cada día de muchos viajeros, porque no hay día que pase sin que alguna de estas escaleras se encuentre averiada o en revisión.
Los viajeros vierten sus quejas en las redes sociales. De hecho, existen cuentas en Twitter donde en el ‘timeline’ se acumulan los comentarios sobre el mal estado de las escaleras todos los días. En la actualidad, Metro tiene 1.699 escaleras mecánicas. Con el Plan de Accesibilidad se actuará sobre 298, que suponen el 17,5% del total. Lo que hace falta es que funcionen y los usuarios no tengan que hacer ‘steps’ forzados cada mañana.
¿UNA HUELGA ENCUBIERTA?
Pero la aventura no acaba aquí. Si el viajero ha logrado superar los obstáculos de accesibilidad y llegar al andén, allí se encontrará con otra traba: las largas esperas -incluso en hora punta-. Unas demoras en los trenes que han aumentado en los últimos meses, hasta llegar al punto de especular con una posible huelga encubierta de los maquinistas del Metro.
En MERCA2 también se ha explicado lo que de verdad sucede con estos sospechosos retrasos. La explicación es muy simple: faltan trenes y maquinistas. No se trata de una huelga encubierta ni nada por el estilo, sino de problemas en el servicio que presta Metro de Madrid.
“Desde enero llevamos diciendo que faltan muchos trenes y maquinistas para prestar mejores servicios”, denunció en este medio Juan Antonio Ortiz, portavoz del Sindicato del Colectivo de Maquinistas de Metro (SCMM). En concreto, calculan que se necesitan cerca de 650 maquinistas.
Actualmente, la plantilla de maquinista de Metro es de 1.730, cifra que los sindicatos aseguran que es incluso inferior a la de 2014 cuando el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) afectó a 260 conductores de metro, quedándose en nómina 1.800, aproximadamente. Es decir, los retrasos se producen porque el servicio ha decaído, al igual que las instalaciones que dificultan la accesibilidad, por una mala gestión empresarial.
FRÍO EN INVIERNO Y CALOR EN VERANO
De todos modos, la odisea tampoco finaliza en este punto. Si el usuario ha logrado esquivar las escaleras rotas, llegar al andén atestado de viajeros y entrar en uno de los coches del Metro de Madrid, todavía le espera otro obstáculo, la climatización. En este punto, lo mejor es realizar trayectos cortos, porque sino el viaje se puede complicar.
En las redes sociales son también muchas las quejas que se acumulan en referencia a la temperatura de los coches. Aire caliente cuando fuera del Metro de Madrid se superan los 20 grados, aíre frío en pleno invierno… Todo debido al mal estado de muchos trenes que hacen del clima del coche un lugar muy poco agradable de habitar.
PRECIOS BAJOS, PERO NO ACORDES A LA CALIDAD DEL SERVICIO
El broche final a esta tediosa empresa termina cuando el viajero mira el precio que ha pagado por el trayecto. El billete sencillo oscila entre 1,50 y 2 euros. Por su parte, los bonos de 10 viajes están en 12,20 euros y los mensuales oscilan entre los 47 y los 131 euros. La realidad es que no son precios demasiados altos comparados con los suburbanos de otras ciudades europeas, pero el usuario de lo que se queja es de lo que paga, en relación a la calidad del servicio. El Metro de Madrid hace aguas y si no que se lo digan a la línea 7B.