sábado, 23 noviembre 2024

Audi, BMW y Mercedes se juegan 29.000 millones de euros en un brexit duro

Las marcas automovilísticas alemanas Audi, BMW y Mercedes-Benz están muy atentas a lo que sucede en Reino Unido, ya que un brexit duro tendría un efecto estimado de 29.000 millones de euros en las ventas de las tres firmas.

Históricamente, el elevado margen de ventas hacía que los fabricantes de automóviles alemanes consideraran Reino Unido como “la isla del tesoro”. En 2018, los tres gigantes exportaron 850.000 vehículos a Reino Unido procedentes de la Unión Europea – número un 30% superior al enviado a Estados Unidos-. Por tanto, un arancel de importación del 10% lastraría las cuentas de las compañías teutonas. Estas cifras contrastan con los 145.000 automóviles exportados a Alemania desde Reino Unido en 2018.

Otro problema derivado de la disminución de las ventas por aranceles es el empleo. El jefe de la Cámara de Comercio e Industria de Alemania (DIHK), Eric Schweitzer, ya advirtió sobre las consecuencias de un brexit no negociado. Según sus cálculos, 750.000 empleos en Alemania dependen de la cadena de producción y suministro derivados del negocio automovilístico en Reino Unido.

BMW ya dejó entrever durante el Salón de Ginebra que está considerando planes de contingencia en caso de que se produzca un brexit desordenado. El CEO de la compañía, Harald Krueger, comentó a los periodistas desplazados al evento que “estamos trabajando con varios escenarios”. “Si se retrasa el Brexit, planearemos de manera flexible, demoraremos algunos planes, pero también almacenamos nuestras partes en caso de una interrupción en nuestra cadena de suministro”, indicó.

Por su parte, el miembro de la junta de BMW, Peter Schwarzenbauer, fue más allá. “Un brexit no negociado es un peligro y obligaría a Mini a pesar la producción en movimiento fuera de Reino Unido”, afirmó previamente a Sky News. “Al menos tenemos que considerarlo; no podemos absorber los costes adicionales del 10%”, explicó.

OTRAS MARCAS PREOCUPADAS POR EL BREXIT

Las compañías automovilísticas alemanas no son las únicas que han expresado su preocupación por el brexit. Toyota advirtió que será imposible evitar los efectos dañinos de una salida sin acuerdo. El director ejecutivo de la marca nipona, Masayoshi Shirayanagi, ha declarado recientemente que “no podemos evitar el impacto negativo, no importa cuánto nos preparemos de antemano si Gran Bretaña abandona la UE sin un acuerdo”.

El CEO de Toyota Europa, Johan van Zyl, ha sido más claro al anunciar durante el Salón de Ginebra que se verán obligados a irse de Reino Unido “si el entorno comercial se vuelve muy, muy difícil de operar”. El periódico Nikkei Asian Review ha llegado a publicar que Toyota abandonará el mercado británico en 2023 si el caótico divorcio con la Unión Europea termina en un callejón sin salida. Toyota emplea a unas 3.000 personas en Reino Unido, principalmente en su planta de fabricación de vehículos en Burnaston (en el centro del país) y en una fábrica de motores en Deeside, ubicada en Gales del Norte.

El gigante norteamericano Ford avisó al mes pasado a la primera ministra británica, Theresa May, que se estaba preparando para llevar la producción fuera de Reino Unido en caso un brexit duro. Ford tiene dos fábricas en Reino Unido (Dagenham y Halewood) y da trabajo directo a 13.000 personas.

Por último, Honda ha confirmado que ante la posibilidad de una salida de Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo cerrará la planta de Swindon en 2021, la única de la marca nipona en Europa. Este movimiento afectaría a 3.500 empleos directos y un número indeterminado de indirectos.

De esta manera, siguen sumándose las voces de alarma ante la posible separación comercial y económica de Reino Unido y la Unión Europea. El 29 de marzo es la fecha límite para firmar un acuerdo, prorrogarlo o cancelarlo. El reloj no para y los políticos ingleses no parecen capaces de superar una votación de la que medio mundo está pendiente.


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