En agosto de 2003 el ‘pujolismo’ agonizaba y faltaban tres meses para que Pasqual Maragall desalojase a CiU tras casi un cuarto de siglo de hegemonía. La formación nacionalista repartió licencias de TDT y el gran agraciado fue Emissions Digitals de Catalunya, controlado por el Grupo Godó.
La empresa editora de La Vanguardia había apostado previamente por la televisión local en Barcelona con CityTv y ganando este concurso parecía asegurarse la viabilidad del proyecto tras garantizarse la cobertura en toda Catalunya.
Javier de Godó envidiaba el poderío del gran altavoz nacionalista, TV3, y pretendía que su televisión privada compitiese con el gran mastodonte mediático de la Generalitat, que mimaba a la Corpo en materia audiovisual para enfado del editor más influyente de Barcelona.
LA AMBICIÓN FALLIDA
El Grupo Godó demostró en 2011 que creía en su televisión al fichar a la estrella informativa de TV3, Josep Cuní, cuya empresa facturaba más de dos millones de euros anuales. La apuesta era rotunda: cuatro horas diarias en directo con entrevistas, debates e información.
Cuní venía a acompañar al creativo Alfonso Arús, que realizaba otras cuatro horas en directo con el entretenimiento como bandera. Y el proyecto con ocho horas diarias de producción propia no cuajó: 8tv nunca fue rentable.
2017 fue el punto de inflexión del canal: Godó decidía no renovar a Cuní, Mediaset desinvertía en 8tv tras haber apostado por el mercado catalán dos años antes y Arús comenzaba las negociaciones que desembocarían en su fichaje el pasado año por Atresmedia tras haber rechazado la oferta de Mediaset.
MÍNIMO HISTÓRICO
El adiós de Arús tras dieciséis temporadas remató cualquier tipo de proyecto para 8tv, que cerró febrero con su mínimo histórico con un 0,6% de share, cifra muy lejana al 3,4% que logró en febrero del pasado año.
TV3 en cambio alcanzó un estratosférico 16,3% de share tras subir casi dos puntos respecto al mes anterior. El dato es sobresaliente teniendo en cuenta que las autonómicas promedian un 8,5% y que cadenas como Telemadrid han caído hasta un preocupante 4,8%.
La cadena de Godó ha perdido el 80% de sus espectadores y la fuga masiva de seguidores apuntilla a un proyecto que ha sumado unas pérdidas superiores a 36 millones de euros en la última década. El proyecto es una máquina de perder dinero, su influencia es muy limitada y en la actualidad solo ocho trabajadores confeccionan una parrilla que no parece tener un criterio demasiado definido.
El multimedia, eternamente beneficiado por la Generalitat, se vio obligado a inyectar 14,8 millones de euros el pasado año para sanear un balance dañado porque TV3 se ajustó su cinturón y dejó de alquilar uno de los cuatro canales que posee el multiplex del editor de La Vanguardia.
NUEVOS TIEMPOS
La Vanguardia anunció la pasada semana el nombramiento de Jaume Peral como director general de Catalunya Comunicació, que agrupa a 8tv y las emisoras radiofónicas Rac-1 y Rac-105. Peral, histórico de la Corporación pública y exdirector de TV3, sustituye a Ramón Rovira, ascendido como adjunto a la presidencia y a director de Relaciones Institucionales del Grupo Godó.
No lo tendrá fácil Peral, que tiene cuatro canales a su disposición: uno de ellos sigue vacío después de que TV3 HD pasase al multiplex público, 8TV y Rac-105tv son deficitarios y solo se ‘salva’ el alquiler de una señal a Barça TV, canal propagandístico del club blaugrana.
SERVICIOS MÍNIMOS
En diciembre se cancelaron los espacios ‘La noche de 8tv’ y ‘8tv al día’ y desde entonces solo se emiten dos informativos de treinta minutos. ¿El resto de la programación? Un zapping, teletiendas, publicidad encubierta de gimnasios, una tertulia de Barça TV, un curso de inglés, un espacio de misterio que pagan varias echadoras de cartas, algunas conexiones con Rac-1 y ficción americana.
Es decir, 8tv cuenta con una parrilla heterogénea y desnortada. El proyecto se ha convertido en la ‘oveja negra’ del Grupo Godó, que triunfa con los decanos de la prensa generalista y deportiva barcelonesa, La Vanguardia y Mundo deportivo, que con Santi Nolla posibilita la cercanía entre Bartomeu y la compañía.
También triunfan Rac-1, que lidera en la radio en Catalunya, Rac-105 y la web de La Vanguardia, que combina influencia y clickbait bajo la acertada mano de Jordi Juan, mano derecha del ‘hereu’ Carlos Godó y ascendido a vicedirector del periódico.
BANDAZOS
Alfonso Arús, en una reciente entrevista publicada por MERCA2, admitía que le entristecía la situación de 8tv: «Yo siempre creí en 8 TV. Sinceramente, considero que ciertas personas que se pusieron al frente de cargos de relevancia en el último año, han ayudado mucho al fallecimiento prematuro del canal».
El comunicador, que ha batido en febrero el récord histórico de su magazine con casi un 11% de share en su segundo tramo, explicaba que «cuando no se tiene un gran presupuesto, lo que hay que hacer es ilusionar a los profesionales para que trabajen, aunque sea a bajo precio. No actuar desde la prepotencia, la arrogancia y hasta la ineptitud».
CATALANISMO EN CASA GODÓ
Corría 2011 y Javier de Godó era entrevistado por la musa mediática del independentismo catalán, Pilar Rahola. El editor explica los principios de su periódico: «Nuestro ADN es catalán. La Vanguardia tiene una identidad catalana. Es un periódico catalán, hecho en Catalunya, fundado por catalanes y en permanente conexión con la identidad catalana».
Eso sí, el Grande de España explicó que cuando decidió que La Vanguardia tuviera una edición en catalán lo consultó con Juan Carlos I. Rahola preguntó: «¿Cómo reaccionó el Rey?». «Muy bien», explicó el editor. «¿Va a ser la misma Vanguardia, Javier?», preguntó Juan Carlos I. «Va a ser la misma», contestó el editor.
Esta conversación, propia de un país bananero, avergonzaría a cualquier empresario. Pero Javier, tímido al cuadrado y orgulloso de su guiño cortesano que refrendaría con el relevo de José Antich en 2013, ha tenido serias dificultades para saber que un editor debe estar más pendiente de sus medios, 8tv, y menos de complacer al poder reinante. Ahora tocará venta a la baja o cierre.