Los próximos años se antojan vitales en la estrategia de Amazon. El gigante tecnológico deberá refrendar la buena evolución de sus márgenes con unas cifras financieras sólidas en su negocio core, mientras pisa el acelerador de cara a convertirse también en la mayor cadena de supermercados del mundo. Un plan que ya está en marcha y en las últimas semanas ha cogido velocidad de crucero.
La firma confirmó a primeros de este mes de marzo que ya está en camino para poder abrir cerca de una docena de grandes superficies en las que al menos podrá vender comida, productos de belleza y artículos de salud. De hecho, el trabajo está tan avanzado que se habla abiertamente de que Amazon podría abrir su primer supermercado a finales de este 2019 en la ciudad de Los Ángeles.
La estrategia que ha trazado la firma, según explican los analistas, es similar a la que le ha llevado a convertirse en una de las compañías más valiosas del mundo: en primer lugar, declarará la guerra a sus competidores a través de presionar los márgenes a la baja (debido a sus agresivas ofertas en precios y ofertas), para una vez se haya consolidado pueda subir los precios para empezar a sacarle una importante rentabilidad. Al final, a Amazon le sirve unos precios más bajos de lo normal porque su volumen de negocio es tan grande que existe una rotación muy grande de los mismos.
«El desarrollo de los supermercados de Amazon llega en un periodo difícil para el sector minorista de alimentos, ya que está inmerso en un océano de márgenes ya de por sí bajos y una competencia muy fuerte«, explican en The Wall Street Journal. Una situación que se ve reflejada en la evolución de sus principales competidores en Bolsa. La firma Kroger se hundía hasta un 4% cuando se conoció la noticia y todavía se encuentra por debajo del valor que mantenía años atrás (en especial en 2015 y 2016), Walmart fue el que menos presión ha sentido, mientras que Walgreens Boots ha sido la más castigada al hundirse en una sola sesión hasta un 7% y borrar las ganancias que mantenía en el año.
En principio, los primeros supermercados de Amazon en Estados Unidos tendrán una extensión cercana a los 35.000 pies (lo que suponen unos 3.500 metros cuadrados) lo que les adentra en la categoría de hipermercados. Aunque solo es una parte, ya que el gigante sigue con su agresiva campaña de compras de cadenas de tiendas regionales para ganar cuota de mercado y presencia en distintos lugares de más difícil acceso como Reino Unido.
PROBLEMAS PARA AMAZON GO
Los planes de Amazon para abrir hasta 3.000 tiendas Go, aquellas sin cajeros que tantas reacciones causaron en su estreno en sociedad, podría chocar frontalmente con la legislación estadounidense. En principio, varios estados y ciudades están considerando poner en marcha ciertas medidas legales en contra de aquellas tiendas que discriminen a los consumidores que deseen pagar en efectivo.
El último proyecto de ley que se ha aprobado al respecto fue en Nueva Jersey, dónde si el primer esbozo legal sale adelante se unirá a Massachusetts como lugares de Estados Unidos donde no se puede discriminar a los consumidores que carecen de cuentas bancarias o tarjetas de crédito que incluyen grupos con un fuerte perfil de exclusión como hogares de bajas rentas, inmigrantes o ancianos. Además, a ambos dos se le podrían unir próximamente la ciudad de Nueva York, Philadelphia, Washington o Chicago.