La situación de DIA es bastante inestable. A la espera de la celebración el 20 de marzo de una Junta de Accionistas decisiva, los métodos del magnate con doble nacionalidad rusa e israelí, Mikhail Fridman, siguen estando en entredicho. Tras lo ocurrido con ZED, siembran la duda sobre sus intenciones en DIA. Una investigación de la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violenta (UCDEV) y la Brigada de Investigación del Blanqueo de Capitales y Anticorrupción a la que ha tenido acceso MERCA2 demuestra que usó “prácticas delictivas” que incluyen “coacciones” y “amenazas” que llevaron a la quiebra de la empresa española ZED.
Una de las conclusiones del informe asegura que “parece bastante claro, que, si el entramado criminal ruso no hubiera desarrollado todas las acciones ilícitas en contra de su socio español, independientemente de encontrarse con mayor o menor grado de beneficio y crecimiento condicionado por muchos factores, el grupo ZED no hubiera sufrido la caída en picado del negocio hasta la situación de insolvencia”.
Para llegar a esta conclusión, el análisis e investigación de la Policía –fechada el 10 de mayo de 2017– relata cómo Fridman montó toda una red criminal conocida como “reiderstvo”, es decir, asalto o absorción ilegal de una empresa, que, además, diseñó para dar apariencia legítima a la ilegalidad. De hecho, la Policía no duda en afirmar que Fridman “es la cabeza que lidera el entramado”, ya que “sus órdenes son ejecutadas sin dilación” y algunos testigos de la causa le califican como “el gran jefe”. Parte de este ya lo avanzó ‘El Confidencial’.
Así, los tentáculos de poder de Fridman entran en contacto con ZED en 2008, año en el que Grupo Tema (del grupo Temafon) propone una joint venture a ZED (de los hermanos Pérez Dolset) para poder llevar a cabo un contrato firmado con Vimpelcom (empresa propietaria de Fridman que actualmente opera bajo el nombre de Veon). La operación se lleva a cabo en 2009 a través de MIRP, propietaria de Quicf y Stalmento, que a su vez forma parte de Tema. Entre 2009 y 2013, esta operación y la compra de filiales rusas permiten a ZED experimentar un gran crecimiento en sus resultados.
En 2012, los principales accionistas de Tema y Grupo ZED (Wisdom, Bambalia, Gelvaser y Vimpelcom) unieron ambos grupos bajo la denominación de ZED+ con el consiguiente canje de acciones del capital de ZED Worldwide y MIPR por acciones de ZED+. Cabe especificar que detrás de Bambalina y Gelvaser está Vage Engibaryan, mano derecha de Fridman.
A través de esta operación se creó la estructura accionarial en la que entró el banco Santander y el Grupo Planeta, que mostró reticencias a intercambiar acciones. Igual que ocurrió con los accionistas minoritarios. Estructura creada según el denunciante Javier Pérez Dolset (fundador y presidente de ZED) para acelerar la salida a Bolsa en EEUU de la empresa, en una operación conocida como “Proyecto Zeus”.
Para financiar este proyecto, el grupo ZED se endeudó al pedir un crédito bancario a ING por valor de 140 millones de euros. No fue la única que prestó dinero a la empresa, como muestra los siguientes documentos incluidos en el informe. La investigación determinó que Amsterdam Trade Bank también lo hizo –grupo adquirido en 2001 por Fridman–. Movimiento que, según la documentación a la que ha tenido acceso este medio, coloca al magnate en una “posición dominante” y “establece una obligación crediticia” que “le facilita cualquier decisión de superioridad”.
En estos años, la empresa española no solo tenía dependencia crediticia del banco de Fridman, sino que la parte rusa también estaba capitaneada por este a través de empresas lideradas por sus hombres de confianza.
INICIO DE LOS CONFLICTOS
Durante los primeros años (2009-2013), según la documentación aportada por Javier Pérez, el informe realizado por los investigadores asignados por la “Entrerprise Chamber” de Países Bajos, la cooperación entre ZED y Tema fue sin incidentes. A partir de entonces, se inicia un proceso de “conflicto y bloqueo por parte del lado ruso”. Información recogida en la auditoría forense realizada por PWC.
En este primer informe forense –más adelante se encargarían hasta cinco más– se concluyó que la parte rusa de ZED ocasionó un perjuicio de 32 millones de euros cuyo origen reside en el desvío de capital y el pago de sobornos a las autoridades rusas a través de la empresa Vstrecha (de la que Tema, la parte rusa de ZED, estaría detrás). “Los acólitos de Fridman generan el perjuicio, y una vez descubierto concluyen con el bloqueo en el asunto”, reza una de las conclusiones de la investigación.
A partir de entonces y tras otras auditorias forenses se produce una serie de acciones judiciales, entre ellas una denuncia contra Pérez Dolset por administración desleal y una solicitud de arbitraje que finalizan con la salida de los Dolset del Consejo de Administración y la figura de Peter Wakkie como administrador que mediara entre las dos partes, la rusa y la española. Finalmente resultó estar bajo las órdenes de Fridman. En junio de 2017 fue detenido en Madrid al ser uno de los personajes con paso peso de influencia en toda la trama delictiva.
FRIDMAN HUNDE ZED
El 30 de junio de 2016, ZED presentó concurso de acreedores. Wakkie disfrazó el entramado criminal y Letterone –empresa de Fridman a través de la cual es poseedora del 29% de DIA– aprovechó para lanzar una oferta de compra. Es decir, lo hizo una vez ahogada económicamente, con la parte española fuera de juego y amenazada por Fridman.
El informe policial recoge la dirección estrecha que existe entre la caída de la facturación y el inicio de los conflictos con la parte rusa, controlada de forma indirecta y a través de un entramado de empresas dirigidas por algunos de sus hombres de confianza.
Así, en 2013 la cifra de negocios de ZED superó los 26 millones de euros. Un año después, cayó un 96,54%, hasta los 914.184 euros. En 2015 descendió hasta los 121.599 euros (un 86,7% menos). El informe policial destaca que el punto álgido de las presiones ejercidas sobre ZED “llegó con la interrupción de los pagos de dividendos por parte de las filiales rusas, lo que provocó una falta total de liquidez”.
Y, de esta forma, en más de 70 folios de investigación, la Policía detalla la estrategia del empresario ruso que llevó a la quiebra a la española ZED con prácticas y métodos delictivos ya empleados en otras ocasiones.