Control o autoestima: los beneficios de la vela adaptada en lesionados medulares

Adquirir estabilidad o ganar en autoestima. Son algunos de los beneficios de la vela adaptada en lesionados medulares, que ya están comprobando una docena de pacientes del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Mediante un simulador virtual, llevan semanas familiarizándose con los secretos de la navegación.

La investigación que desde finales de año alberga Parapléjicos (centro público de referencia en el tratamiento de la lesión medular) ahonda en las posibilidades de la realidad virtual en la rehabilitación de los pacientes. Está a punto de concluir su fase experimental.

Un proyecto que “se sale de lo normal” -enseñar los entresijos de la navegación en un enclave de secano-, admite Ángel Camblor, uno de sus investigadores. El estudio forma parte del programa de Doctorado en Ciencias del Deporte de la Facultad de Deporte de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM).

MOVIMIENTOS DE ESCORA

Para el entrenamiento, se trabaja con un simulador virtual de vela -el Vsail-Access, diseñado por el laboratorio Virtual Sailing de la Universidad de Melbourne (Australia)- que permite a los pacientes conocer condiciones de viento y navegación muy similares a las reales.

El simulador reproduce los movimientos de escora de un velero real, lo que facilita trabajar el equilibrio o el control postural de los paciente

El simulador reproduce los movimientos de escora de un velero real, lo que facilita trabajar el equilibrio o el control postural de los paciente y contribuye en su rehabilitación. Además de aprender a controlar la vela o el timón, a realizar  maniobras o recorridos complejos y regatas con diferente grado de dificultad, los participantes en el estudio mejoran sus condiciones físicas y psicológicas.

“El simulador es muy sencillo. Facilita mucho las cosas. Los pacientes con los que estamos entrenando están muy interesados Se aprende más rápido que en el barco. La vela es un deporte que se coge más o menos con celeridad”, señala Camblor, que lleva desde los 16 años practicando este deporte.

BENEFICIOS DE LA TERAPIA 

La investigación que se lleva a cabo en Parapléjicos  está en la línea de otros proyectos de investigación donde se ha utilizado el simulador como herramienta de rehabilitación. Centros como el  Kennedy Krieger Institute (Estados Unidos) o el Royal Talbot Rehabilitation Centre, en Australia, han apostado por terapias similares.

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Con el proyecto de Parapléjicos se quiere dar un paso más y estandarizar un protocolo que proporcione mejoras tanto psicológicas y sociales como físicas y de aprendizaje de la vela adaptada y siguiendo una metodología estandarizada, indican desde el centro sanitario.

No hay mucho escrito sobre los beneficios de la vela adaptada en lesión medular, pero lo poco que hay, es que son numerosos. Por eso queremos darle visibilidad y el objetivo es que los pacientes acaben en el agua”, indica Ángel Clambor.

El investigador habla de una última fase de la que pasa porque los pacientes lleven a la práctica lo aprendido durante estas últimas semanas. A partir de Semana Santa, detalla Clambor, las personas con lesión medular que han participado en el estudio, podrían comenzar a practicar en aguas murcianas.

FUERZA FÍSICA Y AUTOESTIMA

Para ello, cuentan con la  colaboración de la asociación ADA Mar Menor (Murcia) que, en 2017, presentó el primer equipo de vela adaptada de la Región. Su director, José Luis Montoya,  es uno de los principales artífices de la práctica de la vela adaptada en aguas del Mar Menor.

Montoya, que fue bombero durante 37 años en el Ayuntamiento de Murcia, quedó parapléjico hace cinco tras romperse dos vértebras en un accidente doméstico. Después de un mes hospitalizado en su ciudad, le trasladaron a Toledo, donde pasó seis meses. Vinculado desde siempre al deporte, confiesa que, tras sufrir la lesión, creyó que no volvería a practicarlo.

Al mes y medio de darle el alta, José Luis Montoya comenzó a investigar donde podía practicar vela adaptada. “Casi sin darme cuenta, me vi navegando en medio del Mar Menor. Ya me gustaba, pero es que, si lo pruebas, engancha”, señala. A su vuelta a casa, seguía con su rehabilitación y, a la vez, entrenando de dos a tres horas tres días a la semana.

Pronto, agrega, se dio cuenta de su mejora: “Al mes y medio, pasadas las agujetas, comencé a sentir que tenía muchísima más estabilidad. Había adquirido más fuerza en tronco, brazos, hombros…Esto a nivel físico pero, a nivel psicológico, te sube la autoestima y te sientes capaz de hacer cosas tú solo. Personalmente no puedo estar más contento”.

A los pocos meses, añade, ya estaba compitiendo en Mallorca en la Palma Gastra Vela. Montoya valora muy positivamente el proyecto que se está desarrollando en Parapléjicos de Toledo: “Es fantástico. Permite que se pueda hacer un estudio minucioso sobre los beneficios de este deporte y aplicarlos a la rehabilitación de pacientes. Está ilusionando mucho a médicos y rehabilitadores”, concluye.