Durante casi una década, los funcionarios de prisiones han ido construyendo su particular castillo de naipes en lo que a reivindicaciones se refiere: cubrir los puestos vacantes (unos 3.400); 123 millones de euros a repartir entre 2019 y 2021 (la respuesta recibida era que no había dotación presupuestaria); que se les reconozca como agentes de la autoridad…
“Pensamos que el PSOE nos iba a solucionar los problemas ya que cuando estuvo en la oposición nos apoyó. Sin embargo, luego se olvidó de lo que prometió”, señalan desde Comisiones Obreras (CCOO). Y desde Acaip (Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias) añaden: “El Partido Popular ya nos engañó. Cuando estuvieron en el Gobierno no hicieron nada”.
La pregunta es: ¿y ahora qué? Con la legislatura acabada, con las elecciones programadas, se abre un nuevo mundo para los funcionarios de prisiones. ¿Un nuevo rayo de esperanza o cunde la desconfianza? “Todo se ha venido abajo”, apuntan desde CCOO. ¿Tirar la toalla? Ni mucho menos. Como dice la canción de Malú: “Y vuelvo a empezar. Ni un paso atrás”. Ese es el sentimiento que sobrevuela sobre los sindicatos de funcionarios de prisiones (CSIF, Acaip, CC OO, UGT y CIGA). Y no sólo ellos.
La Proposición de Ley, por el procedimiento de urgencia, que podía haber supuesto la subida salarial demandada, se para
“Con las elecciones las negociaciones quedan paradas. Todos los apoyos políticos que vengan después de las elecciones serán bienvenidos. Eso sí, las mejoras se las vamos a exigir el día de mañana”, manifiestan desde el movimiento asindical conocido como los Camisas Negras.
EXPECTATIVAS DE LOS FUNCIONARIOS DE PRISIONES
CCOO llegó a calificar como ‘sorprendente’ el giro dado por el PSOE, que les apoyó cuando estaban en la oposición, pero que cuando arribó al poder cambió su discurso, haciendo oídos sordos a las demandas del colectivo de funcionarios de prisiones. “Sólo encuentran dinero para mandos y bufandas”, llegó a afirmar el sindicato en un comunicado.
Pero es que cuando el PP estuvo a los mandos del ministerio del Interior, durante casi ocho años, su forma de actuar en Instituciones Penitenciarias fue la de la mano de hierro, sin ninguna negociación, y con recortes de derechos y retribuciones. “El secretario general de Instituciones Penitenciarias con el PP, Ángel Yuste, nos odiaba. Desde 2011 sólo se reunió con nosotros en tres ocasiones. Se encerraba en el despacho y nos buscaba las cosquillas. El del PSOE, Ángel Luis Ortiz, se ha reunido más pero no tenía capacidad para negociar lo más importante. La animadversión de Yuste éste no la ha tenido”, apuntan desde Acaip.
Lo único que queda claro ahora es que las negociaciones entran en una vía muerta. Ya no hay presupuestos. La Proposición de Ley, por el procedimiento de urgencia, que podía haber supuesto la subida salarial demandada, se para. Esa tramitación, si llegara a producirse antes de las elecciones, no vincularía a las nuevas Cortes elegidas en las urnas.
“Con el nuevo Gobierno habrá nuevos presupuestos. Que sea mejor o no para nosotros es una incógnita”, dicen desde el movimiento asindical. Las quinielas, como se suele decir, están abiertas. “Si el PSOE volviera, y si se cambiara de ministro, porque con este [Fernando Grande-Marlaska] no hemos avanzado nada, podríamos tener otra opción. Con otros partidos es difícil saberlo”, indican desde Acaip.
Los sindicatos de funcionarios de prisiones están hartos de que los partidos les ofrezcan el oro y el moro cuando están en la oposición y luego, literalmente, les hagan la cama. “En cuestión de compromiso político, ni PP ni PSOE han hecho nada”, denuncian desde CCOO. Eso sí, desde todas las fuerzas políticas se han comprometido a solucionar sus demandas. Pero luego viene un soplo de aire y el castillo de naipes construido se cae.
De momento, casi dos meses hasta las elecciones, y otros 100 días de cortesía al nuevo Gabinete por parte de los funcionarios de prisiones. “Quien salga ya tiene nuestra problemática encima de la mesa”, apuntan desde CCOO. Y advierten: “No tienen espíritu de solventar un problema que es un servicio público. Los políticos lo adormecen pero llegará un momento en que reviente”. Los plazos se alargan. Las reivindicaciones persisten.