Vale, las marcas blancas hacen que te ahorres un buen dinero en la cesta de la compra. Tú vas al supermercado en cuestión y piensas: A ver, si compro tal producto de marca original me costará mucho más dinero. Y si compro el genérico me ahorraré mucho, y el sabor y calidad son muy parecidas. Sí, vaya por algo es una cosa que las grandes cadenas han estudiado muy bien.
Para que tú, querido consumidor esté tan a gusto comprando las marcas blancas. Pero, ¿qué pasa, si piensas todo lo contrario? Que aunque te ahorres un dinero, te lo están quitando por otro lado. Adelante marcas blancas que no debes comprar.
2Aceite de oliva de marca blanca
Ya se sabe que no dan duros a dos pesetas. Si ves en las góndolas de los supermercados un aceite virgen extra por cuatro duros, súper barato, empieza a dudar de su calidad. Lo más seguro que se hayan acogido a alguna ley. Con la que no estén obligados a poner las proporciones de aceite virgen extra o algo parecido.
Según un estudio realizado, un enorme 70% del aceite de oliva virgen extra no era realmente dicho aceite. Esto, si es verídico, de la única forma que puedes protegerte, es mirando la marca. Si es de marca el aceite, empieza a creerte más su composición. Las marcas no pueden permitirse fallar en esto. Su reputación estaría en juego.