El sector bancario está viviendo su particular transformación. La llegada de nuevos competidores, digitales, está cambiando un panorama que hasta ahora era ‘coto privado’ de entidades como Banco Sabadell.
“Las fintech son un elemento competitivo de la oferta”, indicó Josep Oliu durante la presentación de resultados, Sin embargo, su presencia no le preocupa. Entre otras razones, por su tamaño. Incluso la entidad está tomando posiciones en este tipo de negocios. Sin embargo, fue más tajante cuando se refirió a otras compañías tecnológicas que popularmente se conocen como GAFAs (Google, Amazon, Facebook y Apple).
Josep Oliu subrayó que no tienen en mente ninguna compra de otro banco ni ninguna fusión
“Las ‘grand tech’ me dan mucho miedo”, aseguró. Y añadió: “Por eso estamos en un proceso de transformación y adaptación hacia un nuevo modelo bancario”. ¿Por qué este ‘temblor de piernas’? Estas compañías no se van a dedicar al negocio bancario tradicional, dada su elevada complejidad y baja rentabilidad, sino lo que más les interesa son los pagos y los datos asociados a los mismos. De esa manera, lo que se produce es una relación muy estrecha.
No se trata de un miedo baladí. De hecho, por ejemplo, Google ya tiene licencia bancaria en Lituania, y Facebook y Amazon en Irlanda y Luxemburgo. Que los bancos, por una normativa europea, tengan que compartir sus archivos, puede poner a la banca la ‘piel de gallina’.
BANCO SABADELL NO VE FUSIONES
En otro orden de cosas, el presidente de Banco Sabadell subrayó que no ve una fusión con Bankia ni con otra entidad, ni tampoco atisba comprar otra entidad en el futuro: “El mercado no está para fusiones”.
Sobre el hecho de ser ‘opables’, indicó que todos los bancos están baratos. “La acción está barata. No me preocupa en estos momentos. Me preocuparía si estuviésemos muy baratos”, recalcó.
Tampoco le dolieron prendas en reconocer que la operación TSB les ha supuesto “seis meses de duros dolores de cabeza”. Además del relevo del CEO, la integración de la filial británica ha supuesto un impacto extraordinario negativo de 637,1 millones de euros brutos: 121 millones relacionados con la migración tecnológica; otros 339 millones dedicados a la resolución de quejas y dotaciones de equipos para solventar la incidencia; y 177,1 millones en provisiones extraordinarias por las ventas de carteras institucionales.
“Pensábamos que la migración de TSB sería un paseo militar y ha sido una batalla que nos ha costado mucho dinero pero hemos ganado”, reconoció Josep Oliu. Eso sí, todavía quedan algunos ‘insurgentes’, una ‘guerrilla’ de 23.000 reclamaciones sin resolver (un 10% del total).
Respecto a la reputación de la banca, de nuevo cuestionada tras el affaire BBVA-Francisco González, no dudó en indicar que sigue afectando a la banca, y su mayor deseo es que se resuelvo pronto (para bien de todos).
Finalmente, el presidente de Banco Sabadell manifestó que no atisba “ninguna actuación especial de plantilla para este año. La plantilla cada año desciende ligeramente”. La entidad ganó 328,1 millones de euros, en parte debido a TSBN y a la limpieza de balance. Sin tener en cuenta dichos extraordinarios, el crecimiento del beneficio neto hubiera sido del 9,6% interanual (783,3 millones de euros).