Un caramelo la mar de apetitoso. A simple vista, así podría parecer el hecho de que una compañía como Telefónica decida buscar un socio para vender seguros de autos. Sin embargo, las aseguradoras no han acudido a su llamada de manera decidida.
Fuentes del sector asegurador han mostrado su descontento con la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete tras el fiasco de la última operación llevada a cabo por Telefónica. La venta de su filial de seguros de vida para sus empleados, Antares, ha dejado un sabor amargo de esos que tardan en quitarse.
La venta de Antares ha dejado un regusto amargo en las aseguradoras por sus cláusulas de quita y pon
“Que cambiaran las condiciones en la venta de Antares nos ha hecho pensar y mucho si presentarnos o no. Finalmente, lo hemos hecho”, cuentan desde una compañía aseguradora. Sin embargo, otra enseña consultada por MERCA2 ha decidido no dar el paso.
Recapitulemos: Telefónica puso a la venta Antares por unos 200 millones de euros. Santalucía, Mapfre, o Mutua Madrileña junto a Caixabank, Sanitas, la portuguesa Medicare o la alemana Munich Re, mostraron su interés por una operación que condujo Deloitte. Finalmente, no fue ninguna de ellas, sino Catalana de Occidente, quien acabó llevándose el gato al agua por 161 millones de euros.
Con dicha transacción, Telefónica consiguió unas plusvalías cercanas a los 90 millones de euros, lo que se tradujo en una reducción de deuda financiera neta de alrededor de 30 millones de euros. El acuerdo fue por los próximos diez años y entre las condiciones estaba el mantenimiento de una plantilla de 45 empleados.
TELEFÓNICA CAMBIA LAS REGLAS
El giro inesperado, del que sacó partida Catalana de Occidente, se debió a que Telefónica acabó cambiando las reglas del juego lo que causó malestar. En concreto, Mapfre, Mutua Madrileña y Santalucía decidieron dar un paso atrás, por ejemplo, tras modificar una de las condiciones. En concreto, lo que en el sector asegurador se denomina como ‘participación en beneficio’.
En un primer momento, la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete no había introducido dicha cláusula. Sin embargo, acabó haciéndolo para, así, sacar un mayor beneficio. ¿Cómo? Mediante este mecanismo, Antares debe pagar todos los años el excedente que obtenga sobre la rentabilidad prevista de sus inversiones. Telefónica ingresa dicho excedente en sus cuentas.
Todo un repelente que, en algunas compañías, no se olvida. “No es la primera vez que cambia las condiciones del juego”, se lamentan desde una de las aseguradoras que acabaron retirándose de la puja. “Al final te presentas porque es tu obligación”, añaden desde otra.
Quien no se va a presentar es VidaCaixa, ni SegurCaixa Adeslas, cuya participación en el ramo de autos es residual. Ahí quien tiene más que decir es Mutua Madrileña que, una vez más, vuelve a partir entre los favoritos. De hecho, la relación entre Mutua y Telefónica se remonta a bastantes años atrás.
Así, por ejemplo, Telefónica ha gestionado las comunicaciones fijas y móviles, así como de internet, mensajería y servicios de red inteligente del Grupo Mutua Madrileña, o firmaron un acuerdo por el cual Telefónica premió a sus clientes que contrataron los seguros de Mutua Madrileña con puntos de su programa de fidelización mientras que las tiendas Movistar dispusieron de terminales y áreas específicas desde donde los clientes podían comunicarse con la aseguradora, informarse de los productos, y solicitar presupuestos.