sábado, 23 noviembre 2024

BBVA, otra vez en el alambre: se juega más de 300 millones en el escándalo Huawei

BBVA se ha vuelto a ver involucrado en otro caso de espionaje, aunque en esta ocasión ha sido como daño colateral. Las fuertes acusaciones de la justicia estadounidense contra Huawei, sobre la que pesan hasta 10 cargos entre los que están los de conspiración o robo, no solo ha puesto en alerta a los inversores, sino también a la banca acreedora de la compañía china entre la que destaca, y con fuerza, la entidad vasca.

La firma presidida por Carlos Torres Vila es uno de los bancos no chinos que mantiene una relación más estrecha con Huawei. A través de la red de sucursales y de su marca de banca corporativa con la que opera en Asia, BBVA ha sido un soporte fundamental para la tecnológica en todo su entramado financiero. Hasta el punto, de que la firma española ha estado presente en todos los créditos que ha suscrito la tecnológica en dólares como prestamista e incluso en algún caso como agente principal y colocador.

En total, BBVA suma más de 300 millones de dólares de exposición a Huawei a través de cuatro créditos sindicados, que además deberá refinanciar en los próximos años. El primer punto de negociación entre banco y compañía será este próximo mes de julio, ya que vence uno de los préstamos que mantiene. Se trata de una emisión por valor de 1.500 millones, que se cerró en 2014, en la que la entidad española tuvo un papel predominante, ya que actuó como colocador, agente principal y puso de bolsillo hasta 80 millones de dólares (algo más de 70 millones).

BBVA suma más de 300 millones de dólares de exposición a Huawei a través de cuatro créditos sindicados

El vencimiento este verano del crédito sindicado firmado en 2014, no es la única ocasión que BBVA deba estudiar si renueva o no la deuda que mantiene Huawei. La firma española deberá renegociar otros 75 millones, prestados a través de otro crédito sindicado por 1.500 millones en 2015, que vencen en julio de 2020. Los siguientes cumplimientos serán algo más tarde, en 2022 y 2023, y en los que el banco bilbaíno mantiene más de 150 millones de dólares, unos 135 millones de euros. El último de ellos, que vence en cuatro años por valor de 750 millones de dólares, se negoció hace apenas 4 meses y por primera vez en el último lustro la entidad española no estuvo involucrada en los aspectos técnicos, y únicamente acudió como prestamista.

El hecho de que BBVA actuase como colocador en algunos de los lanzamientos de deuda milmillonaria por parte de Huawei posibilitó que también entraran en las operaciones Caixabank y Banco Sabadell. En concreto, la firma presidida por Jordi Gual Solé ha estado involucrada como prestamista en dos créditos sindicados por una suma conjunta de 160 millones de dólares. Uno de ellos, es el que vence este mismo año y cuya cuantía asciende a unos 80 millones de dólares, mientras que el siguiente será en 2022.

Banco Sabadell mantiene prestados a la compañía china (también a través de dos créditos sindicados) unos 85 millones de dólares, algo más de 74 millones de euros. La firma catalana deberá ajustar cuentas con Huawei este mismo verano, por valor de 60 millones de dólares, y el siguiente (en 2020) por 25 millones de dólares. El banco presidido por Josep Oliu ha articulado dichas inversiones a través de su división de banca privada y comercial que mantiene en Miami, dónde lleva afincado desde 1993.

FUTURO INCIERTO DE HUAWEI

La justicia estadounidense ha pasado al ataque contra Huawei a la que la acusa por hasta 10 cargos distintos, entre los que destaca: por robo y conspiración de secretos comerciales, intento de robo de secretos comerciales, siete cargos de fraude electrónico y un cargo de obstrucción de la justicia. «Hoy anunciamos que presentamos cargos penales contra el gigante de las telecomunicaciones Huawei y sus asociados por casi dos docenas de presuntos delitos», ha explicado el Fiscal General Interino Matthew G. Whitaker.

La acusación, presentada por un gran jurado el 16 de enero, detalla los esfuerzos de la compañía tecnológica china por robar secretos comerciales de T-Mobile USA y luego obstruir a la justicia cuando la firma con matriz alemana la amenazó con demandarla. La presunta conducta descrita en la acusación ocurrió de 2012 a 2014, e incluye un anuncio interno de la firma asiática de que estaría ofreciendo bonificaciones a los empleados que lograron robar información confidencial de otras compañías.

Bajo las disposiciones de sentencia máxima aplicables a las entidades corporativas, la conspiración y el intento de cometer un robo de secreto comercial son punibles con una multa de hasta varios millones de euros o tres veces el valor del secreto comercial robado, lo que sea mayor. El fraude electrónico y la obstrucción de la justicia son punibles con una multa de hasta medio millón de euros.


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