La vida da muchas vueltas. Tantas, que se puede tener relación con la justicia por asuntos delicados, y años más tarde ser los responsables de los formatos digitales que se desarrollen en esa misma justicia. Es lo que sucede con la familia Erhardt, conglomerado logístico e industrial, que a través de su firma tecnológica Serikat se encargarán “del papelo” del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Aunque hace una década la relación era distinta.
Pero empecemos por lo más reciente. Serikat, empresa tecnológica afincada en País Vasco, se ha hecho con el contrato del CGPJ para desarrollar las actividades necesarias para el procesamiento o tratamiento de las resoluciones judiciales. El objetivo es normalizar el tipo de formato en el que se generan las resoluciones judiciales objeto de tratamiento y en el que se envían al Centro de Documentación Judicial. Es decir, que pondrán código XML, gestionarán los formatos de texto, así como diversos modelos documentales.
La suma del contrato asciende a 3,6 millones de euros, algo que vendrá a apuntalar el negocio de la compañía presidida por Eugenio Erhardt, que en el último ejercicio sufrió unas pérdidas cercanas al medio millón de euros. Y es que el negocio tecnológico del Grupo Erhardt no acaba de monetizar los proyectos de innovación en los que se encuentra metido. En concreto, según datos del registro mercantil que recoge Insight View, en 2017 la división IT del grupo facturó 15,1 millones de euros, con un Ebitda negativo de 230.000 euros.
Serikat se ha hecho con el contrato del CGPJ para desarrollar las actividades necesarias para el procesamiento de las resoluciones judiciales
Pero detrás de esta noticia se esconde la histora de una familia empresarial centenaria que se vio envuelta en los altercados de la estiba en 2017; y, sobre todo, el dudoso honor de aparecer en una lista de supuestos defraudadores que estuvieron investigados por la Fiscalía Anticorrupción.
LOS ERHARDT, DEL AGUA AL WORD
Según se recoge en la web del grupo, fue en el 1882 cuando desembarca en Bilbao el fundador de la compañía, Eugenio Erhardt Kausler. A partir de ese momento su vida, su familia, su trabajo quedan indisolublemente unidos a la ciudad que lo acoge. En ese año inicia su actividad empresarial como agente de la empresa siderúrgica alemana Krupp, con la responsabilidad de supervisar la compra de mineral de hierro y su envío a Essen y gestionar los barcos que parten hacia el Norte cargados de mineral de hierro y retornan a Bilbao con productos siderúrgicos transformados.
A mitad de siglo es cuando explotan su gran pasión: el mar. La trayectoria de Erhardt como naviera se desarrolló a través de las compañías Naviera Eco, Tráficos Navieros y Off-Shore España.
El último gran movimiento llega en 1989, cuando Eugenio Erhardt Hormaeche cede la presidencia a su primogénito Eugenio Erhardt Oraá. La cuarta generación de la familia entra en la dirección de Erhardt. Así, en 1991 se inicia la actividad de tecnologías de la información con el nacimiento de Serikat. En la actualidad los hermanos Eugenio y Rafael Erhardt dirigen los intereses del grupo, aunque sus nombres se han visto envueltos en ciertos asuntos polémicos que les devuelve a la justicia.
LA MALA LISTA
Toda esta historia empresarial tuvo un tropiezo hace una década. En una investigación sobre los ciudadanos españoles que mantenían cuentas cifradas en el paraíso fiscal de Liechtenstein, se concluyó con una primera lista de 67 personas involucradas, según publicaba la revista Interviú.
Eugenio y Rafael Erhardt estaban en la lista junto a nombres como los del cantante Alejandro Sanz o el padre del expresidente catalán Artur Mas. En el caso de los Erhardt, la cantidad depositada en el banco LGT -de dicho país- ascendía a 22,3 millones de euros. La mayor parte de los implicados regularizó la situación con la Agencia Tributaria o justificó los fondos y la causa iniciada por Anticorrupción no llegó a juicio.