Varios autobuses descargan legiones de turistas chinos con la cartera llena y un objetivo claro: comprar. Esta imagen es la que se repite desde hace años en los centros comerciales y las principales calles comerciales de París. La misma que quiere conseguir el Gobierno español. Consciente de que se acabaron los récords turísticos, ahora toca sacar tajada de los viajeros ricos y no tanto apostar por los viajes low cost o el famoso turismo de borrachera. Una obsesión que se traduce en 20.000 millones de euros y una serie de medidas que verán la luz en el primer trimestre de 2019.
El turista chino se caracteriza por tener un mayor poder adquisitivo. La ropa de marca o la tecnología encaja entre los principales artículos que compran en los países que visitan. Y no son precisamente de los que miran con lupa el precio. Solo en España, cada turista chino gastó 2.530 euros de media en un viaje de nueve días durante 2018. De media, desembolsaron 281 euros al día. En total, hasta noviembre gastaron 1.169 millones de euros. Cifra superior a los 795 millones de 2017.
Si tenemos en cuenta que el gasto medio de un turista cualquiera en España se situó en 1.082 euros hasta noviembre (último dato más actualizado), el potencial del negocio chino es obvio ya que estos asiáticos multiplican por 2,3 veces lo que gasta cualquier otro visitante.
Su perfil, además, encaja en el Plan Estratégico para el Turismo de Compras 2018-2020, el Gobierno estima que la captación de nuevos turistas podría aumentar los ingresos en unos 20.000 millones de euros, siendo “turistas de calidad, con mayor gasto y capacidad de compra”.
El problema es que existe una clara descompensación entre el atractivo de España como segunda potencia turística mundial en 2017, con 82 millones de turistas internacionales, solamente por detrás de Francia, y el noveno puesto que ocupa entre los países europeos más visitados por el turista chino, según la agencia de viajes china Ctrip. En 2017 solo recibió el 5% de los 140 millones de ciudadanos chinos que visitaron otro país.
Lo cierto es que el turismo chino en España está a años luz de lo que se espera. En 2017, un total de 514.777 viajeros llegaron a nuestro país, según datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Una cifra irrisoria si se compara con los 82 millones totales que recibió España. La cifra mejora en 2018. Hasta noviembre –último mes del que se conocen estadísticas– el número asciende a 597.064 turistas.
OTRO CONSULADO PARA AGILIZAR VISADOS
Pero, ¿por qué ha tardado el Gobierno tanto tiempo en darse cuenta de la importancia del gasto turístico de los chinos? Emborrachado de récords turísticos, ni PP ni PSOE se dieron cuenta que más allá del número de visitante es más importante el dinero que se dejen en los comercios y restaurantes de ciudades como Sevilla, Barcelona o Madrid. Las tiendas del barrio de Salamanca o Preciados son un reclamo hasta ahora desaprovechado para ellos. El grupo Inditex, Tous, Louis Vuitton, Gucci o El Corte Inglés se frotarían las manos con el turista chino.
Ahora se acabaron los récords turísticos. El Ejecutivo avanza que la llegada de turistas internacionales aumentó hasta los 82,6 millones, solo un 0,9% más, según la estimación de cierre del año elaborada sobre la información de Turespaña. Aunque no son los datos oficiales del INE.
Por ello, el tiempo es oro para poner en marcha algunas medidas. “El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y el de Asuntos Exteriores siguen trabajando de manera coordinada con el objetivo de tener avances importantes en el primer trimestre de 2019”, apuntan fuentes del Gobierno a MERCA2.
De hecho, uno de las mayores trabas para que el turista chino visite nuestro país son los visados. De media, el tiempo general del proceso para un visado de turista de España para un ciudadano chino en China es de 10-15 días hábiles aproximadamente, según la empresa de gestión de visados CAP 270 es del grupo de CIBT. El Gobierno asegura que es menor, pero evita dar el dato concreto.
«Si comparamos el tiempo de procesamiento del visa de turista en otros países, desde China, creemos que el tiempo de procesamiento para las solicitudes de visado de turista en España lleva más tiempo que muchos países, especialmente en comparación con los países asiáticos», aseguran desde CIBT.
Si bien es cierto, con el objetivo de facilitar los trámites fuentes del Ministerio aseguran a este medio que «se está trabajando con Exteriores para abrir una oficina más en China». Esta se sumaría a las cuatro con las que ya cuenta España en el país.
OTRAS MEDIDAS PARA ATRAER AL TURISTA CHINO
Además de agilizar los trámites engorrosos para que los turistas chinos puedan llegar a España, el Gobierno también anunció una batería de medidas que pretende poner en marcha. Entre ellas, destaca la eliminación del importe mínimo de compra necesario (90 euros) para que los turistas de fuera de la UE soliciten la devolución del IVA. Esta política ayudará también a superar la estacionalidad de la demanda, que viene mayoritariamente en verano, e impulsar el turismo de compras.
Asimismo, la ministra de Turismo, Reyes Maroto, reveló hace unas semanas que están colaborando con un touroperador chino para lanzar un paquete que permita a estos turistas celebrar el nuevo año chino en distintos municipios españoles. Además se reunió con el alcalde de Sevilla para valorar crear una ruta entre la capital andaluza y alguna ciudad china.
Por otro lado, potenciar las rutas aéreas directas entre España y China. Actualmente, Iberia tiene vuelo directo entre Madrid y Shanghái y también vuela a Pekín con escala.