El sector inmobiliario y de la construcción parecen renacer de sus cenizas. Según el INE, y durante el mes de octubre de 2018, en el podio de sociedades mercantiles creadas, el puesto más alto del cajón lo ocupa el comercio (22,3% del total), seguido de inmobiliarias, financieras y seguros (15,6%) y construcción (15,4%). Un soplo de aire fresco sobre todo para este último sector, que se dejó en el camino casi dos millones de empleos durante la crisis. ¿O no? Porque en el mismo mes, la construcción también ocupó idéntica posición en cuanto a sociedades mercantiles disueltas (12,6%).
Una de cal y otra de arena para el sector de la construcción que, durante 2019, tendrá un crecimiento del empleo del 3,4%, por delante de la industria (2,4%) y de los servicios (2%). Sin embargo, y de cara a 2020, se desinflará respecto a sus ‘competidores’, ya que sólo aumentará un 1,5% frente al 1,7% de los servicios y el 2,2% de la industria, según el estudio ‘Previsiones de crecimiento del empleo 2019-2020’ de ManpowerGroup.
De los 750.000 nuevos empleos que se crearán en 2019 y 2020, únicamente 60.000 se generarán en la construcción
Atendiendo a este informe, el empleo en España creció un 2,5% en 2018, y durante los dos próximos años verá una moderada desaceleración. Así, en 2019 la media de crecimiento sería del 2,1% (404.000 nuevos empleos), y en 2020 sería del 1,8% (346.000 empleos). De esos 750.000 nuevos puestos en los dos próximos años, 551.000 corresponderán al sector servicios, 127.000 a la industria, y sólo 60.000 a la construcción.
“En los últimos siete años España va a recuperar tres millones de empleos, por lo que está cerca de restituir el empleo destruido por la crisis”, subraya Raúl Grijalba, director de la región mediterránea de Manpower Group. En concreto, sólo quedaría recuperar un 3%. Sin embargo, Josep Oliver, catedrático emérito de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, acota: “La construcción no va a recuperar el empleo que tenía en el último trimestre de 2007”.
La razón es bien sencilla: la construcción todavía se encuentra muy alejada de los guarismos de empleo que tenía a finales de 2007. De hecho, mientras que los servicios ya han superado en un 10% los números previos a la crisis, a la industria todavía le falta un 12,7% para alcanzarlos, mientras que la construcción está a años luz. Ni más ni menos que un 54,4% inferior, por lo que ni siquiera ha recuperado la mitad de los empleos destruidos.
¿Lo hará en el futuro? “Deseo que no, que siga estando por debajo”, afirma Josep Oliver. Más allá de su anhelo, el catedrático basa sus palabras en que las condiciones ya no son las mismas que en la previa al estallido de la crisis, cuando el crédito para la adquisición de viviendas llegó a crecer a tasas del 25%, por ejemplo. “Esto no lo permitiría en la actualidad el Banco Central Europeo. Si hubieran existido entonces las medidas correctoras que hoy están en vigor, la burbuja inmobiliaria no hubiera tenido lugar”, añade.
CONSTRUCCIÓN Y DEMOGRAFÍA
No se trata del único indicador que apunta a que la construcción no va a recuperar los empleos que se han quedado atrás. “La demografía tampoco juega a favor del crecimiento del empleo de la construcción. Si entraran 2,5 millones de inmigrantes podríamos ver crecimientos mayores pero que nunca igualarían los conocidos”, indica Josep Oliver.
Otro dato relevante es que en la década anterior a 1997, se crearon en España 250.000 familias. De 1997 a 2007, fueron 450.000 familias. Ese número se ha desinflado durante la crisis. “Se han recuperado 150.000 empleos, pero en 2007 la construcción llegó a pesar el 14% del peso total del empleo. Hoy se ha reducido a la mitad”, concreta Oliver. Tampoco la inversión pública está en condiciones de ser el trampolín para recuperar el empleo perdido.
“La inestabilidad política y legislativa puede generar una incertidumbre prolongada que afecta a la inversión, la demanda y en definitiva la actividad económica, impactando siempre negativamente en el empleo”, señala Raúl Grijalba.
Durante los dos próximos años, continuará la expansión del empleo asalariado (durante los últimos cuatro años ha aumentado un 18% frente al 2,4% de los no asalariados), a jornada completa, a la par que aumentará más en inmigrantes que en nativos. También seguirá aumentando el empleo femenino (ya representa cerca del 46% de la ocupación).