Volkswagen tendrá que reajustar su plan de gasto en automóviles eléctricos de 30.000 millones de euros después de que la Unión Europea endureciera las reglas del juego.
Los negociadores de la UE acordaron el lunes reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 37,5% adicional de aquí a 2030. Las nuevas directrices son más enérgicas que los objetivos iniciales de un recorte del 30% y significaría que más del 40% de las entregas europeas de Volkswagen deben ser eléctricas, dijo el martes el director ejecutivo, Herbert Diess, en un comunicado enviado por correo electrónico recogido por Bloomberg.
«Eso significa que nuestro programa de revisión actual todavía no es suficiente», señaló Diess, y agregó que los planes de gastos se analizarán el próximo otoño. La aceleración del cambio hacia los autos que funcionan con baterías provocaría una eliminación más rápida de los modelos convencionales, generaría una renovación de los planes de producción y requeriría una capacidad de batería adicional, indicó.
Si bien los reguladores están ejerciendo una enorme presión sobre los fabricantes de automóviles para combatir el cambio climático, Diess señaló que sigue siendo «completamente incierta» la forma en que se puede generar la energía para alimentar una flota tan grande de coches eléctricos de una manera respetuosa con el medio ambiente y de dónde provendrá la infraestructura de carga.
Un cambio más agresivo respecto a los autos eléctricos representa un desafío particular para Volkswagen. Los modelos requieren menos horas de trabajo de ensamblaje en comparación con los modelos convencionales, lo que significa que un aumento acelerado podría causar fricciones con los poderosos líderes laborales de la compañía.
Por otro lado, los consumidores han mostrado poco interés por los vehículos eléctricos hasta el momento y muchos optan por vehículos SUV espaciosos, y eso supone más complicaciones a la planificación para el cambio de tecnología.
El nuevo reglamento impone una cuota para vehículos eléctricos, de acuerdo con Elmar Degenhart, director de Continental, el segundo proveedor de repuestos más grande del mundo. Dijo que a la industria automotriz se le debería permitir más libertad de acción en las tecnologías para reducir las emisiones porque los vehículos eléctricos seguirán siendo demasiado costosos para que los fabricantes de automóviles los ofrezcan a precios asequibles. «Sin soluciones asequibles, no habrá compradores«, dijo Degenhart. «No se generarán los efectos deseados en términos de protección ambiental».
Daimler, la matriz de Mercedes-Benz, sigue apuntando a su objetivo de cumplir con los límites de CO2 en Europa, pero anticipa que las emisiones de la flota aumentarán este año y el próximo, ya que los clientes optarán por autos más grandes y más potentes, dijo el fabricante con sede en Stuttgart, Alemania, en un comunicado. Mercedes presentó el modelo eléctrico EQC en septiembre y planea realizar un lanzamiento gradual de autos híbridos y a baterías en los próximos años.
El ministro de Economía de Alemania, Peter Altmaier, advirtió acerca de la sobrecarga de la industria automotriz, al tiempo que enfatiza la necesidad de avanzar gradualmente hacia la “movilidad libre de emisiones”. «El compromiso con los topes de dióxido de carbono desafía los límites de lo que es técnica y económicamente viable», declaró Altmaier en una entrevista con el periódico Handelsblatt.
Christoph Rauwald para Bloomberg.